Camavinga es el mejor jugador del Madrid hasta pidiendo explicaciones tras caer lesionado

Corría el minuto 83 de partido cuando, en lo que parecía una jugada intrascendente en el medio del campo, se congeló el corazón del madridismo. Eduardo Camavinga recibía el balón y la trataba de jugar rápidamente para continuar la jugada de ataque cuando, por detrás, Juan Iglesias trataba de robar el esférico. Pero el defensa del Getafe llegó tarde a la acción y pisó al francés, provocando que su pierna realizara una extraña torsión. Los gestos de dolor eran evidentes.

Carlo Ancelotti ya tenía previsto su último cambio, dando entrada al césped a Álvaro Odriozola por Marco Asensio, héroe del partido, para que recibiera su merecida ovación. El Bernabéu no dudó en reconocerle al balear su gran partido, con un aplauso cerrado que llevaba implícito la petición de su continuidad, pero, entonces, Camavinga pedía al banquillo que detuviera la sustitución porque no podía continuar. Su cara era un poema... con el City a la vuelta de la esquina.

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Martínez Munuera, a pesar de que Asensio ya había abandonado los límites del terreno de juego, le permitió volver para que Camavinga fuera el sustituido. Que un jugador como el francés pidiera el cambio con claros gestos de dolor no era buena señal, pues es de esos jugadores que son una roca y donde las quejas no forman parte de su vocabulario. Y la preocupación pronto llegó al madridismo, consciente de que su baja podría ser una losa de cara al partido del Etihad.

Ante el Getafe, una vez más, Camavinga estaba siendo el mejor de su equipo. Comenzó jugando como mediocentro, convirtiéndose en el jugador más destacado de los primeros compases de un partido gris. Tras el descanso, Ancelotti decidió dejar reposar al recién recuperado Ferland Mendy y reubicó a su compatriota en una posición en la que viene siendo habitual esta campaña. Y, de nuevo, no desentonó lo más mínimo: fino en defensa e incorporándose en ataque, volvió a destacar.

Hasta que a falta de siete minutos para el final del partido recibió esta entrada en el tobillo, que le provocó una torsión en su rodilla izquierda. El francés, con hielo en su rodilla, claros gestos de malestar y muy mala cara, sabía que tenía una lesión. Sería el propio Ancelotti el que lo confirmaría en rueda de prensa: "Tiene un ligero esguince en su rodilla". Y es que una posible baja de Camavinga es más importante de lo que parece pues, a sus 20 años, es un jugador clave.

Camavinga es, sin ningún género de dudas, uno de los mejores jugadores del Madrid esta temporada. No solo por su versatilidad para jugar donde su técnico lo necesite, su capacidad de recuperación o su gran distribución, su velocidad, su fortaleza o su inteligencia posicional. Posiblemente, lo que más destaca del francés es que, sin hacer ruido, es un jugador que cambia los partidos. Supera líneas, divide rivales, ofrece pulmones y contagia a todo el equipo.

Y, frente al conjunto azulón, Camavinga volvió a dar una nueva lección. No solo en lo futbolístico sino, especialmente, en lo deportivo. Tras acabar el partido, con su rodilla vendada, clarísimamente cojo y sin saber si podía tener un problema de gravedad, no dudó en meterse al campo en busca de Iglesias para pedirle explicaciones: de muy buenos modos, en una conversación educada, el francés se terminó fundiendo en un abrazo con el defensa del Getafe tras aclarar lo sucedido.

Al acabar el partido, Ancelotti tranquilizó a todo el mundo: "La rodilla está estable. Ahora le molesta un poco, pero lo más importante es la estabilidad y la tiene 100%. Le molesta un poco la parte interior, pero no es nada. El domingo descansará y el lunes seguro que entrenará con normalidad". Así, Camavinga estará seguro para jugar la 'final' ante el City, un jugador que ha confirmado que es uno de los mejores del Real Madrid... incluso cuando pide explicaciones tras una dura entrada.