Los motivos para confiar en una Selección de nueva generación
Después del primer partido, el desasosiego de la derrota ante Georgia es historia. España jugó bien, generó ocasiones y tiene un gran portero. Estos son algunos motivos para creer en el triunfo
España ya ha empezado a defender por segunda vez consecutiva la Eurocopa, y lo visto en el Stade de Toulouse es mucho más esperanzador de lo que intuíamos en los últimos partidos del equipo. Es inevitable encontrar matices a mejorar, los hubo y los habrá incluso si se acabase ganando de nuevo. Pero es cierto que estos jugadores ofrecen un juego que nos permite creer que hay materia prima sobre la que depositar las ilusiones de la afición. Quizás España sigue sin ser la principal favorita al título, rol que ejerce Alemania con jerarquía, pero sí que puede afrontar lo que queda de competición con la cabeza alta de orgullosa campeona. Y estos son los motivos para confiar.
[Nadie silbó a Piqué en Toulouse]
Iniesta
Andrés es un motivo en sí mismo. Contar con Iniesta en el equipo es contar con una posibilidad, una opción de que pase algo, de que en cualquier momento, en cualquier situación, cree de la nada una jugada que no habríamos soñado ningún mortal que ayude a algún compañero a finalizarla en forma de gol. Ha sido una temporada larga y dura, pero como todas las que juega el manchego, por lo que está acostumbrado, y ha llegado a junio en un estado de forma excelso. En él confluyen todas las teorías del juego de posición, y sobre ello se asientan las bases (y la certidumbre del seguidor español).
[La hora del cambio en la portería]
El balón fluye
Lo visto contra Georgia nos heló la sangre. Vimos en Getafe un equipo infumable que no tenía ni idea de qué hacer con la pelota, que se encontró con una defensa cerrada de un equipo muy flojo y no fue capaz de crear más que un par de ocasiones claras y que permitió la única contraria. Lo achacamos a una falta de espíritu, de concentración, de ganas, básicamente. Y tras ganar a Chequia, ese análisis iba bien encaminado. El centro del campo titular, sin el doble pivote, dejó reminiscencias de lo que una vez fue el mejor fútbol del planeta, haciendo que la pelota se moviese veloz entre las piernas checas y gestando oportunidades que solo la falta de atino evitó que se transformaran en gol. Empieza a ser la España de siempre.
Los cambios
Del Bosque tenía claro su once desde hace mucho tiempo. Lo ha ido masticando lentamente, regurgitándolo si era necesario, hasta que por fin la idea se plasmó sobre el campo. Pero al final solo jugaron once de inicio. Los 12 restantes están tan o más preparados que los titulares para estar en el terreno de juego y cumplir con su cometido. En el debut, Aduriz, Thiago y Pedro dieron otro aire al equipo, mantuvieron la tensión y acabaron gestando entre todos el gol final. Y aún quedan por jugar futbolistas como Lucas, Koke, Bruno, Azpilicueta, Bellerín... Hay mucho donde elegir por si algún día se tuerce la cosa.
[El primer día de la nueva vida de De Gea]
La calma de De Gea
Un debate eterno que encontró su dulce final. De Gea jugó los primeros 90 minutos de la competición, por lo que jugará los siguientes. Y la verdad, da una seguridad pasmosa bajo los palos. Si alguien tenía miedo de que el cancerbero del Manchester United no estuviera preparado para este rol, o que el peso de la enorme calidad de Casillas le superara, que se olvide de ello. En ningún momento se le vio dudar, ni parando y tocando el balón con los pies. Es relajante ver a De Gea jugar.
Los delanteros encuentran a los porteros
España sigue teniendo cierta falta de gol. Pero hay que relativizarla, contextualizarla al lugar, al momento y al rival. ¿Por qué nadie ha ganado con sencillez en la primera jornada hasta el momento? Porque los contrarios son muy buenos. España es mejor que todos los demás, o que casi todos, pero eso no significa que cada encuentro deba finalizar con un río de goles a favor. Sin embargo, ante Chequia, el nivel de los delanteros españoles no fue malo, en absoluto. Lo más importantees que encontraron al portero rival, a Cech, lo cual hace no mucho no era tan normal. Morata fue un peligro constante y los que llegaron de segunda punta también tuvieron sus ocasiones. Ese es el camino.
[El técnico no se dejó influir y sentó a Casillas]
Del Bosque
Se ha ganado un puesto en esta lista, y hay que reconocérselo. Tenía fama de arcaico, de ponerse trabas a sí mismo para avanzar, para evolucionar en las necesidades de una Selección vieja. Pero Del Bosque, aunque no lo parezca, siempre está nervioso, como él dijo. Y ese nervio le hace plantearse mucho las cosas. Se dio cuenta de que para superar defensas cerradas debía renunciar a un mediocentro y jugar con otro interior. Percibió que se requería un cambio generacional en la portería y lo efectuó. Era fiel a sus principios en los delanteros que debían heredar los lugares de Villa y Torres, pero entendió que Aduriz estaba mejor que Alcácer y varió su pensamiento. Del Bosque se puso al día a sí mismo y, con él, a la Selección.
España ya ha empezado a defender por segunda vez consecutiva la Eurocopa, y lo visto en el Stade de Toulouse es mucho más esperanzador de lo que intuíamos en los últimos partidos del equipo. Es inevitable encontrar matices a mejorar, los hubo y los habrá incluso si se acabase ganando de nuevo. Pero es cierto que estos jugadores ofrecen un juego que nos permite creer que hay materia prima sobre la que depositar las ilusiones de la afición. Quizás España sigue sin ser la principal favorita al título, rol que ejerce Alemania con jerarquía, pero sí que puede afrontar lo que queda de competición con la cabeza alta de orgullosa campeona. Y estos son los motivos para confiar.
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