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¿Fin de ciclo de Simeone? El Atlético de Madrid te contesta con épica: ganar, ganar y ganar
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Noche inolvidable en el Metropolitano

¿Fin de ciclo de Simeone? El Atlético de Madrid te contesta con épica: ganar, ganar y ganar

El Atlético destruyó al líder de la Serie A y subcampeón de Champions en una remontada mágica en el Metropolitano. El Inter no reaccionó y Oblak fue decisivo en los penaltis

Foto: Simeone estuvo excelso. (EFE/Kiko Huesca)
Simeone estuvo excelso. (EFE/Kiko Huesca)

El Atlético de Madrid firmó una remontada mágica que nunca más se borrará de la retina de los aficionados rojiblancos (2-1). El equipo de Simeone tenía por delante un reto mayúsculo frente a uno de los mejores conjuntos de Europa. Un equipo que parecía imbatible. Un adversario temible que había sacado a relucir las carencias del Atlético en Milán, que domina con mano de hierro la Serie A y que puso al Manchester City contra las cuerdas en la pasada final de la Champions League: el Inter de Milán.

Los pupilos de Simeone no solo debían remontar un 1-0 de la ida. Es que, además, el Inter de Milán se adelantó en el Metropolitano cuando el primer gol podía haber caído para cualquiera de los dos equipos. El impacto emocional del tanto de Federico Di Marco tendría que haber sido devastador para el Atlético, un equipo que parecía muerto el fin de semana contra el Cádiz y que ya había perdido su contundencia en las dos áreas.

Sin embargo, la respuesta competitiva del Atlético de Madrid fue un homenaje a las grandes noches europeas vividas con Simeone. Los rojiblancos exprimieron al máximo sus recursos, contestaron en dos minutos al gol italiano con un tanto de Antoine Griezmann y forzaron la prórroga a base de luchar, cargar el área, empotrar al Inter de Milán y asfixiar a un equipo que no perdía desde diciembre de 2023.

El Atlético fue un equipo grande y valiente

Y no solo eso, es que el Inter de Milán únicamente ha perdido un encuentro de 28 jornadas de Serie A. Al inter de Milán tampoco le habían marcado ni un solo gol a partir del minuto 75 en toda la temporada. Tuvo que ser el Atlético de Madrid más épico quien desafiara la lógica con un juego vertical, capaz de presionar arriba con continuidad, robar y jugársela en defensa con una línea que, por momentos, se colocó en el centro del campo.

"Ellos son muy buenos, juegan bien, rápido, contundentes, con gran trabajo de los delanteros. Witsel, Savic y Hermoso hicieron un partidazo", confesaría el técnico argentino tras el partido. Con empuje y corazón. "Un partido épico que va a quedar en la historia del club, sobre todo por el rival, uno de los mejores equipos de la actualidad y que el año pasado estuvo en la final de la Champions. Una noche histórica", afirmó Koke en Movistar+.

placeholder Depay revolucionó al equipo. (Reuters/Violeta Santos Moura)
Depay revolucionó al equipo. (Reuters/Violeta Santos Moura)

El Inter de Milán perdonó al contragolpe, pero el Atlético se arriesgó y fue lo suficientemente agresivo como para desestabilizar la defensa del muro interista. Los italianos acabaron hundidos en su área y abrumados ante la cantidad de centros al área, el talento descomunal Griezmann en el último tercio del campo con un gol y otros tantos regalados, los pases de Koke, los giros de Correa, las internadas de Marcos Llorente y los latigazos de Depay.

Simeone, brillante en la dirección de campo

El equipo rojiblanco pudo marcar el 2-1 antes del descanso e incluso evitar la prórroga en el segundo tiempo, porque Rodrigo Riquelme perdonó un gol cantado. El Atlético de Madrid fue mejor y generó más. Gran culpa de ello la tuvo Simeone, que además de retocar el sistema para buscar soluciones, revolucionó el equipo desde el banquillo para catapultar al equipo colchonero hacia la victoria cuando estaba atascado y el Inter parecía respirar. Su dirección de campo fue extraordinaria.

placeholder Correa descolocó al Inter con sus giros e intervenciones. (EFE/Mariscal)
Correa descolocó al Inter con sus giros e intervenciones. (EFE/Mariscal)

El técnico argentino sentó a Rodrigo de Paul, Nahuel Molina y Álvaro Morata en la segunda parte. Los tres futbolistas habían estado muy desacertados durante todo el encuentro. Con el argentino regalando pelotas en el centro del campo, Nahuel Molina impreciso y perdido y Morata sin poder ser decisivo, Simeone pegó un volantazo que cambió la cara al Atlético.

Correa desestabilizó la defensa italiana con una actuación estelar, Depay marcó el 2-1 y sembró el caos y Barrios equilibró el centro del campo rojiblanco con calidad y recursos. "Aguantamos los cambios porque sabíamos que estaba la posibilidad del alargue y necesitábamos piernas. Memphis y Correa y Barrios y Riquelme entraron bien. Riquelme pudo resolver el partido y terminó pateando el lanzamiento determinante", explicaría Simeone tras el pase a cuartos.

La losa de los penaltis

Con el empate en la eliminatoria y el cruce sin decidirse en el tiempo reglamentario, el choque se decidió desde la tanda de penaltis. Esa suerte que se había mostrado tan esquiva, también con la Champions y en Milán. Ahí fue donde Jan Oblak emergió como el gran héroe de la noche con dos paradas (Alexis Sánchez y Klaasen) que dejaron el error de Saúl Ñíguez en anecdótico.

"No los miré. No me va bien mirándolos y decidí no mirar. Oblak se lo merece. Siempre nos ha costado en estos penaltis. Y esta vez ha estado con esa jerarquía", respondería Simeone tras el encuentro en el Metropolitano. El Atlético de Madrid volvió a ganar, a convencer y hacer vibrar a todo el coliseo rojiblanco, donde muchas personas acabaron llorando de la emoción.

El Atlético de Madrid firmó una remontada mágica que nunca más se borrará de la retina de los aficionados rojiblancos (2-1). El equipo de Simeone tenía por delante un reto mayúsculo frente a uno de los mejores conjuntos de Europa. Un equipo que parecía imbatible. Un adversario temible que había sacado a relucir las carencias del Atlético en Milán, que domina con mano de hierro la Serie A y que puso al Manchester City contra las cuerdas en la pasada final de la Champions League: el Inter de Milán.

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