Los alaridos de Ancelotti y cómo Florentino le ratifica si no hay un descalabro contra el City
Florentino Pérez no se sale de su guion y adopta una postura inteligente para reforzar a Carlo Ancelotti de cara a la exigente eliminatoria contra el Manchester City
La imagen de la comedida celebración en La Cartuja tras ganar la Copa del Rey es la de Ancelotti dando alaridos con el himno del Real Madrid. En el césped, más que cantar, daba gritos. Cerca de él estaba su hijo Davide. Más que afinar la voz, lo que hacían era soltar la presión acumulada. Ancelotti y su hijo se jugaban mucho en el partido contra Osasuna. Lo reconoció el entrenador italiano, que dijo que el hecho de ser favorito le provocó más desgaste. El miedo al fallo estaba ahí, entre los técnicos y en el club, por la sensación de que los jugadores estaban perdiendo la concentración con malos partidos contra el Girona y la Real Sociedad. Las energías se las estaban guardando para el duro enfrentamiento contra el Manchester City.
Con la Copa del Rey en la mano se liberó Ancelotti y también Florentino Pérez. El presidente del Real Madrid, que elige los momentos para hacer declaraciones, volvió a abrazar al entrenador y habló sobre su futuro. "Tiene contrato y estamos encantados con él", es lo normal que se puede decir tras ser reyes de España. Florentino ratifica a Ancelotti, pero todavía queda por disputar lo gordo de la temporada. La eliminatoria contra el Manchester City de Guardiola y Haaland. El presidente no se sale de su guion y adopta una postura inteligente para reforzar al entrenador de cara a la exigente eliminatoria contra el Manchester City.
Tiene que producirse un enorme descalabro en las semifinales para que Florentino cambie de idea y, donde dijo estamos encantados con Ancelotti, diga que el equipo necesita un nuevo impulso. La Copa del Rey salva el orgullo de Ancelotti, pero le puede saber a poco a Florentino si el equipo compite igual de mal que en la Liga. El partido contra Osasuna no es una buena referencia para medir el estado de juego del Real Madrid, que se agarró a las acciones explosivas de Vinícius, se relajó en el inicio de la segunda parte, volvió a recibir un gol y terminó pidiendo la hora.
La excusa del calendario
La Champions es muy difícil de ganar, y, si no, que se lo digan a Guardiola, pero Florentino quiere más. Le da valor a una Copa del Rey en la que han superado a Atlético y Barcelona. Es el tercer título de una temporada en la que no se puede obviar la decepción de la Liga, pero hay algo en lo que parece que el presidente es comprensivo con el entrenador. Florentino se quejó del inhumano calendario tras la final de la Copa del Rey. La excusa perfecta para decir que, en una temporada interrumpida por el Mundial de Qatar y compitiendo por todos los títulos, se han tenido que hacer enormes sobreesfuerzos físicos y mentales. Algo que les ha perjudicado en el campeonato español y ha beneficiado al Barcelona y el Atlético de Madrid.
Ancelotti presume de haber ganado todos los títulos en dos temporadas, pero le queda lo que más ilusión le hace al madridismo y al presidente. Eliminar al Manchester City de Pep Guardiola y Haaland sería un subidón para los aficionados y para un presidente que arriesgó en dar prioridad al fichaje de Mbappé y descuidar el de Haaland. El francés se la jugó y ver la facilidad con la que el noruego hace goles produce una sensación de envidia y rabia. El madridismo querría tener un Haaland en su equipo para ser un equipo todavía más invencible.
Lo importante para Ancelotti es haber ganado una Copa del Rey que le ayuda a no perder el crédito. De no haber sido así, Florentino no habría dicho que están tan encantados con él. Esto lo sabe el propio Carletto, que escucha y escruta, y tiene un profundo conocimiento de cómo funciona el criterio del Florentino. En el Real Madrid, los entrenadores se mantienen si ganan títulos, y Ancelotti está más cerca de conseguirlo tras ganar la Copa y si hace una eliminatoria honrada contra el City.
La imagen de la comedida celebración en La Cartuja tras ganar la Copa del Rey es la de Ancelotti dando alaridos con el himno del Real Madrid. En el césped, más que cantar, daba gritos. Cerca de él estaba su hijo Davide. Más que afinar la voz, lo que hacían era soltar la presión acumulada. Ancelotti y su hijo se jugaban mucho en el partido contra Osasuna. Lo reconoció el entrenador italiano, que dijo que el hecho de ser favorito le provocó más desgaste. El miedo al fallo estaba ahí, entre los técnicos y en el club, por la sensación de que los jugadores estaban perdiendo la concentración con malos partidos contra el Girona y la Real Sociedad. Las energías se las estaban guardando para el duro enfrentamiento contra el Manchester City.
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