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Sergio Ramos salva a Xavi de un lío: su autogol evita el jaque de Mendilibar al Barça (1-0)
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OCTAVA JORNADA DE LIGA

Sergio Ramos salva a Xavi de un lío: su autogol evita el jaque de Mendilibar al Barça (1-0)

Los culés sufrieron para vencer a los sevillistas en su visita a Montjuic. El tanto en propia del sevillano fue suficiente para que los locales consiguieran una ardua y trabajada victoria

Foto: Jordán presiona a Gündogan. (EFE/Enric Fontcuberta)
Jordán presiona a Gündogan. (EFE/Enric Fontcuberta)

Era mal día para iniciar una relación en Barcelona. También para andar por Montjuic, atestado de gente por el partido entre el Barça y el Sevilla. Y por el concierto de Joaquín Sabina. Podía haber lugar a confusiones, por eso se encargaron de indicar la dirección de cada uno de los eventos. La ciudad es tan grande que es fácil desorientarse. Pero pocos aficionados quisieron perderse la sufrida victoria culé ante los sevillistas (1-0).

Los dos protagonistas del día, con permiso de Sabina, habían roto sus relaciones, al menos las institucionales, en la previa. El Barcelona ha sido imputado por un presunto delito de cohecho en el caso Negreira. Y el Sevilla no se ha quedado callado: optó por no acudir al encuentro entre las directivas y renunciaron a sentarse en el palco de Montjuic. A Pepe Castro se lo vio como un aficionado más en el estadio, recordando quizá cuando era solo un sevillista más.

placeholder Laporta no estuvo acompañado por Pepe Castro. (EFE/Alejandro García)
Laporta no estuvo acompañado por Pepe Castro. (EFE/Alejandro García)

La relación entre las directivas

Es difícil ser el pionero en algo, más aún cuando puede generarse una opinión negativa por el acto realizado. El Sevilla fue el primero en pronunciarse cuando se destapó el caso Negreira en febrero. Y han hecho lo propio ahora. La congruencia no es un valor fácilmente identificable en la sociedad, menos todavía en el fútbol. Por eso es sensato reconocer la audacia de los andaluces al criticar a los catalanes tras haber adulterado presuntamente la competición.

Alves, Rakitic, Keita, Adriano, Koundé… son algunos de los jugadores que han tomado el vuelo desde Sevilla rumbo a Barcelona. Las relaciones, por tanto, eran buenas. Habrá que esperar a los futuros mercados de traspasos para saber si las operaciones entre ambos clubes acaparan todavía el foco informativo. El orgullo prevalece en muchos casos hasta que aparece el dinero por medio.

El Sevilla no empezó bien la Liga, no así la temporada. En la Supercopa de Europa, Mendilibar fue capaz de poner en posición de jaque técnico al mismo Guardiola. E hizo lo propio con Xavi, al que tuteó sin miedo en su visita a Montjuic. Su elocuencia en las ruedas de prensa es idéntica a su valentía en el terreno de juego.

Foto: Saludo entre Joan Laporta y Luis Rubiales. (EFE/Pablo García)

La audacia de Yamal

El Barcelona tuvo sus momentos de dominio y de acercamiento con demasiado peligro a la portería sevillista. Aunque el Sevilla sufrió, también le ocasionó algún dolor de cabeza a sus rivales, conscientes de que no pueden tener más tropiezos si quieren arrebatarles el liderato al Madrid (con permiso del Girona).

Este Barça es un fiel reflejo de su economía: un puro y duro ejercicio de funambulismo constante. Incapaz de no sufrir en casa, es conveniente que en Montjuic aumente los desfibriladores porque los partidos son de todo. Menos aptos para cardíacos. Si el sufrimiento no llegó por los ataques de rival, fueron los fallos de los delanteros azulgranas los que pusieron nerviosos a sus aficionados.

La jornada, además, también tuvo infortunios. Raphinha se fue lesionado (parece que es algo muscular) y en su lugar entró Fermín, que cumplió al igual que en sus actuaciones anteriores. El chico tiene la osadía de la juventud, aunque en valentía no hay nadie igual que Lamine Yamal. Convendría revisarle el DNI porque no aparenta 16 años. Tiene descaro a raudales y es un peligro constante.

placeholder Ramos se marcó en propia puerta. (EFE/Enric Fontcuberta)
Ramos se marcó en propia puerta. (EFE/Enric Fontcuberta)

Los sevillistas, liderados por Sergio Ramos en defensa, vieron como los desmarques de los atacantes azulgranas eran constantemente vistos por sus compañeros. Lástima que la pólvora estuviera mojada hasta para Lewandowski. El norte de este Barcelona, a pesar de la victoria y de los refuerzos, lo señala Pedri. Sin él, el rumbo del equipo parece marcado por la brújula de Jack Sparrow.

Los culés ya se esperaban lo peor en la recta final del partido, con los sevillistas muy atrás y sin apenas espacios para generar más ocasiones. Ahí apareció la fortuna, esa que precisamente no habían tenido con anterioridad. El remate de Yamal tocó en Ramos y acabó en la red. Suspiró Xavi. Suspiró Montjuic. Suspiró Laporta. Les hubiera tocado escuchar a Sabina: quedan más de 19 días y 500 noches para recibir al Madrid.

Era mal día para iniciar una relación en Barcelona. También para andar por Montjuic, atestado de gente por el partido entre el Barça y el Sevilla. Y por el concierto de Joaquín Sabina. Podía haber lugar a confusiones, por eso se encargaron de indicar la dirección de cada uno de los eventos. La ciudad es tan grande que es fácil desorientarse. Pero pocos aficionados quisieron perderse la sufrida victoria culé ante los sevillistas (1-0).

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