Un tifón llamado Arsenal: los ingleses superan al Sevilla de principio a fin (2-0)

Es complicado determinar en qué estado vive el Sevilla, pero seguro que la definición se aproxima mucho al caos. La llegada de Diego Alonso, que lleva ya seis partidos en el banquillo y sólo ha ganado uno, no ha solucionado las carencias que había con Mendilibar. Tal vez porque el vasco obró el año pasado una proeza que se puede calificar como epopeya. En Londres, ante el Arsenal, llegó una nueva derrota ante uno de los equipos más en forma de Europa (2-0).

El Sevilla continúa con los mismos problemas que antes de cambiar de entrenador. Por tanto, es sensato pensar que la solución no pasaba por cambiar al inquilino del banquillo. Hace tiempo que el club se alejó del modelo que lo llevó al éxito. Quizá así se entienda la coyuntura que atraviesa, con un derbi el domingo que puede dejar a Diego Alonso más hundido que nunca.

Londres es una ciudad de frío, viento y niebla, un clima que define a la perfección la situación del Sevilla, en la vida y en el partido. No hubo ningún atisbo de competitividad, porque el Arsenal fue un vendaval en toda regla. Saka y Martinelli se encargaron de ello con internadas que recordaron a las que el mejor Henry hacía por Highbury. A muchos aficionados ingleses se les ha venido a la cabeza el francés, ahora presente en el Emirates a menudo aunque como comentarista televisivo.

Jorginho tenía los mandos del equipo, cual director de la orquesta. El Arsenal, por tanto, sólo tenía que saber interpretar su partitura. En un pase exquisito del italiano, Saka llegó antes que Kike Salas. El inglés únicamente tuvo que darle el pase de la muerte a Trossard para inaugurar el marcador. Tardaron media hora, pero la superioridad había sido aplastante.

Un equipo de Pep

Sorprendió la titularidad de dos canteranos como Juanlu y Kike Salas, ambos sobrepasados por el partido. No están cuajados para un encuentro de estas características. Pero sería totalmente injusto centrar los motivos de la derrota en ellos, que estuvieron igual de superados que el resto del equipo. El Sevilla de Mendilibar era capaz de jugarle de tú a tú a la Juventus, al Manchester United o al Manchester City. No hace tanto de eso.

El Arsenal es un equipo cuyo estilo recuerda mucho a Pep y no se trata de una ninguna exageración. Posesiones largas, presión alta y asfixiante y ataque letal son algunas de las características de los gunners. Siempre se afirma que hay alumnos que plagian a los maestros, más bien los imitan. Y Arteta no es una excepción. El vasco ha heredado lo mejor de Guardiola y lo ha transmitido a su club. Quién sabe si en el futuro ocupará el banquillo del Camp Nou.

Saka, un martirio para la defensa sevillista, se aprovechó del error de Gudelj para aumentar la distancia en el marcador. El defensa del Sevilla rompió el fuera de juego y el británico, recorte incluido, batió con un disparo al palo largo a Dmitrovic. Estalló el Emirates, porque la superioridad era manifiesta. Y porque era noche de Champions y allí se va a disfrutar.

La situación de Diego Alonso

Rakitic salió cuando apenas quedaba un cuarto de hora, con gesto serio desde el inicio. Incluso pagó su impotencia con el colegiado, aunque no fuera amonestado por ello. Demasiados males tenía el Sevilla como para añadirle uno más. El equipo se estiró con la salida del croata, pero el Arsenal no perdía el balón. Hay mucho rondo en ese equipo rojo al que es difícil arrebatarle la pelota.

Dicen que la cara es el espejo del alma y sólo había que observar a Diego Alonso para entender cómo se siente. Apenas lleva un mes en Sevilla, pero ya está en la cuerda floja. Ahora le llega el partido que paraliza la ciudad, pero lo que se puede congelar es el reloj. Ese que marca su tiempo en Nervión.