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La treta fiscal que permitió a Willy Valadés no darse de baja y tributar 3.000 € al año
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FACTURÓ 100.000 EUROS

La treta fiscal que permitió a Willy Valadés no darse de baja y tributar 3.000 € al año

A través de una sociedad interpuesta, Valadés pudo ausentarse del trabajo sin justificación médica y tributar muy por debajo de cualquier asalariado

Foto: Guillermo Valadés junto a Pepe Domingo Castaño.
Guillermo Valadés junto a Pepe Domingo Castaño.

Oficialmente, nadie en la emisora de los obispos tuvo nunca constancia de que Guillermo Willy Valadés estuviera de baja por un tumor cerebral, ni siquiera a día de hoy y pese a que lleva lejos de las ondas varios meses. Es porque el periodista, que presuntamente ha estafado más de 300.000 euros a sus compañeros de Tiempo de juego, nunca estuvo en nómina en la COPE. Desde su desembarco de la Cadena SER en 2010, junto a Paco González, Pepe Domingo Castaño y el resto del equipo que hizo de Carrusel deportivo el líder de la radio deportiva en España, Valadés siempre se mantuvo como colaborador externo.

Cada mes, emitía facturas desde la empresa que fundó en septiembre de aquel año, una sociedad limitada llamada Valadés Comunicaciones. De hecho, la creó específicamente para facturar a Tiempo de juego.

Valadés trabajaba como uno más del equipo, pero ni siquiera ejercía como falso autónomo: facturaba a través de una sociedad limitada en la que solo trabaja él y tiene la sede en casa de sus padres. Esta circunstancia le ha proporcionado dos grandes ventajas: tributar menos y no tener que justificar su baja.

Foto: Guillermo Valadés, junto al jugador del PSG Sergio Ramos. (COPE)

Fuentes de la emisora sostienen que Valadés se dejaba ver a menudo por allí, como un trabajador más. "No era una empresa que proveía servicios, era un empleado", dicen. De haber estado contratado como personal de COPE, se habría visto obligado a solicitar la baja y su respectivo justificante médico, algo que nunca ocurrió. Un miembro del equipo mencionó que se trataba de "una baja verbal y no médica" a un periodista de El Mundo.

Esto le permitió a Valadés irse a casa y empezar a recibir el dinero del tratamiento sin ningún tipo de cortapisa. La única prueba que tenían sus compañeros y la COPE del supuesto cáncer era la palabra de Willy.

Además, aunque Willy ejercía las funciones de productor (otros emplean el término conseguidor) en el programa, facturaba como si fuera una sociedad ajena a COPE. Basta echar un vistazo a los depósitos de cuentas del Registro Mercantil para comprobar que sus ingresos se parecen mucho más a una nómina que al resultado de la actividad empresarial de un año. Todos los años percibe una misma cantidad, 80.000 euros, salvo el último, en el que facturó 100.000. Los expertos consultados advierten que esta circunstancia es propia de un empleado por cuenta ajena, pero no de una empresa, cuya facturación fluctúa en mayor medida de un año a otro (especialmente el año del confinamiento; su facturación ni se inmutó). (Descargue aquí los balances de Valadés Comunicaciones)

Foto: Mensajes de Willy y una imagen de archivo de Guillermo Valadés. (EC)
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Desde que llegó a Cope, Valadés se las ha arreglado para no pagar más de 5.000 euros anuales en concepto de sociedades. Para conseguirlo, se dedujo casi la mitad de la facturación en concepto de aprovisionamientos y otro tanto en gastos de explotación. Se trata, a grandes rasgos, de la compra de material para el trabajo y de los gastos propios de la actividad. Valadés, por sistema, registra en estas dos partidas el 80% de su facturación porque le sirven para rebajar la cantidad sobre la que tributar.

Así, la base imponible nunca superó los 20.000 euros, de modo que el ejercicio en el que más impuestos pagó fueron 4.500 euros. En los últimos cinco años, Valadés ha tributado 55.000 euros de los 426.000 que ha ingresado, apenas un 13% de la facturación. De haberlo hecho por IRPF, como el resto de asalariados, habría pagado a Hacienda 200.000 euros.

