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La muerte (y próxima resurrección) del fútbol chino: "El nivel de gasto era insostenible"
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Un cambio de paradigma

La muerte (y próxima resurrección) del fútbol chino: "El nivel de gasto era insostenible"

La desaparición del vigente campeón, el Jiangsu, ejemplifica la crisis financiera de la Superliga. Las trabas económicas de la Federación buscan fomentar el producto chino

Foto: La afición anima conectados desde casa en un partido de la pasada temporada de la Superliga. (Reuters)
La afición anima conectados desde casa en un partido de la pasada temporada de la Superliga. (Reuters)

Cuando Xi Jinping llegó al poder en la República Popular China en la primavera del 2013, pocos se esperaban el papel tan profundo que el entonces secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central iba a plasmar en el fútbol. En un país donde el tenis de mesa era el deporte más popular, la figura de Xi Jinping, todo un aficionado al balompié, fue fundamental para su auge. El objetivo era convertir a China en una potencia futbolística, tanto a través de su competición doméstica, la Superliga, en el ámbito de la selección nacional, y hasta como deporte recreativo para la población.

Foto: Oscar, del Shanghai SIPG, es el jugador mejor pagado de la liga china. (Reuters)

Ocho años después, la Superliga vive su momento más crítico. El Jiangsu, vigente campeón de la competición, anunció recientemente “el fin de sus operaciones” tan solo meses después de haber conseguido su primer título de la historia. La desaparición de este club, que ha realizado una potente inversión en las últimas temporadas con fichajes como el de Alex Teixeira procedente del Shakhtar Donestk (50 millones de euros) o Ramires del Chelsea (28 millones), llega al no poder soportar una deuda superior a los 70 millones de euros, según los medios locales. Una nueva pérdida para el fútbol del gigante asiático, ya que en el último año hasta 16 equipos de las tres primeras divisiones han desaparecido. ¿Significa esto el camino hacia la quiebra de uno de los proyectos más ambiciosos del fútbol mundial? ¿Se ha acabado el dinero de repente? La explicación no es sencilla.

"El mercado chino explotó y llegaron grandes estrellas a costes altísimos"

El Confidencial habla con Gregorio Manzano, el técnico español con mayor experiencia en la Superliga tras haber entrenado al Beijing Guoan, Shanghai Shenhua y Guizhou Hengfeng Zhicheng. “Es sorprendente que un campeón que nunca lo ha sido en la historia, como el Jiangsu, desaparezca, ¡es de locos!”, reitera al inicio de la conversación; “Es un signo muy evidente de que algo no han hecho bien en el aspecto económico cuando se produce un hecho como este. Es uno de sus clubes que han hecho inversiones y contrataciones gigantescas tanto en el césped como en los banquillos, el propio Fabio Capello llegó a dirigirlos. A pesar de que consiguieron hace poco arrebatarle el título al todopoderoso Guangzhou Evergrande, los costes económicos han sido demasiado grandes. La expresión acorde sería que se les ha ido de las manos”.

“Cuando se abrió el tema del mercado, en los 2015 y 16, hubo un momento en el que mercado chino explotó. Llegaron jugadores, grandes estrellas, a costes altísimos. Eso no era factible, ni sostenible, no podía tener continuidad”, resume el que fuera entrenador del Atlético de Madrid en dos etapas distintas.

placeholder Gregorio Manzano, en su etapa como entrenador del Shanghai Senhua. (Efe)
Gregorio Manzano, en su etapa como entrenador del Shanghai Senhua. (Efe)

Pep Muñoz es un producto de entrenador de La Masía, pasó cuatro años en Can Barça como parte del equipo técnico del primer filial. En el 2016 se marchó a China, como entrenador asistente del Qingdao Huanghai de la segunda división. Dos temporadas después, repetiría experiencia esta vez en la Superliga con el Shandong Luneng. Tras un parón producido por el coronavirus, el de Tarrasa se encuentra a la espera de tener los permisos para poder viajar a Wuhan, donde se incorporará al staff del Wuhan Zall como segundo técnico, siendo uno de los españoles con mayor experiencia del fútbol chino. Preguntado por la desaparición del Jiangsu, Pep cree que no se trata “de un tema de falta de recursos económicos, sino de no querer continuar una inversión tan grande en estos momentos”.

