Willy Valadés, un tipo simpático que vive con sus padres y es el alma de todas las fiestas

"Claro que le recuerdo. Willy era el clásico canallita de la sección de Deportes: media melena, camisas a rayas, lejos del estajanovismo. Nos caía bien a todos los jóvenes, porque es muy bromista, el típico jefe que nunca te achucha. Y, por supuesto, era el primero en aparecer cuando había cañas o copas", recuerda uno de sus becarios en la Cadena SER.

Guillermo Valadés (Mérida, 1968), Willy para los amigos, es el hombre del momento. Acusado por sus amigos de estafa, el periodista se ha encerrado en casa y no responde a nadie. Distintas fuentes coinciden en señalar que Valadés vive con sus padres, una circunstancia que solía ser objeto de broma entre Paco González, Manolo Lama y Julio Pulido, su círculo más íntimo, todos ellos entrados en la cincuentena.

"¡Willy se tiene que ir ya, que si no duerme en la calle!", bromeaban sus amigos cuando llegaba la medianoche.

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Aunque llevaba más de una década en la Cadena COPE, Willy es más popular en la SER. Allí conoció a Paco González y con él se marchó en el verano de 2010, cuando toda la sección abandonó la emisora de Prisa tras el incidente de Silestone. "Aquí era uno más de la sección de Deportes, incluso diría que uno de los menos importantes, mientras que a la COPE ya se fue como un pata negra del grupo de Paco, Pepe y Manolo", dicen fuentes de la emisora.

Cuentan desde la SER que Valadés estaba destinado a la web, primero a la de la emisora y después a la de la sección de Deportes. "A menudo le daban las noches, que es el turno que nadie quiere, y en alguna ocasión le sorprendieron viendo contenido poco apropiado para un lugar de trabajo", continúan.

Católico, soltero, madridista y poco amigo de las "moderneces", Willy se fue haciendo un hueco entre los reyes de la radio deportiva a base de simpatía. "Nunca ha sido un primer espada a nivel periodístico, ni siquiera un trabajador nato. Lo que era es una persona muy afable que siempre estaba dispuesto a tomarse una copichuela. Y ahí, en el bar, el tipo era irresistible: bebía, bromeaba, siempre se iba el último", dicen.

"No era un primer espada, pero por la noche se ganaba a cualquiera"

Casi todas las fuentes consultadas apuntan a la noche como el terreno natural de Willy. Algunos de su entorno más cercano, en alguna ocasión, le reprocharon que hiciese constantemente fotos y vídeos con el móvil, mientras los demás disfrutaban en un ambiente distendido. Al respecto, ciertas versiones apuntan a que Valadés podría haber utilizado esos vídeos como garantía —o amenaza— para evitar que sus antiguos amigos hicieran pública la situación de estafa de la que creen ser víctimas.

A casi nadie le cuadra que Wily haya podido actuar así. No ponen peros, porque la acusación viene de su grupo íntimo de amigos, pero sí se muestran sorprendidos. En primera instancia, porque su carácter extrovertido no cuadra con una maniobra tan abyecta. En esta línea, nadie conoce una mala acción del periodista, ni siquiera recuerdan una mala palabra a un compañero. Como mucho, señalan que su acercamiento al equipo de Deportes fue más parecido al de un fan que al de un compañero. "Es alguien campechano rodeado de gente con mucho talento y empuje, verdaderos monstruos de la radio; siempre asumió un rol secundario en el equipo, lo que no significa que no le tuviesen mucho cariño. Y él a ellos", relatan.

Willy era un profesional bien remunerado que no tenía motivos para engañar a sus amigos

Además, Valadés es un profesional bien remunerado que nunca ha aparentado apreturas económicas. Cobraba bien en la Cadena SER y mejor aún en COPE, donde factura a través de una mercantil llamada Valadés Comunicación. Según la información que obra en el Registro Mercantil, Willy ingresaba anualmente en torno a 80.000 euros por su colaboración con COPE, alcanzando en 2021 su máxima facturación: 101.000 euros.

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Así, no pocos se preguntan qué necesidades ocultas tendría Valadés para haber engañado a unas personas a las que, además de su amistad, les debe un elevado nivel de vida. Al hilo de esto, en las últimas horas se han empezado a mover unas informaciones de 2014 en las que la hermana y el cuñado de Willy figuran como condenados por apropiación indebida de 400.000 euros de la Caja del Mediterráneo.

En la búsqueda de respuestas, algunos compañeros recuerdan una broma de 2011 en la que instó a su compañero Jorge Hevia a pedir dinero a sus seguidores para que se lo ingresasen en la cuenta:

Sea como fuere, el caso Willy no ha hecho más que empezar. Ni siquiera sus allegados saben qué ha sucedido, adónde ha destinado el dinero o si su enfermedad es real. "Lo sentimos, pero lo volveríamos a hacer", dijo un descorazonado Paco González en el arranque del Tiempo de juego de ayer.