"Estamos tirando piedras contra el fútbol español". La tensión y las secuelas de denigrar a los árbitros

El repunte de la crispación en el fútbol español está motivado por el polémico arbitraje del partido entre el Real Madrid y el Almería en el Bernabéu. Tres revisiones de VAR favorables al equipo madridista tienen un efecto devastador. Multiplican la indignación y confrontación de aficionados y clubes, las acusaciones de una competición adulterada realizadas por Xavi y Laporta y, lo más grave e impensable, la filtración de audios de jugadas que no fueron revisadas en el monitor por el colegiado de campo, Hernández Maeso.

El clima, de tensión, ataques y desconfianza, está provocando un daño irreparable en la credibilidad del colectivo arbitral. Lo peor que le puede suceder a la competición es que se cuestione permanentemente al juez y se dude de su honorabilidad. Los clubes no están midiendo las consecuencias de los ataques al estamento arbitral, cada vez más feroces con comunicados, redes sociales y vídeos en el canal de Real Madrid Televisión que tienen una enorme repercusión mediática y trascienden nuestras fronteras.

Los árbitros, por muy fuertes que sean mentalmente y quieran demostrar su personalidad como profesionales neutrales, están sufriendo una campaña de acoso y derribo que no tiene precedentes. Producto de los intereses que defiende cada club para no sentirse perjudicado y el caso Negreira.

El malestar en el estamento arbitral y también entre los excolegiados, que no dan crédito a lo que califican un "ambiente irrespirable", es mayúsculo y de impotencia por el descrédito al que están siendo sometidos. Un menoscabo a su trabajo que repercute en un daño importante a la imagen y el prestigio del fútbol español.

Así lo ve César Muñiz Fernández, profesional con una dilatada trayectoria en el arbitraje español, que ejerció durante 23 años y conoce de primera mano cómo se siente un árbitro en activo. "El clima no es bueno y hay que frenar esta tensión. Los árbitros están preparados para trabajar en situaciones extremas, pero este ambiente de fuego cruzado entre clubes, entrenadores y jugadores, no beneficia a nadie. Si queremos tener la mejor Liga del mundo, no ganamos nada con estos ataques al colectivo arbitral. Esto debilita a la Liga. Estamos tirando piedras contra el fútbol español. Hacen falta responsabilidad y sentido común. Se nos va de las manos", analiza para El Confidencial.

Muñiz Fernández avisa de la gravedad

Muñiz Fernández habla de "un ambiente ingobernable" y señala a los responsables de los clubes de incendiar el fútbol con sus declaraciones. No hay filtro ni vale todo contra el árbitro: "Hoy sale Laporta y mañana es otro presidente el que hace unas declaraciones muy fuertes. No se puede ser un forofo más. El presidente de un club tiene que demostrar más templanza y medir sus palabras. Es una figura representativa. En todos los sectores se cometen errores y hay que respetar las decisiones e intentar aportar más para tener un fútbol mejor. Están debilitando y afeando el fútbol".

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El propósito de la Federación de Fútbol y el Comité Técnico de Árbitros ha sido dar un paso en la transparencia con la publicación de los audios del árbitro de la sala VOR con el de campo en las jugadas que se revisan en el VAR. Lejos de ayudar, lo que están ocasionando los audios son más polémica.

Sobre este asunto, Muñiz Fernández recomienda que las conversaciones no dejen lugar a la más mínima sospecha y quede claro que las decisiones las toma el árbitro del campo: "El VAR vino para mejorar y los audios, si se utilizan bien, son buenos. La conversación tiene que ser con códigos cortos y el árbitro de VAR limitarse a describir lo que ocurre, poner tomas y ángulos. Nada más. Si se extiende en la conversación, ya condiciona. El árbitro de campo tiene que llegar limpio de mente al monitor y decidir en función de su criterio".

Denuncia a la Guardia Civil

La crítica que reciben los árbitros, una vez que se conocen los audios, es la influencia que ejerce el árbitro que maneja el VAR sobre el de campo. La jugada en la que Hernández Maeso no da validez al gol de Vinícius, por interpretar que hay mano del brasileño, y el audio en el que Hernández Hernández le rectifica para decirle que el golpeo es con el hombro incrementa la desconfianza y favorece los ataques. En el audio en el que se revisa una posible falta de Rüdiger y Joselu y acaba señalándose el penalti que marca Bellingham, choca la frase de Hernández Hernández desde el VAR a Hernández Maeso: "Le estaba dando vueltas, pero no, es penalti sin duda. Muy bien, mi niño. Eso es lo que me tenía incómodo".

Lo peligroso es que se filtren audios de jugadas que no están en el protocolo por no ser revisadas en el monitor. Es difícil de asimilar, lo está investigando el Comité de Árbitros y Muñiz Fernández encuentra una explicación: "Se sospecha de una persona que estuvo vinculada al Comité de Árbitros, que tenía las claves, y utilizó los vídeos para sacar a la luz y hacer daño al Comité Técnico de Árbitros. Tendrá rencillas".

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Hay que dejar claro que los audios pertenecen al Comité Técnico de Árbitros, organismo que tiene la obligación de depurar responsabilidades sobre hechos tan graves como que se hayan filtrado. La complejidad es encontrar al autor del hurto que tiene acceso a la señal de streaming. De ella participan en la sala VOR (árbitro principal, árbitro asistente y operador), la sala anexa (directores de operaciones) y la sala Haw-Eye (proveedor técnico de la señal).

La reacción del colectivo arbitral es presentar una denuncia ante la Guardia Civil por la extracción de material audiovisual del sistema VAR, según anuncia en un comunicado la Real Federación Española de Fútbol. Consideran los hechos extremadamente graves y reforzarán las medidas de seguridad de todas las comunicaciones.