Hay un detalle que deja boquiabiertos a los expertos: Valadés Comunicaciones tiene la sede en el piso de sus padres, cerca de Embajadores, al sur de Madrid, y no gasta un euro en salarios ni en dividendo. Esto significa que solo le quedan 12.000 euros limpios al año para mantenerse. "Es escandaloso. Si a mí me entrase este balance, lo primero que preguntaría es de qué come este hombre. Si se gasta todo en aprovisionamientos, que son gastos en material de la empresa, y el resto en explotación... ¿qué le queda para vivir?", dice un técnico de Hacienda consultado por este periódico.

"La sensación que tengo", continúa el técnico, "es que no hay salario porque esta persona está usando la empresa como su cuenta bancaria personal. Repercute todos sus gastos, tanto los profesionales como los personales, en las cuentas de la mercantil y así consigue desgravárselo todo, algo que no habría podido hacer como gasto de personal. Me cuesta pensar en cómo justificaría todos estos gastos en una inspección".

Foto: Manolo Lama, Paco González y Pepe Domingo Castaño. (COPE)

"Es bastante extraño que una empresa de servicios tenga una compra de aprovisionamientos tan grande, porque no necesita existencias de nada. Posiblemente, lo que se lleva el socio único y administrador como beneficio estará en otros gastos de explotación", dice José Antonio Bravo, asesor fiscal de Ágora SA. "Lo que probablemente hace es hinchar las cuentas de gastos para tener un resultado antes de impuestos bajísimo (entre el 15 y el 20% de facturación)".

Una argucia bajo el punto de mira

En los últimos años, Hacienda emprendió una auténtica blitzkrieg contra locutores y presentadores de TV que facturaban empleando esta fórmula para ahorrarse impuestos. En lugar del IRPF (47% en su tramo superior, para rentas de más de 300.000 euros), como sociedad pagaban el impuesto de sociedades (25% e incluso menos, dependiendo de la situación), una treta que le costó el puesto a un ministro de Cultura gracias a una información de este periódico.

Los que lograron doblar la muñeca a Hacienda lo hicieron porque pudieron justificar la subcontratación de un tercero, el alquiler de una oficina o un sueldo para sí mismos a precio de mercado. Ninguna de estas circunstancias se cumple en el caso de Willy: trabaja como empleado en COPE, tiene la sede de la compañía en la casa de sus padres y no percibe salario alguno de la sociedad.

Foto: Montaje: E. Villarino

"Hacienda suele seguir a estas sociedades unipersonales, de socio único, que realizan una actividad profesional y que solo facturan a un cliente", indica Bravo. "Que se le escapen a Hacienda es extraño, se suelen controlar bastante, porque tiene advertidísimos a los asesores fiscales sobre este tipo de sociedades unipersonales", dice Bravo.

No obstante, Willy sí recurrió al Estado para reclamar tres préstamos por un valor total de 40.000 euros, de los avales que el Instituto de Crédito Oficial dispuso para ayudar a las pymes con el covid-19. Pese a que había seguido percibiendo la misma cantidad como trabajador de Tiempo de juego, tenía derecho como administrador único de Valadés Comunicaciones.

Oficialmente, nadie en la emisora de los obispos tuvo nunca constancia de que Guillermo Willy Valadés estuviera de baja por un tumor cerebral, ni siquiera a día de hoy y pese a que lleva lejos de las ondas varios meses. Es porque el periodista, que presuntamente ha estafado más de 300.000 euros a sus compañeros de Tiempo de juego, nunca estuvo en nómina en la COPE. Desde su desembarco de la Cadena SER en 2010, junto a Paco González, Pepe Domingo Castaño y el resto del equipo que hizo de Carrusel deportivo el líder de la radio deportiva en España, Valadés siempre se mantuvo como colaborador externo.

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