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La deuda de Sergio Ramos con el Sevilla o cómo marcarle un gol al Real Madrid y celebrarlo
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el morbo de su reacción

La deuda de Sergio Ramos con el Sevilla o cómo marcarle un gol al Real Madrid y celebrarlo

Sergio Ramos se empecinó en jugar en el Sevilla para quitarse una espina clavada y en el partido contra el Real Madrid, si marca un gol, lo celebra y gana, quedará en la historia

Foto: Sergio Ramos, en su debut con el Sevilla contra el Rayo. (Europa Press/Joaquín Corchero)
Sergio Ramos, en su debut con el Sevilla contra el Rayo. (Europa Press/Joaquín Corchero)

Sergio Ramos se enfrenta al equipo que le convirtió en una leyenda. En el Real Madrid se vio lo mejor de un futbolista poderoso, contundente y ganador. Al Sevilla llegó pidiendo perdón de forma reiterada para ganarse el cariño de los aficionados que no estaban de acuerdo con su fichaje. Le llegaron a calificar como un traidor. En el partido de este sábado en el Sánchez Pizjuán los sentimientos están enfrentados en un futbolista que salió de la cantera sevillista, con un traspaso polémico e hizo historia en el club de fútbol más laureado del mundo. No se trata de entrar en comparaciones, pero es un partido especial para Sergio Ramos. Está entre la nostalgia de vivir momentos de gloria en el Real Madrid y el romanticismo de regresar al club de su tierra.

Del Real Madrid salió con lágrimas de emoción y rabia y al Sevilla regresó, 18 años después, con lágrimas de agradecimiento. "Es un hasta luego", dijo en presencia de Florentino en el día de su amarga despedida del club blanco, sin poder hacerla en el Bernabéu, con la afición, por la pandemia. La salida es de sobra conocida. No llegó a un acuerdo de renovación con Florentino. Cada uno quiso imponer sus condiciones y salió perdiendo Ramos. Perdió haber tenido la oportunidad de renovar año a año, como Kroos, Modric y Nacho, y se marchó al Paris Saint-Germain, donde tuvo un año malo por las lesiones y otro regular por una nueva eliminación en la Champions.

Se conocen pocos casos de futbolistas que rechazan ofertas millonarias de un equipo y anteponen sus sentimientos. Sergio Ramos es uno de ellos, como demostró esperando la llamada del Sevilla ya fuera de la fecha de mercado de verano. Luka Modric, su buen amigo, es otro caso.

placeholder La jugada en la que Sergio Ramos marca en propia puerta en el partido contra el Barcelona. (Reuters/Albert Gea)
La jugada en la que Sergio Ramos marca en propia puerta en el partido contra el Barcelona. (Reuters/Albert Gea)

Sergio es de los que mira para delante, un futbolista supercompetitivo y de retos. En el poco tiempo que lleva en el Sevilla no ha hecho una gran faena. Ha cumplido y ha tenido episodios desgraciados como el gol en propia puerta contra el Barcelona y el penalti en la Champions en el campo del PSV. Ha pasado tres partidos por el banquillo, suplente en la gestión de Mendilibar. No le ha gustado nada. Ramos no regresó al Sevilla para pedir perdón, bajarse el sueldo y ser suplente. Lo hizo para hacer historia, aunque tenga poco tiempo. El año que firmó lo quiere exprimir en el campo. Depende de su rendimiento renovar una temporada más con el equipo de su tierra.

Demostrar que no está en declive

El momento de su primera gran faena lo tiene contra el Real Madrid como local. El morbo es ver cómo rinde el que fue capitán del Madrid tantos años, si es capaz de ganar, marcar y celebrar un gol. Si lo hace, no sentará bien entre los madridistas. Si no lo hace, el enfado será mayor entre los sevillistas. Es un asunto que parece menor, pero que se puede dar y habrá que estar muy pendientes de su reacción. Porque el partido de Sergio Ramos es de los que hay que mirar con lupa. Si tiene más aciertos que fallos, la intensidad con la que se emplea, su contundencia y rendimiento. Si marca, lo celebra y gana quedará en la historia del sevillismo.

Foto: Kroos anima al equipo en el partido contra Osasuna. (REUTERS Isabel Infantes)

El Real Madrid ya ha sufrido la venganza de algunos exfutbolistas en lo que llevamos de temporada con el gol de Sergio Arribas en Almería y el de Borja Mayoral en el Bernabéu. Sergio Ramos no es un exjugador cualquiera. Es el héroe de la Décima. Esto es pasado. El presente dice que está en un proceso de reconciliación con los aficionados del Sevilla, a los que pidió perdón. Les debe algo, no se sabe muy bien qué es lo que tiene que demostrar a sus 37 años. Pero hay una deuda pendiente y apunta a sus ganas de que le vean como un sevillista más y que a su edad no está en declive.

El partido en el Sánchez Pizjuán significa muchas cosas para Sergio Ramos. Ganarse la confianza del nuevo entrenador, Diego Alonso, que pide al equipo que compita con intensidad y carácter. Esto lo asegura Ramos. Significa también ganar al Real Madrid para brindar una victoria a la afición que sirva para cerrar heridas. La guinda es marcar un gol y celebrarlo para gozo del Sánchez Pizjuán. Ya ha sido protagonista con palabras para ganarse al sevillismo. Entre las que llaman la atención son sus quejas arbitrales al colegiado Daniele Orsato en el empate contra el PSV y las comparaciones con el Real Madrid: "Ojalá poco a poco se iguale todo y el respeto sea igual para el Madrid, para el Lens o para el Sevilla. La gente dirá lo que quiera, pero yo veo que el respeto a todos los equipos no es el mismo".

Foto: Joan Laporta, presidente del Barcelona. (Europa Press/Afp7/Marc Graupera Aloma)

Con la afición del Real Madrid no se tiene que reconciliar ni tiene deudas. Sergio Ramos está en el altar del madridismo, siempre será una leyenda, el héroe del gol al Atleti en Lisboa. Con sus defectos, está en el corazón del madridismo. Los que dicen que echó un pulso a Florentino en su renovación, seguro que también quieren lo mejor para el sevillano. El homenaje se lo darán en el partido de vuelta en el Bernabéu.

Sergio Ramos se enfrenta al equipo que le convirtió en una leyenda. En el Real Madrid se vio lo mejor de un futbolista poderoso, contundente y ganador. Al Sevilla llegó pidiendo perdón de forma reiterada para ganarse el cariño de los aficionados que no estaban de acuerdo con su fichaje. Le llegaron a calificar como un traidor. En el partido de este sábado en el Sánchez Pizjuán los sentimientos están enfrentados en un futbolista que salió de la cantera sevillista, con un traspaso polémico e hizo historia en el club de fútbol más laureado del mundo. No se trata de entrar en comparaciones, pero es un partido especial para Sergio Ramos. Está entre la nostalgia de vivir momentos de gloria en el Real Madrid y el romanticismo de regresar al club de su tierra.

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