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"Si digo lo que pienso, me sancionan": el extraño gol anulado a Bellingham y el gran enfado de Ancelotti
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DESCONTENTO EN EL EQUIPO BLANCO

"Si digo lo que pienso, me sancionan": el extraño gol anulado a Bellingham y el gran enfado de Ancelotti

El conjunto blanco se dejó dos puntos en su lucha por la Liga, en un partido en el que los dos equipos acabaron enfadados con el colegiado... y el técnico madridista tiró de ironía

Foto: Ancelotti, muy enfadado con el colegiado en Sevilla. (AFP)
Ancelotti, muy enfadado con el colegiado en Sevilla. (AFP)

El Real Madrid no pudo pasar del empate en Nervión ante el Sevilla (1-1), en un partido en el que pasó absolutamente de todo. Pero un nombre estuvo en el punto de mira por encima del resto: De Burgos Bengoetxea. El colegiado fue muy criticado por ambos equipos, que acabaron muy descontentos con la labor del colegiado al término de los 90 minutos. Tanto que incluso Carlo Ancelotti, conocido por su buen talante, tiró de ironía para hablar de la labor del trencilla sobre el césped.

El colegiado estuvo superado por la tensión del partido en todo momento, incapaz de ofrecer un arbitraje a la altura del encuentro: faltas mal señaladas, otras claras sin pitar, malas decisiones en la ley de la ventaja y muchas dudas que dejó sobre el césped. En especial, una jugada que incendió al madridismo y que pudo suponer que la balanza cayera del lado blanco. Una acción en los primeros compases de partido que pudo cambiarlo todo.

Foto: Ramos se las tuvo con los jugadores del Real Madrid. (Reuters/Marcelo Del Pozo)

Corría el minuto 7 cuando, en un balón dividido, Rüdiger le ganaba la partida a Ocampos. Tras anticiparse, el alemán acabó impactando con el argentino, en un golpe sin consecuencias producto de caer ambos jugadores en el mismo espacio. En ese momento, De Burgos Bengoetxea hizo un claro gesto con su mano: 'No hay nada, levantate'. El Madrid armó en contraataque, encontrando una clara posición ofensiva… momento en el que el mismo árbitro que no había visto falta, detuvo el partido.

El ruido ambiental de Nervión impidió que los jugadores escucharan el silbato del árbitro, por lo que la jugada siguió y acabó en gol de Jude Bellingham, que lo celebró con sus brazos abiertos. ¿Qué había pasado? Muy sencillo: de manera inexplicable, el árbitro había parado el juego, aunque segundos antes él mismo había considerado que no había falta. La indignación en el bando madridista era evidente, el claro epítome de cómo fue un arbitraje que no gustó a ningún equipo.

Al término del encuentro, el más claro fue Ancelotti, un hombre reconocido por no decir una palabra más alto que la otra. Su enfado era evidente y, además, se vio obligado a tirar de ironía para evitar una posible sanción por criticar la labor arbitral. El italiano tenía razones sobradas para mostrar su malestar con el colegiado, pero sabía que no podía expresarlo para evitar represalias. El famoso "nos han robado la libertad de expresión" de Jagoba Arrásate de hace solo unos días.

"El árbitro ha estado muy bien, pienso que ha acertado en todo", empezaba diciendo en Real Madrid TV. "Si digo lo que pienso, me caen muchos partidos, por eso uso la ironía", aclaraba segundos después. Así, Ancelotti dejaba claro su opinión sobre la labor del árbitro. Solo unos minutos antes de la jugada con Bellingham, ya había anulado otro gol a Valverde y, con el paso de los minutos, ambos equipos tuvieron razones de sobra para mostrarse descontentos con lo sucedido en el césped.

A pesar del gol en propia puerta de Alaba, un certero remate de cabeza de Carvajal permitió al Madrid rescatar un punto ante el Sevilla y llegar al Clásico como líderes del campeonato. Los blancos sobrevivieron a un campo difícil como Nervión, con un Ancelotti que acabó tremendamente enfadado con De Burgos Bengoetxea, un colegiado cuya labor calificó como "muy buena". Ya saben, la ironía como única vía de poder expresarse sin temor a una sanción.

El Real Madrid no pudo pasar del empate en Nervión ante el Sevilla (1-1), en un partido en el que pasó absolutamente de todo. Pero un nombre estuvo en el punto de mira por encima del resto: De Burgos Bengoetxea. El colegiado fue muy criticado por ambos equipos, que acabaron muy descontentos con la labor del colegiado al término de los 90 minutos. Tanto que incluso Carlo Ancelotti, conocido por su buen talante, tiró de ironía para hablar de la labor del trencilla sobre el césped.

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