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Qué difícil es ser Lunin y Brahim o por qué el Real Madrid tiene más equipo de lo que cree Ancelotti
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DOS SUPLENTES DE LUJO

Qué difícil es ser Lunin y Brahim o por qué el Real Madrid tiene más equipo de lo que cree Ancelotti

El Madrid se clasificó a los octavos de final de la Champions después de una cómoda victoria ante el Braga, en un partido donde dos suplentes habituales fueron los grandes protagonistas

Foto: Lunin detiene el penalti ante el Braga. (Reuters/Juan Medina)
Lunin detiene el penalti ante el Braga. (Reuters/Juan Medina)

Parecía un día normal en la Champions, de esos en los que el Real Madrid, ante un equipo de menor nivel, tiraba de rotaciones en el once inicial para dar oportunidades a los jugadores que menos minutos suelen tener. Y, grosso modo, así fue si solo nos fijamos en los fríos datos: 3 a 0, partido cómodo, y clasificación a los octavos de final. Deberes hechos y tranquilidad máxima. Pero, ni mucho menos, pues pudo haber sido muy diferente de no brillar dos reservas.

La primera sorpresa llegó en el calentamiento, cuando Kepa Arrizabalaga sentía unas molestias que le impedían jugar de inicio. En ese momento se activaba el protocolo para Andriy Lunin, que veía cómo pasaba de ser el suplente habitual del recambio del también lesionado Thibaut Courtois a tener que jugar en Champions. El ucraniano no solo no defraudó, sino que fue la gran estrella de un partido que, sin su aportación, podría habérsele puesto cuesta arriba al Madrid.

Solo habían transcurrido cuatro minutos cuando Lucas Vázquez cometía un inocente penalti en una disputa sin mayor peligro. Lunin se creció bajo palos y, en una enorme estirada, firmaba una bella parada al lanzamiento de Álvaro Djalo para mantener su puerta a cero. No tardó Nacho en agradecérselo con un claro gesto de capitán, un empujón cariñoso para mostrarle su ánimo por la intervención que acababa de hacer. Solo era el comienzo.

Lunin estuvo sobrio, seguro y muy sereno bajo palos, como demostró en un recorte de tacón mientras le presionaba el rival. Ya acabando el partido, firmaría otro paradón de mérito, tras sacar una buena mano corriendo de palo a palo a un cabezazo a bocajarro de Abel Ruiz. El público del Bernabéu no dudó en ovacionar al meta, que sostuvo al Madrid en los momentos de zozobra y que dio una lección de cómo se debe de comportar un jugador del Real Madrid.

Foto: Brahim Díaz celebra el gol contra el Braga. (Reuters/Juan Medina)

Cuando hace unos meses saltaba la noticia de la lesión de Courtois, todas las miradas se pusieron en Lunin, el que estaba llamado a ser el portero titular hasta la vuelta del belga. A sus 24 años, por fin tenía su gran oportunidad, pero el conjunto blanco decidió ir al mercado y se hizo con la cesión de Kepa, que pasaría a ser el meta indiscutible. Lunin, lejos de quejarse, protestar, rajar ante los medios o criticar, siguió trabajando sin decir una palabra más alta que la otra.

El buen estado de forma del meta vasco acalló cualquier tipo de debate, pues Kepa está siendo importantísimo en la portería. Pero unas inesperadas molestias le dieron la alternativa a Lunin ante el Braga, y no defraudó lo más mínimo. Confirmó que está listo para los retos que Ancelotti le imponga y que puede jugar al más alto nivel. Sin esa parada desde los once metros, el partido pudo ser muy diferente. Y Lunin se llevó el merecido aplauso de un Bernabéu volcado con él.

Brahim superstar

Caso similar es el que vivió Brahim Díaz. El extremo, que fuera gran estrella del Milan de los últimos años y un jugador que marcaba las diferencias en uno de los grandes de Europa, no está contando con las oportunidades esperadas en su regreso al Madrid. Ante el Rayo, muchos aficionados echaron de menos que Ancelotti no apostara por él cuando más complicado estaba el encuentro: su regate, definición y estilo de juego le hacen marcar las diferencias.

Ante el Braga, volvió a demostrar que merece mucho más de lo que está teniendo. Solo tardó 12 minutos en marcar, aunque el gol no subió al marcador por falta previa de Vinícius. Pero en el 26 no iba a desaprovechar su oportunidad, después de una gran jugada de Rodrygo en la que iba a anotar el primer gol del partido. Era su segunda titularidad y lograba su segundo tanto con el Madrid, después del conseguido ante Las Palmas. Solo ha jugado 192 minutos, pero siempre suma.

El aficionado no entiende por qué Brahim no juega más, especialmente por ser un futbolista distinto y con mucho gol, que puede dar muchas soluciones al Madrid en determinados partidos. El abrazo entre Ancelotti y el jugador tras cambiarlo parecía expresar eso: 'Me he equivocado, mereces más'. De momento, dos suplentes indiscutibles le dieron una lección al italiano: el Madrid tiene más banquillo de lo que parece. Solo es cuestión de saber aprovecharlo.

Parecía un día normal en la Champions, de esos en los que el Real Madrid, ante un equipo de menor nivel, tiraba de rotaciones en el once inicial para dar oportunidades a los jugadores que menos minutos suelen tener. Y, grosso modo, así fue si solo nos fijamos en los fríos datos: 3 a 0, partido cómodo, y clasificación a los octavos de final. Deberes hechos y tranquilidad máxima. Pero, ni mucho menos, pues pudo haber sido muy diferente de no brillar dos reservas.

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