"Todos se iban y yo me quedaba solo": el día que cambió todo para Karim Benzema en el Madrid

La noticia ha sorprendido a propios y a extraños: Karim Benzema no seguirá en el Real Madrid. El jueves pasado, el delantero francés se encargaba de acallar todos los rumores, afirmando que "la realidad no es lo dice internet", dejando claro que su continuidad en el equipo blanco era una realidad. Sin embargo, solo tres días más tarde, el equipo del Santiago Bernabéu lanzaba un comunicado en el que se confirmaba la marcha del Balón de Oro a final de esta temporada.

Benzema es historia viva del Real Madrid. Uno de los jugadores con más títulos del conjunto blanco, con 25 en sus vitrinas -cinco Champions entre ellos- y el segundo máximo goleador histórico del equipo, solo por detrás de Cristiano Ronaldo, dice adiós al Madrid horas antes de jugar su último partido con la camiseta blanca. Pero algo pasó en la vida de Benzema para convertirse en un jugador de renombre y en uno de los mejores delanteros del mundo. Un cambio que llegó a los 30 años.

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Rubén Rodríguez

Cuando Benzema solo tenía 18 años, brillaba en el Olympique de Lyon, por lo que el Madrid no dudó en desembolsar 35 millones para hacerse con sus servicios. En su primer año, coincidió con Raúl, Higuaín y Cristiano en el equipo, pero su carácter introvertido y poco comunicativo no le granjeaba demasiadas amistades entre la afición. Pese a ello, en las siguientes temporadas comenzó a mejorar sus registros goleadores, pero no terminaba de conectar con la hinchada.

Era un jugador de nivel mundial, que brillaba en la faceta asociativa y que, además, tenía gol, pero no terminaba de romper como se esperaba. Y todo cambió en octubre de 2015, tras el llamado caso Valbuena. El centrocampista francés denunció un intento de chantaje a través un vídeo sexual, con unas negociaciones en las que el delantero habría estado implicado. Esa situación provocó que, hasta que se resolviera el caso, ambos jugadores fueran apartados de la selección gala.

Aquel fue un golpe de realidad para un Benzema que quedó castigado con los bleus y con el Madrid como única tabla de salvación. Ese hecho le hizo darse cuenta de la necesidad de madurar, de centrarse en el fútbol y dejar todo lo extradeportivo lejos de su vida. Pero algo le quemaba por dentro: "Fueron momentos muy difíciles, todos mis compañeros se iban a las selecciones y yo estaba solo en Valdebebas", explicaba el francés. Se sentía solo y fuera del foco.

Ese hecho le hizo trabajar muy duro, más aún si cabe, y concienciarse de la necesidad de ser el mejor del mundo si quería pasar a la eternidad. Entrenamiento, concentración, método y trabajo fueron las claves para centrarse solo en el fútbol. Coincidió con la salida de Cristiano Ronaldo del Madrid, que le obligó a dar un paso adelante para convertirse en la gran referencia del equipo. Tenía un sueño nuevo: ser Balón de Oro. La madurez había llegado.

"Siempre tuve el Balón de Oro en mente, pero tras los 30 descubrí la ambición. Eso me hizo trabajar más, ser más decisivo, apostar por cosas importantes como ser un líder en el equipo. Cuando tenía 22 años, no tenía la misma ambición que hoy", afirmaba tras ganar el premio individual más importante de su carrera. Incluso la Federación Francesa le perdonó y comenzó a jugar de nuevo con Francia: la vida le empezaba a sonreír. Todo había cambiado.

Ese Balón de Oro fue el producto de la quinta Champions de su palmarés, aquella en la que se convirtió en la gran referencia del Madrid para llevarle a un título plagado de remontadas y erigirse en el mejor jugador del mundo. Solo un año después, Benzema ha decidido cambiar de aires en busca de nuevo retos. A los 30 años, entendió qué debía de hacer para ser una leyenda. No sabemos qué podría haber logrado de haberlo descubierto a los 19 años...