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Atlético, Milan e Inter también abandonan: la Superliga es ahora un torneo triangular
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UN SUEÑO DE 48 HORAS

Atlético, Milan e Inter también abandonan: la Superliga es ahora un torneo triangular

La competición que vino a suceder a la Champions se viene abajo en tiempo récord

No habrá Superliga este verano. La competición germinó el domingo por la noche, creció sin control durante el lunes y se frustró el martes, cuatro meses antes de ver la luz. Ayer, los seis clubes ingleses (Manchester UTD, Liverpool, City, Arsenal, Tottenham y Chelsea) protagonizaron una espantada histórica al anunciar que no participarán en la competición llamada a suceder a la Champions. Tampoco estarán el Atlético de Madrid, el AC Milan ni el Inter, que a lo largo de la mañana del miércoles también se han desvinculado de la competición por medio de una nota oficial. Con ellos, no solo se van más de la mitad de los participantes, sino también una buena porción de los ingresos por derechos de televisión y patrocinio que proyectaban las cuentas de la Superliga. Sin los ingleses, y con el PSG, Bayern, Atlético y Borussia Dortmund renegando de la competición, la liga de Florentino Pérez y Andrea Agnelli es solo un sueño que ha durado dos días.

Porque en este alocado martes también se bajó del barco Ed Woodward, vicepresidente del Manchester UTD y el tercer pilar sobre el que se sostenía la Superliga. Woodward era el hombre de Florentino y Agnelli en Inglaterra, el encargado de reclutar en la Premier y de conseguir financiación, pero, en la tarde de ayer, superado por la presión social y consciente de una rebelión en ciernes, optó por dimitir y hacerse a un lado.

Foto: Protestas en Londres contra la Superliga de fans del Chelsea. (EFE)
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Celia Maza. Londres

El efecto dominó se desató tras una protesta de aficionados del Chelsea en Londres. A mediodía, miles de 'blues' se congregaron en torno a Stamford Bridge para exigir explicaciones a la directiva por la Superliga. Los manifestantes exhibieron pancartas con leyendas como 'Grand theft football' y cantaron "fuck Pérez" durante varios minutos, en alusión al presidente del Real Madrid. Tanto llegaron a caldearse los ánimos que tuvo que interceder Peter Cech, leyenda del Chelsea y actual director deportivo del club. Cech explicó que el Chelsea estaba revisando los términos de su participación en la Superliga y la afición lo festejó como un gol de John Terry.

Apenas una hora después, el Manchester City fue un paso más allá y anunció a los organizadores de la competición que también se iba. Los 'citizens', también criticados por su afición, renuncian después de que su entrenador, Pep Guardiola, criticase veladamente el proyecto, señalando que "no es un deporte cuando la relación entre el esfuerzo y el éxito, entre el esfuerzo y la recompensa, no existe". La prensa británica adujo, como posible explicación, que City y Chelsea fueron los últimos clubes en adherirse a la Superliga por las dudas que tenían en torno a su rol. Concretamente pensaban que, al no haber estado presentes en las primeras reuniones en las que se diseñó la Superliga, se les asignaría un papel secundario en el torneo.

Sin embargo, el día demostraría que había algo más que dudas en torno a los clubes. En Inglaterra, la oposición a la Superliga ha sido mucho más feroz que en Italia y España, como por otra parte cabía esperar de los creadores de este deporte. Aficionados por todo el país se han levantado contra lo que consideran un intento de privatización del fútbol y la prensa se ha despachado a gusto con los socios fundadores, señalándolos en portadas flamígeras como 'The great game robbery', de 'The Sun', o el 'Shameful', del 'Daily Express'.

Foto: Ed Woodward, máximo dirigente del Manchester United. (Reuters)

También han contribuido al clima anti-Superliga las palabras del primer ministro Boris Jonhson, que ayer insistió en su oposición a una iniciativa que, en su opinión, "no favorece el interés de los aficionados ni favorece el interés del fútbol". En la misma línea se manifestó el príncipe William, que aseguró estar "del lado de los aficionados". Sintiéndose respaldado por las fuerzas vivas del país, Johnson se mostró dispuesto a bloquear el proyecto a base de legislar si era preciso, aunque aseguró que su primera opción es respaldar a la Premier League y a la federación inglesa (FA) para que encuentren una solución "por sí mismas".

Horas después, tras conocer las salidas de City y Chelsea, el 'premier' inglés se apresuró a felicitar a los disidentes, considerando que han hecho "absolutamente lo correcto" y que esperaba que el resto de británicos implicados Arsenal, UTD, Liverpool y Tottenham "siguieran su mismo camino".

Foto: El abogado Ramón Calderón mira por la ventana de su despacho. (El Confidencial)

Precisamente estos clubes convocaron una reunión de urgencia a primera hora de la noche. Para los ingleses, el orden del día era anunciar su marcha en bloque; para Agnelli y Florentino, intentar que la Superliga llegase viva al miércoles. Los clubes de la Premier, intimidados por la presión a la que han sido sometidos, según la versión que maneja el Real Madrid, se levantaron de la mesa pasada la medianoche y dieron orden a sus 'comunity managers' de despedirse de la Superliga en Twitter.

Agnelli y Pérez decidieron mantener el chasis del proyecto, dado que la Superliga es inviable, para intentar abordarlo en el futuro. Sin embargo, las salidas de los milaneses y el Atlético dejan a la Superliga en un triangular entre el Real Madrid, Juventus y un sorprendente FC Barcelona, que, pese a que sonaba como unos de los primeros candidatos a saltar del proyecto, ha permanecido en el barco hasta el naufragio.

No habrá Superliga este verano. La competición germinó el domingo por la noche, creció sin control durante el lunes y se frustró el martes, cuatro meses antes de ver la luz. Ayer, los seis clubes ingleses (Manchester UTD, Liverpool, City, Arsenal, Tottenham y Chelsea) protagonizaron una espantada histórica al anunciar que no participarán en la competición llamada a suceder a la Champions. Tampoco estarán el Atlético de Madrid, el AC Milan ni el Inter, que a lo largo de la mañana del miércoles también se han desvinculado de la competición por medio de una nota oficial. Con ellos, no solo se van más de la mitad de los participantes, sino también una buena porción de los ingresos por derechos de televisión y patrocinio que proyectaban las cuentas de la Superliga. Sin los ingleses, y con el PSG, Bayern, Atlético y Borussia Dortmund renegando de la competición, la liga de Florentino Pérez y Andrea Agnelli es solo un sueño que ha durado dos días.

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