La frustración de Zidane por no saber qué hizo tan mal para 'tirar' la Liga

Zidane está cada vez más cerca de clasificar al Real Madrid para otra final de la Champions y no oculta que le falta algo, que no es completamente feliz con la temporada que lleva el equipo. Está fastidiado, descontento. La trayectoria en la Liga ha sido una decepción para un entrenador que manifiesta su frustración dentro del club y no disimula su malestar en la sala de prensa. El día antes del partido contra el Leganés se mostró frío en su comparecencia ante los periodistas cuando el viento corre a favor después de la victoria en Múnich y la cercanía del partido de vuelta que tiene que servir para cerrar el pase a la final de Kiev. Pero ‘ZZ’ se mostró hierático en sus gestos y respuestas para confirmar la frustración que tiene cuando toca hablar de la Liga y la impotencia que le produce no poder estar en el escenario de la pelea por el título que, según ha reconocido en diferentes ocasiones, más ilusión le produce.

Porque ganar la Liga puede tener menos brillo para los aficionados, pero un entrenador crece en autoestima con la regularidad que da comprobar que su trabajo diario se plasma semana a semana, jornada a jornada o partido a partido. Ahí es donde le duele a Zidane, y ese enfado le impide manifestarse con más alegría y euforia después de otra de sus importantes conquistas europeas. Solo hay que fijarse en cómo sonreía en la sala de prensa el día antes de jugar ante el Bayern de Múnich, dispuesto a entrar en bromas y dejar titulares como que su equipo no se caga en los pantalones. Nada que ver con el gesto plomizo que le acompañaba el día antes del partido de Liga.

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Zidane está obligado a preguntarse en qué ha fallado para que el equipo haya tenido un rendimiento irregular en la Liga, qué le ha faltado para competir hasta el final y por qué ha pasado de ganar un doblete (Liga y Champions) la temporada pasada a desconectarse y caerse, de forma progresiva, en este campeonato. Un análisis que hace con su equipo de trabajo, jugadores y que entregará, como informe, a Florentino Pérez cuando finalice la temporada. No ha estado a la altura. Sus jugadores tampoco han podido plasmar en muchos partidos el mensaje del entrenador. Y habido un rival con un altísimo nivel de regularidad y reforzado con fichajes en las dos ventanas del mercado (verano e invierno). Un Barça que superó la salida de Neymar y el varapalo de perder la Supercopa de España.

El Barcelona ha tenido el ritmo que le ha faltado al Real Madrid de Zidane. Pero no es el principal motivo que señalan en el club para perder la Liga. Hay que ser más autocríticos y Zidane asume la responsabilidad, en lo que le compete en su parcela deportiva, con estas palabras: "No hemos estado enchufados ni concentrados". El entrenador tiene claro que el principal problema ha sido la falta de atención y no estar metidos en los partidos como exige la competición. Sobre todo en los disputados en el Bernabéu, donde no han podido ganar a los de arriba: Barcelona, Atlético, Valencia y Villarreal. Del Bernabéu se han escapado 17 puntos y equipos como el Levante (empate) y Betis (victoria) también hundieron más a los madridistas.

Zidane no pone excusas con la cantidad de lesiones y la baja de Cristiano Ronaldo al comienzo de Liga por la sanción de la Supercopa de España. Durante mucho tiempo al equipo le faltó gol. Tampoco se queja de la planificación. No ha sabido enderezar o corregir el rumbo del equipo en la Liga y recuerda con especial amargura derrotas como la del 13 de enero contra el Villarreal (0-1) con un gol de Fornals al final del partido. Una más en la que su equipo sólo era capaz de jugar con orden e intensidad una parte del partido y caerse en la otra.

Bale ha sido su gran decepción

Zidane separa la Liga de la Champions y no le vale que el equipo haya dado la cara en la competición europea y la cruz en la española. Quería la Liga, valora la dificultad de ganar este torneo, exigía competir hasta el final y no fallar con tanta reiteración. Asume su gran cuota de responsabilidad por no hacer un equipo más compacto y competitivo. Su análisis, enfado y frustración le han llevado a ir tomando importantes decisiones que se han visto en el último mes hasta llegar a lo que nadie podía imaginar: la suplencia de Benzema y Bale en Múnich. El reconocimiento de que Lucas Vázquez, Asensio y Kovacic son más necesarios que, por ejemplo, el galés. Sin que ello signifique que tiene algo personal con Bale, pero es evidente que su decepción ha llevado a una pérdida cada vez más grande confianza.

Con la amargura de haber perdido hace muchos meses la Liga se ha ido centrando en la Champions, y a pesar de que le ha ido bien, no está para elogios. Los rechaza y la prueba es que no quiere saber nada de un artículo de 'The New York Times' que, tras la victoria en Múnich, le calificaba como genio y poco reconocido en comparación con el resto de entrenadores. Algunos incluso no han ganado ninguna Champions (Klopp, Conte, Allegri...) y tienen buen cartel, decía el texto. Se desmarca porque es el primero que reconoce que si en la Champions llevan una trayectoria dentro de los parámetros de la regularidad y competitividad, en la Liga han mostrado un fútbol gris. ¿Cómo se puede quitar la espina Zidane de esta horrible Liga? La esperanza es que si la ha ganado una vez por qué no puede volver a repetirlo. Los errores han sido importantes y hay que buscar soluciones.