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El extraño caso de Bale: peleado con el gol, falla un penalti y brilla como pasador
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El extraño caso de Bale: peleado con el gol, falla un penalti y brilla como pasador

Gareth Bale sigue con su mala racha con Gales. Lleva casi dos años sin marcar un gol, desde octubre de 2019, y contra Turquía desperdició un penalti. Dio dos asistencias

Foto: Gareth Bale, durante un partido con Gales. (Reuters)
Gareth Bale, durante un partido con Gales. (Reuters)

La situación es extraña para Gareth Bale. Una de sus especialidades es el golpeo del balón, la precisión, potencia, colocación y la seguridad en la ejecución. Nada de esto funcionó en el penalti que falló contra Turquía. Un penalti que él mismo provocó con un derribo pisando la línea de área. Era su momento para poner la guinda a una actuación brillante y lo desperdició. Bale cogió carrerilla, amagó y el disparo se fue altísimo. El mismo jugador que hemos visto marcar un espectacular gol de chilena en una final de la Champions falla lo más fácil. Del fallo del penalti salió tocado, pero no hundido. Acabó el partido mostrando su lado más generoso. Dio las dos asistencias de gol.

Bale necesitaba este gol. Más que nada para silenciar el debate que le persigue en su país. Lleva casi dos años sin celebrar un gol con Gales y no da la sensación de estar nervioso. Realmente, Bale nunca se altera, ni cuando está cuestionado en su país porque echan de menos sus goles. “No pasa nada, estoy tranquilo. Si no marco yo, ayudaré a que otros lo hagan”. Gareth Bale suma más como pasador que como goleador, cuando lo que se le pide es que dé prioridad a lo segundo. Su caso es llamativo. Bale no marca un gol desde el mes de octubre de 2019, está seco y en el partido contra Turquía, el segundo de la Eurocopa, lo rompió con una asistencia. Con un centro milimétrico a Ramsey, fabricaron el primer gol de Gales.

Foto: Gareth Bale en el partido amistoso entre Gales y Albania. (EFE)

Bale lo celebró como si lo hubiera marcado él. Era muy importante adelantarse en el marcador en un día importante para su Selección, que persigue el objetivo de clasificarse para los octavos de final. Lo que demuestra que Bale es un futbolista generoso, que no se vuelve loco por llevar tantos meses sin marcar, que no le entra la ansiedad, como a otros jugadores que montan en cólera. Si Cristiano Ronaldo, por poner un ejemplo, llevara la sequía de Bale, no tengan dudas de que sería una tragedia. Con Bale no sucede lo mismo, porque no le da importancia ni hace dramas.

Con libertad de movimientos

La versión de Bale en esta Eurocopa es la de un jugador que ha decidido jugar con libertad de movimientos y que elige ser más pasador que goleador. Gales explota la conexión Bale-Ramsey. El primero las pone y el segundo las mete. Una jugada ensayada que tuvo éxito en el tercer intento y que sirvió para que los galeses se fueran al descanso con ventaja en el marcador.

Bale empezó en la banda izquierda, después pasó a la derecha y así hasta meterse como un centrocampista más con visión periférica para surtir de balones a Ramsey. Está a gusto el jugador del Real Madrid en esta posición de pasador, la que pueden ocupar otros especialistas tipo Kroos. Lo que hace con Gales y cómo se mueve es imposible que suceda en el Real Madrid. A Bale siempre se le ha considerado un jugador de banda, imprescindible para encarar y desbordar en el uno contra uno. El mejor Bale hizo destrozos por esa zona en sus partidos más destacados en el Real Madrid. Imposible de olvidar el carrerón con el que superó a Bartra en la final de la Copa del Rey.

placeholder El lanzamiento de penalti alto de Bale.
El lanzamiento de penalti alto de Bale.

Este Bale es más mayor y, aunque tiene unas condiciones físicas privilegiadas, está más a gusto de organizador. Contra Turquía hizo daño de enganche y dejó de ser carrilero. Cuando se incorpore al Real Madrid de Ancelotti tendrá que saber primero si el club cuenta con él y si se queda, qué función tiene dentro del equipo. Para esto todavía queda tiempo y no será sencillo de resolver porque en los planes del club está deshacerse de su millonario sueldo (17 millones de euros netos).

Gareth Bale está reñido con el gol, pero ha decidido que puede hacer daño con pases en profundidad, metiéndose por dentro, atrayendo adversarios y generando espacios para los delanteros. Es otra versión de un jugador que tiene pegada, pero que está con problemas de puntería. En la primera parte contra los turcos no fue capaz de romper en una carrera de contraataque, una de sus especialidades, y en la segunda se le fue un disparo alto. Generó más peligro con los pases que con su velocidad, explosividad y remates.

Foto: Cristiano Ronaldo celebra el gol de penalti a Hungría. (Efe)

Antes del partido contra Turquía, se quitó la presión de la responsabilidad de hacer los goles. “No se trata de que yo dé un paso adelante, sino de mejorar como equipo. Todo el mundo está demasiado pendiente de las actuaciones individuales”, comentó el capitán de la Selección de Gales dejando claro que piensa más en lo colectivo que en brillar o reivindicarse con acciones individuales.

En una de esas acciones de desborde consiguió sacar ese penalti que pateó como un jugador de rugby. Tras el fallo tuvo otra ocasión en un remate de cabeza picado, pero no está con puntería la estrella de Gales. Cerró el encuentro con la asistencia del segundo gol. Es un Bale más generoso, con mentalidad de equipo, que no quiere ser egoísta. Pero si no entran los goles, sabe manejarse como pasador. La imagen que dejó al final del partido, en la piña que formaron todos los jugadores para celebrar la victoria, se le vio con sangre, en plan líder. Metido en el centro del grupo dio gritos a todos los compañeros para arengarlos. Un Bale, sin duda, que disfruta con Gales. Así no se le ha visto en el Real Madrid.

La situación es extraña para Gareth Bale. Una de sus especialidades es el golpeo del balón, la precisión, potencia, colocación y la seguridad en la ejecución. Nada de esto funcionó en el penalti que falló contra Turquía. Un penalti que él mismo provocó con un derribo pisando la línea de área. Era su momento para poner la guinda a una actuación brillante y lo desperdició. Bale cogió carrerilla, amagó y el disparo se fue altísimo. El mismo jugador que hemos visto marcar un espectacular gol de chilena en una final de la Champions falla lo más fácil. Del fallo del penalti salió tocado, pero no hundido. Acabó el partido mostrando su lado más generoso. Dio las dos asistencias de gol.

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