El deportista a seguir | El niño que quiere triunfar con el Inter y olvidar la pesadilla de su familia

Estadísticamente, solo 1 de cada 1.800 niños que juegan federados termina por llegar al fútbol profesional. Conseguir una plaza entre la elite del balompié no es nada sencillo pero, además, lograrlo en el equipo de tus sueños es aún mucho más complicado. Aunque lo realmente sorprendente de la historia que sigue a continuación no es solo que un joven esté llamado a ser una estrella en pocos años... sino que los tres hermanos de la misma familia son futbolistas.

Que tres futbolistas profesionales sean hermanos no es demasiado habitual, pero, además, todavía es una rareza mayor que los tres vivieran un drama sobre el terreno de juego con unas horas de diferencia. Y es la familia Pío Espósito vivió, en cuestión de medio día, una verdadera debacle futbolística. La primera ocurrió con el hermano mediano, Sebastiano, que se jugaba el ascenso a la Serie A con el Bari, pero un gol en el 94 los dejó con la miel en los labios. Unos minutos después, Salvatorie bajaba con el Spezia a Serie B tras perder en el spareggio contra el Hellas Verona (1-3). Una hora más tarde, Francesco perdía la final del Mundial Sub 20 contra Uruguay (1-0). Casi nada.

Unos meses después de aquella situación, cuando menos, anecdótica, el más joven de los tres hermanos empieza a demostrar que su buena temporada pasada no fue cuestión de fortuna y que lo tiene todo para, en unos años, ser una de las estrellas del Inter de Milán.

Y es que Francesco Pío Espósito es uno de los futbolistas en los que el conjunto neroazzurro tiene puestas más esperanzas. Potente, rápido, técnico, con las dos piernas y con un físico privilegiado, tiene cualidades de sobra para ser un futbolista importante en solo unos años. A sus 18 años, ya empieza a demostrar que puede cubrir una de las mayores carencias del fútbol italiano: la falta de delanteros que, hace no mucho, era un sello indeleble del fútbol transalpino.

No nos tenemos que remontar a muchos años atrás para hablar de delanteros italianos de primer nivel: Del Piero, Inzaghi, Totti, Vieri, Cassano, Vialli, Zola, Delvecchio, Toni, Mancini... No hace falta ir a los Rossi, Altobelli, Mazzola, Meazza o Pioli para descubrir que Italia siempre fue una gran fábrica de arietes. Pero, de un tiempo a esta parte, no termina de encontrar un nueve de primerísimo nivel, de esos que marcan la diferencia. Y Francesco Pío Espósito quiere ocupar ese espacio.

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Rubén Rodríguez

Solo cuenta con 18 años, pero su nombre ya empieza a sonar con fuerza. Formado en las categorías inferiores del Inter de Milán, fue el año pasado cuando realmente explotó. Comenzó siendo suplente en el Primavera para, en cuestión de partidos, no solo ganarse un puesto en el equipo, sino terminar convirtiéndose en el capitán: 15 goles y 3 asistencias le convirtieron en uno de los jugadores importantes del equipo entrenado por Chivu. Tanto, que este año ha dado otro salto.

Consciente de la necesidad de tener minutos al más alto nivel, no dudó en recalar en el Spezia de la Serie B, con el que cada vez tiene más minutos y donde puede presumir de haber hecho su primer gol como profesional. El destino quiso que ese tanto, inolvidable, fuera aún más especial si cabe, pues el pase se lo dio Salvatore... su hermano mayor. Ahora, quiere seguir teniendo minutos para convertirse en un jugador importante del equipo y olvidar el drama del pasado verano.

Solo unos meses más tarde de la citada situación, los tres hermanos juegan en Serie B con la intención de volver a lo más alto lo antes posible. Y Francesco, en sus primeros pasos en el fútbol profesional, quiere demostrar que puede ser el siguiente gran delantero del fútbol italiano y, por qué no, brillar con su Inter de Milán. Es momento de trabajar y luchar por los sueños y, de momento, lo está consiguiendo. Los neroazzurri confían mucho en sus goles. Solo el tiempo dirá si consigue llegar a lo más alto.