El escándalo en el PSG no es solo el vergonzoso penalti que le da vida en la Champions

La Champions está bajo sospecha de adulteración por el escándalo del penalti pitado a favor del Paris Saint-Germain en el empate contra el Newcastle. El equipo de Luis Enrique necesitó un descuento de ocho minutos y un penalti marcado por Mbappé para depender de sí mismo en la última jornada que disputa contra el Borussia Dortmund en Alemania. El polémico penalti es una bola extra para el fuerte desembolso que ha hecho Qatar en su obsesión por hacer al PSG campeón de Europa. El VAR cayó del lado del club parisino en un balón que va rebotado del cuerpo a la mano.

La sospecha de que la UEFA favorece al club que preside Nasser Al-Khelaifi coge fuerza con una jugada que no ofrece dudas. La mano de Livramento, jugador del Newcastle, está en una posición natural. Cualquier interpretación que defienda la decisión de pitar el penalti solo sirve para enrevesar el reglamento e ir contra el sentido común del fútbol. El VAR y el árbitro polaco Symon Marciniak barrieron para casa, en favor del negocio de la empresa que les paga, en beneficio de la UEFA y de un club aliado. No puede caer tan pronto de la Champions.

El penalti señalado es tan injusto como descarado, pese a que Luis Enrique mire para otro lado y diga que jugaron mejor que el Newcastle y merecieron el empate. El técnico español camina sobre el alambre en la Champions, pero tiene red. El susto de verse con pie y medio fuera no se lo quita nadie. No sirve de nada que diga que su equipo generó más ocasiones de gol o que "yo no me dedico al VAR" porque lo suyo es entrenar. ¿Qué habría dicho el valiente de Luis Enrique si le pitan ese penalti en contra? Se habría quejado y su club habría denunciado el escándalo.

En Inglaterra hablan de robo, vergüenza, montón de mierda y arbitraje repugnante. En París callan después de una noche agónica. El proyecto de los 410 millones de euros que se ha gastado Qatar esta temporada ha estado a punto de naufragar. Es el club que más dinero ha invertido de los 32 que están en la Champions en reforzar la plantilla.

El PSG, que hace una semana hizo efectiva la opción de compra de 65 millones de euros por el portugués Gonçalo Ramos, alcanza la cifra de los 410 millones en el gasto de contrataciones. Mucho dinero para quedarse fuera de la Champions. Un club que ha fichado a Luis Enrique, apostando por su liderazgo y por haber ganado la Champions en 2015, y ha invertido tanto dinero, sale a flote por un penalti injustificable.

Los 410 millones de euros están por encima de los 239 del Manchester City, los 234 del Arsenal, los 206 del Manchester United, los 157 de Leipizig, los 155 del Bayern de Múnich, los 145 del Newcastle y los 128 del Real Madrid. Qatar ha gastado 155 millones de euros solo en dos delanteros (Kolo Muani y Gonçalo Ramos) para tener que agarrarse a un penalti escandaloso que le deje con vida en la Champions.

La sospechosa venta de Verrati

Hace una semana era Javier Tebas el que, de nuevo, apuntaba al Paris Saint-Germain como un club que juega con otras reglas. "La operación Verratti no está muy clara. Le han traspasado por 40 millones de euros a un club que tiene 25.000 espectadores. La operación tiene las pistas necesarias que nos llevan a tener que salvar el Fair Play Financiero", manifestó el presidente de la Liga en un acto. El PSG vendió a Marco Verrati al Al-Arabi, un equipo de Qatar. Una estrategia más para maquillar el desequilibrio entre ingresos y gastos.

Las cuentas del PSG y cómo sigue inyectando dinero al club a través del fondo inversor qatarí (QSI) siguen siendo un misterio. En Francia el control no es estricto y le vale con demostrar que tiene liquidez para hacer frente a las deudas. Pasa sin problemas el filtro de la Dirección Nacional de Control de Gestión (DNCG) que supervisa las cuentas de los clubes franceses. La UEFA sancionó al PSG en septiembre de 2022 por incumplir las normas del Fair Play Financiero con una multa de 65 millones de euros, de los que solo pagó 10 millones y los otros 55 podrían ser reducidos o perdonados.

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Ulises Sánchez-Flor

Todo es muy sospechoso en lo que se refiere al juego limpio financiero del Paris Saint-Germain. Ahora se le suma el escandaloso penalti del partido contra el Newcastle, señalado por un árbitro cercano al poder, que pitó la final del Mundial de Qatar que ganó la Argentina de Messi y la de la Champions que consiguió el Manchester City contra el Inter de Millán.

El daño del polémico penalti en el estadio del Parque de los Príncipes ya está hecho, perjudica al Newcastle y a la credibilidad de la competición. La UEFA lo que ha hecho es buscar un cabeza de turco y señalar únicamente al árbitro polaco de la sala VOR, Tomasz Kwiatkowski, apartándole del partido entre la Real Sociedad y el Salzburgo como responsable del videoarbitraje. El foco lo pone en la sala VOR y no en el árbitro que tenía que tomar la última decisión.