El mar de dudas de David Alaba o cómo el Real Madrid se rompe por el centro de la defensa

El Real Madrid continúa viviendo una gran temporada. Tan solo son los primeros compases de curso pero, de momento, el equipo de Carlo Ancelotti está mostrándose a gran nivel. El club blanco solo ha sufrido un empate y una derrota en los 12 partidos que ha disputado, mostrando un esquema sólido a pesar de las importantes bajas de larga duración que sufre. Pero hay un futbolista que empieza a generar ciertas dudas: David Alaba... el día que, precisamente, se midió a Sergio Ramos.

La película para el austriaco comenzó en los primeros meses de 2021. El internacional austriaco sabía que acababa contrato con el Bayern de Múnich y el Real Madrid llamó a su puerta. Los blancos eran conscientes de que Sergio Ramos dilataba su respuesta a la hora de confirmar si seguía en el equipo y el club no se quiso pillar los dedos y quedarse con la zaga desprotegida. La opción de fichar a un jugador contrastado y polivalente a coste cero era realmente buena.

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Las negociaciones no tardaron en llegar a buen puerto, aunque se tardó varios meses en hacer el anuncio oficial. Lo que nadie esperaba es que, cuando Ramos confirmó que sí quería continuar, las altas instancias del conjunto blanco le confirmaran que su oferta había caducado. La entidad madridista había encontrado un sustituto de garantías: podía jugar de central, lateral o interior, nunca había sido expulsado -solo se ha perdido un partido por acumulación de tarjetas- y casi no se lesionaba.

La salida de Ramos del Santiago Bernabeú fue traumática. El héroe de la Décima, el capitán, el jugador que marcaba la garra del equipo, uno de los líderes del minuto noventa, dejaba el Madrid por la puerta de atrás. La exigencia era alta para Alaba, que sabía que llegaba al Madrid para formar parte de un eje de la defensa que también había perdido a Raphäel Varane. Era el momento para que Eder Militao y el austriaco confirmaran que el relevo está más que asegurado.

Alaba cayó de pie en el Madrid. En su primer partido, ya dio su primera asistencia de gol y su primer tanto fue en la victoria blanca en el Clásico del Camp Nou. Sólido en defensa jugando como central, con un guante en su zurda cuando se soltaba lateral y con gol, no tardó en hacer olvidar a Ramos y confirmar que era un jugador de talla mundial. Pero las lesiones empezaron a hacer acto de presencia, algo no demasiado habitual en un jugador como Alaba.

De hecho, en sius tres últimas temporadas en el Bayern, se perdió menos de 15 partidos por dolencias físicas, todas ellas de corto alcance. En casi un año menos de competición -pues este curso acaba de empezar- Alaba ya se ha perdido 28 partidos con el Madrid, casi el doble. A sus 31 años, la edad se empieza a notar... aunque su principal problema está siendo la falta de fiabilidad. Ya el pasado curso dio algún síntoma, pero ha sido este año cuando se le han visto más las costuras.

Alaba empieza a demostrar que tiene serios problemas en el juego aéreo, especialmente contra jugadores potentes. Ante el Atlético de Madrid, el austriaco se comió tres arrastres que acabaron dentro y, ante el Sevilla, tuvo la mala suerte de hacerse un autogol... posiblemente en una de las pocas jugadas en las que Ocampos o En-Nesyri no le ganaron por alto. Precisamente el día que tenía enfrente a un Ramos que se mostró como un valladar al otro lado del campo.

La ausencia de Militao -y también de un Thibaut Courtois que domina por arriba- ha hecho mucho daño a un Alaba que sigue sufriendo en exceso en el cuerpo a cuerpo. Rüdiger está jugando a gran nivel, pero no es tan exuberante como el brasileño en el juego aéreo, las ayudas al compañero y en la lectura de los centros. Y eso Alaba lo nota, donde se le ven mucho más las costuras. El austriaco es un mar de dudas y el Madrid lo nota. Está siendo su gran agujero en este inicio de curso.