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La politización del fútbol: cuando arrodillarse importa más que marcar un gol
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En esta Eurocopa, no se habla del balón

La politización del fútbol: cuando arrodillarse importa más que marcar un gol

Reino Unido mantiene un debate político sobre el gesto de arrodillarse antes del inicio de los partidos, pese a que este se haya visto durante toda la temporada en la Premier League

Foto: Mason Mount hinca la rodilla antes del inicio del partido frente a Croacia. (Reuters)
Mason Mount hinca la rodilla antes del inicio del partido frente a Croacia. (Reuters)

¿Se está politizando el fútbol? ¿Los jugadores tienen derecho a expresar en el campo su ideología o simplemente se les paga por entretener? Con la Eurocopa, en el Reino Unido se está hablando de todo… menos de fútbol. El hecho de que la selección de Inglaterra haya decidido arrodillarse al inicio de cada partido ha generado un debate que ha llegado al mismísimo Westminster. Se trata de una cuestión que divide a los propios hinchas y que ha creado todo tipo de munición contra el Gobierno conservador de Boris Johnson.

Los aficionados que han seguido la Premier League durante el último año ya estarán acostumbrados a ver a los jugadores arrodillarse antes del saque inicial. Pero, con la Eurocopa, los abucheos y aplausos que el gesto provoca en las gradas han acaparado todos los titulares.

Foto: El Villarreal y el Arsenal, segundos antes del inicio del partido. (Movistar)

La acción de arrodillarse antes de un evento deportivo comenzó en los Estados Unidos en 2016, cuando el `quarterback´ de la NFL, Colin Kaepernick, lo hizo para protestar contra la desigualdad racial. Y el gesto se abrió luego camino en el fútbol, tras la muerte en 2020 en Mineápolis de George Floyd, un hombre negro desarmado de 46 años que murió asfixiado después de que un policía blanco le inmovilizara en una postura que le impedía respirar.

Aquello desató protestas en todo el mundo, creando el movimiento Black Lives Matter, con manifestaciones que no han estado exentas de actos vandálicos. Y aquí es donde el acto de los jugadores se vuelve ahora controvertido, porque mientras unos los alaban, otros critican que están apoyando una declaración política en lugar de simplemente enviar un mensaje antirracista.

placeholder Sterling y Pepe, en un partido City-Arsenal. (Reuters)
Sterling y Pepe, en un partido City-Arsenal. (Reuters)

Tras la mezcla de abucheos y aplausos recibidos el domingo pasado en el partido contra Croacia, el seleccionador de Inglaterra, Gareth Southgate, defiende que los Tres Leones (donde hay cinco jugadores de color) están más decididos que nunca a seguir haciéndolo. Insiste en que el gesto no tiene carga política, sino que refuerza el mensaje de que el racismo y la discriminación no serán tolerados.

La selección de Escocia está en contra de arrodillarse porque considera que el gesto no está provocando un cambio significativo. En cualquier caso, este viernes lo harán en solidaridad con sus vecinos y rivales de Inglaterra, antes del partido que se disputa en el estadio de Wembley. Cada selección se ha posicionado al respecto. En el caso de España, por ejemplo, ningún jugador se arrodilla. Y la cuestión no ha ido a más. Sin embargo, en el Reino Unido es un constante motivo de controversia.

El pasado fin de semana, Boris Johnson se limitó a decir que la afición tenía que animar al equipo, no abuchearlo. No entró en más detalles, aunque un portavoz añadió luego que el primer ministro “respeta plenamente el derecho de quienes eligen protestar pacíficamente y dar a conocer sus sentimientos, aunque él está más centrado en la acción que en los gestos”. En este sentido, el responsable de la oposición laborista, Keir Starmer, le ha acusado de “falta de liderazgo”. “No ha tenido el valor de defender a los jugadores. Compara lo que ha hecho Boris con lo que ha hecho Gareth Southgate. Lo que ha hecho este último es el real liderazgo. El primer ministro no tiene el coraje de estar junto a la selección”, matiza.

placeholder Gareth Southgate, en un entrenamiento de la selección de Inglaterra. (EFE)
Gareth Southgate, en un entrenamiento de la selección de Inglaterra. (EFE)

La bola se ha hecho aún más grande con los comentarios del secretario de Estado de Educación, Gillian Keegan, quien se muestra “bastante seguro” de que la mayoría de los hinchas que abuchean a los futbolistas también son antirracistas, pero no están de acuerdo con una declaración vinculada con el movimiento Black Lives Matter. “Hay diputados conservadores muy en contra [de arrodillarse]. ¿Por qué? Porque Black Lives Matter representa cosas que ellos no comparten. Es un movimiento que quiere retirar fondos a la policía y derrocar el capitalismo”, señaló.

A las críticas de 'gesto político' también se ha sumado la titular de Interior, Priti Patel, de origen indio y responsable ahora del estricto sistema de inmigración que se ha impuesto en el Reino Unido tras el Brexit. La ministra defiende que “está bien apoyar una causa y hacer que se escuchen sus voces”, pero señala que el impacto que tuvieron el año pasado las protestas de Black Lives Matter en el Reino Unido fue “devastador”, con el derrocamiento incluso de la estatua de bronce en Bristol erigida en 1895 en memoria de Edward Colston, un filántropo, pero también un comerciante de esclavos en el siglo XIX.

Los hinchas recalcan que mezclar política y deporte nunca fue una buena idea. Pero, al mismo tiempo, ¿ha habido algo más político que el papel clave desempeñado recientemente por Johnson para desmantelar la Superliga ante la polémica generada con los aficionados?

Foto: Protestas en Londres contra la Superliga de fans del Chelsea. (EFE)
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La visión que ofrece Pippa Grange, psicóloga de la selección de Inglaterra durante el Mundial de 2018, va más allá. “Uno de los impactos más significativos de abuchear a los futbolistas que se arrodillan antes de los partidos es el elemento deshumanizador que crea esa división entre los que han pagado para entretenerse y los que entretienen”, escribía en 'The Telegraph'.

“Cuanto más grande y globalizado se ha vuelto el fútbol, más jugadores se consideran mercancías o activos, en lugar de personas. Son pintados como 'tontos' por aquellos que no están de acuerdo con sus puntos de vista. Se les dice que sigan con su trabajo y entretengan a la gente. Pero el campo es su lugar de trabajo y tienen derecho a un comentario civil individual tanto como cualquier otra persona. Los jugadores son personas tanto como los que están en las gradas. A veces esto se olvida y se piensa que simplemente son como avatares de dibujos animados que están ahí únicamente para entretenernos”, matiza. “Estos jugadores tienen que lidiar todas las semanas con el drama de ser héroes o villanos porque el fútbol es muy emocional. Hay una línea muy fina por la que caminar y un gran trabajo por delante”, añade.

¿Se está politizando el fútbol? ¿Los jugadores tienen derecho a expresar en el campo su ideología o simplemente se les paga por entretener? Con la Eurocopa, en el Reino Unido se está hablando de todo… menos de fútbol. El hecho de que la selección de Inglaterra haya decidido arrodillarse al inicio de cada partido ha generado un debate que ha llegado al mismísimo Westminster. Se trata de una cuestión que divide a los propios hinchas y que ha creado todo tipo de munición contra el Gobierno conservador de Boris Johnson.

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