“Amigos y compañeros de España me han preguntado mucho sobre este tema. El Jiangsu no es el campeón habitual, pero sí un equipo que suele pelear y está arriba en la tabla. Es como si el Atlético de Madrid o el Sevilla ganara una vez LaLiga y al siguiente año desapareciera. Ahora un conjunto con buenos jugadores, tantos chinos como extranjeros, quedan libres. Una situación extraña”, explica. El Jiangsu forma parte de los negocios de Zhang Jindong, el dueño del grupo comercial Suning, que desde el 2016 tiene el control accionarial del Inter de Milán.

Trabas económicas en las normas del nuevo fútbol chino

La técnica utilizada por el gigante asiático para lograr captar el interés tanto de los aficionados domésticos como de espectadores internacionales fue a base de talonario. ¿Cómo se podía conseguir que un futbolista rechazase seguir en Europa -élite del fútbol- para desembocar en una liga menor? Con unos contratos colosales y muy por encima de lo que llegarían a cobrar en torneos más competitivos.

El paso del tiempo, sin embargo, acabó por desestabilizar a la propia Superliga. Muchos de estos futbolistas eran jugadores mayores y sin excesivas ganas de competir que no disimulaban que su estancia en China eran los últimos coletazos antes de la retirada. Conscientes del problema, la Federación (Asociación de fútbol de China) comenzó a poner trabas económicas. El primero y más duro, un impuesto del 100% para los fichajes de jugadores extranjeros por más de 45 millones de yuanes, unos 5,8 millones de euros al cambio, oficializado en el 2017. Es decir, los clubes que ejecutaran un traspaso de 40 millones de euros por un jugador extranjero deben abonar esa misma cantidad a la Federación, dinero que esta utilizará para financiar el fútbol base.

placeholder Ramires, Alex Reixeira, Jo y Sainsbury, en un acto promocional del Jiangsu. (Reuters)
Ramires, Alex Reixeira, Jo y Sainsbury, en un acto promocional del Jiangsu. (Reuters)

“Estos cambios buscan regularizar la liga hacia la normalidad. Cuando estaba en Shanghai, recuerdo que terminó la temporada y acababa contrato. Querían renovarme y tuve una reunión con el presidente. Al final le dije que no y me marché. Él me hablaba solo de futbolistas extranjeros y yo le pedía jugadores chinos de nivel, no todos de fuera. No me entendían. Se resume muy fácil todo lo que ha llevado a la situación actual: me vine para España y llegó Carlos Tevez al equipo cobrando una auténtica millonada”, cuenta Gregorio Manzano. Era el año 2016 y ‘El Apache’ firmó por el Shenhua a cambio de un salario de 35 millones de euros netos anuales, una cifra que le convertía en el jugador mejor pagado del mundo por aquellos tiempos, por delante de los dos gigantes que dominaban el fútbol, Leo Messi y Cristiano Ronaldo.

“¿Qué pasó? Que no igualaron nuestros registros, Tevez apenas jugó y se gastaron un pastón. Su mentalidad de la dirección deportiva es que lo más caro es lo mejor. No es así, tú tienes que fichar lo que necesitas”, reflexiona el técnico español, antes de matizar que “es verdad que muchas veces se necesita una imagen, esa juventud china para la que el fútbol era un deporte desconocido se enganchó con esos fichajes mediáticos. Pero hubo un momento en que se debería de haber acabado esa etapa y haber fomentado la cantera, el sistema… Ellos no lo entendían, eran incapaces”.

placeholder Carlos Tevez en su experiencia asiática, antes de volver a Boca Juniors. (Reuters)
Carlos Tevez en su experiencia asiática, antes de volver a Boca Juniors. (Reuters)

Lejos de las noticias tan desalentadoras que se pueden leer sobre el fútbol chino, Pep Muñoz cree que todo se debe al proceso de cambio en el que se ven inmersos. “La reglamentación de la Superliga se ha ido endureciendo en los últimos años en el aspecto económico, los clubes hacían gastos desmedidos y eso provocaba desigualdad en la competición. La tendencia es que van a impulsar el no gastar tanto. Hay un trasfondo entre lo social y lo político para dar más relevancia tanto al jugador como al entrenador chino”, afirma.

Para el técnico catalán, los mandatarios del país asiático “se han nutrido durante años de jugadores y entrenadores extranjeros, gastándose mucho dinero, y varias veces no ha salido bien, como es el caso del exseleccionador de China, Marcello Lippi”. “Claro, se fueron a los nombres y las caras reconocibles del mundo del fútbol para atraer al aficionado. Tengo clarísimo que, tarde o temprano, van a prohibir que haya primeros entrenadores no chinos en los equipos de la Superliga”, argumenta Muñoz.

El límite salarial, la última decisión para alejarse del malgasto

La Federación lo venía anunciado durante las últimas temporadas, primero vino el impuesto a los fichajes extranjeros y ahora le tocaba el turno a sus salarios. Desde esta temporada, que se iniciará en abril, un jugador no chino podrá recibir como máximo 3 millones de euros al año de sueldo. Una cifra que, lejos de considerarse una minucia, es drásticamente inferior a los contratos de las estrellas extranjeras de los últimos años. Los contratos en vigor se respetarán, por lo que hay todavía varios futbolistas con fichas altísimas por cobrar en los años venideros. El resultado es un cerrojo al mercado. “Los clubes han echado el freno de mano. En la época que tuve entre Beijing y Shenhua, aquel verano se hicieron cerca de 350 millones euros de gastos de fichajes, en el top mundial. Ahora no llegan ni a 10 millones. Encima, sin público por la pandemia… Además, en España los clubes tienen ingresos televisivos cosa que en China no, no existe, solo adquieren dinero de las aficiones”, comenta Manzano.

"Para contratar a jugadores como Fellaini tenías que esperar a que tuviesen 31 años"

El gasto desmedido de los clubes chinos no es una novedad para el que fuera entrenador del Mallorca o Sevilla: “Cuando el Evergrande llegó a ser campeón de la Champions asiática (2015) me dijeron que su déficit de aquella temporada era de 70 millones de euros. Eso el Evergrande, el más grande del país… Tira de ahí para abajo, pues ves la situación actualidad”.

Para Pep Muñoz, estos procesos pueden llegar a ser beneficiosos a la larga: “Afortunadamente hay muchísimos jugadores de calidad que no son súper estrellas, que no están mediatizados y para los que un salario de 3 millones de euros al año es alto. Hay muchos extranjeros que están en ese rango salarial a día de hoy. A nivel mediático la liga va a cambiar, no va a haber tantos nombres reconocibles en Europa, pero en lo que respecta al fútbol puede llegar a ser positivo. Jugadores más jóvenes, con más hambre… Para contratar a futbolistas como Marouane Fellaini tenías que esperar a que tuviesen 31 años, pagarle las cifras bárbaras y esperar un rendimiento acorde a su edad. Ahora vas a poder aspirar a jugadores, que pese a no ser tan conocidos, pueden llegar en plenitud con 26 o 27 años”.

Un choque futbolístico y de cultura

A modo de ejemplo sobre la cultura futbolística del país, Gregorio Manzano nos habla acerca de una de las reuniones que mantuvo con la Federación cuando se interesaron por él para tomar las riendas de la selección de China: “Les intentaba hacer ver que tenían que tener claro hacia donde querían llevar el fútbol del país. Les decía que era imposible que la selección ganase partidos solo porque la liga fichase a extranjeros, sobre todo si todos que fichaban de fuera eran goleadores, no había esa figura para China. La imagen de poder que ha transmitido la Superliga en los últimos años no se correspondía con el nivel de la selección. Creo que desde entonces no han sabido arreglarlo". Finalmente, fue Marcello Lippi quien asumió el cargo.

placeholder Jonathan Viera es el único español que milita en la Superliga en estos momentos, defendiendo la camiseta del Beijing Guoan. (Efe)
Jonathan Viera es el único español que milita en la Superliga en estos momentos, defendiendo la camiseta del Beijing Guoan. (Efe)

“En la reunión les decía, pero vamos a ver, ‘lleváis cinco partidos para la clasificación del Mundial de Rusia y habéis puesto cinco porteros distintos’. Les llevé las alineaciones, un informe con sus formaciones, análisis y en cada encuentro daban bandazos. No tenían ideas concretas, no tenían un sistema. Cuando llega ese momento, les haces ese razonamiento profesional y ves que no hay una explicación por su parte… Y te preguntas ¿pero me están entendiendo? Es un tema de sociedad, un choque cultural”.

En la misma línea de pensamiento se encuentra Pep Muñoz, “les falta organización”. “No hay un patrón, no hay gente que organice desde la Federación. Hay muchos técnicos de fuera que trata de cambiar este sistema, pero te dejan acceder y modificar hasta cierto punto. Es algo propio de toda la cultura china y el fútbol no se escapa. Hay clubes que hacen que sus jugadores vivan en un hotel, ¿pero siempre? ‘vale, pues los futbolistas casados y extranjeros pueden vivir en sus casas, pero los chinos que sean jóvenes en el hotel para poder controlarlos’. Esto suena a locura, pero lo he vivido. Son muy difíciles de cambiar a no ser que haya directrices desde arriba”, explica.

Controlar la economía para mejorar su producto nacional

La apuesta por las limitaciones económicas del mercado chino no ha sido la única medida del país de cara al futuro de su fútbol. Una de las más polémicas fue la decisión de nacionalizar a futbolistas extranjeros para que jugasen con la camiseta de China en competiciones internacionales. “Cuando la Federación se dio cuenta de que no podían competir en temas de selección con países limítrofes como Japón o Australia, tomaron esta decisión. Al principio tuvo quejas por parte de los medios de comunicación del propio país, pero al final se estableció. Por ejemplo, está el caso del delantero brasileño Ricardo Goulart. Con este tipo de procesos tratan de fomentar el fútbol doméstico sin esos inconvenientes económicos”, afirma Manzano.

Lejos de lo que pueda parecer en Occidente, los clubes chinos están tratando de amoldarse a esta nuevo paradigma. La crisis financiera del coronavirus, así como los intereses puramente económicos de algunos de los dueños, han forzado la desaparición de distintos equipos en un año aciago para la Superliga: “Están dando pequeños pasos para que el fútbol chino pueda abastecerse por sí solo. Un avance lo hizo el propio Evergrande. Se adelantaron a todos los equipos, ficharon a los jugadores nacionales de mejor nivel, también a los cuatro extranjeros que tocaban de muy buen nivel, pero el bloque era formado por futbolistas chinos. Claro, copaban la mayoría de la selección. Los equipos se están mentalizando poco a poco”.

placeholder Cannavaro, actual entrenador del Guangzhou Evergrande. (Reuters)
Cannavaro, actual entrenador del Guangzhou Evergrande. (Reuters)

“No creo que el cambio tenga que ser de por sí malo. A lo mejor dejamos de ver a tantos brasileños y se empiezan a llegar jugadores de otros mercados como el africano y vemos una liga más física (…) Jugadores, gestores y entrenadores llevan mucho tiempo trabajando con extranjeros y, del todo, nunca se van a desprender de ellos. Ahora voy a Wuhan donde todo el staff es chino, el único extranjero soy yo. Van a seguir queriendo un componente de fuera, pero cada vez vamos a ver más producto nacional”, sentencia por su parte Pep Muñoz.

Preguntado acerca de una posible vuelta al fútbol chino, Gregorio Manzano reconoce haber tenido contactos en los últimos tiempos para un regreso que “estaría condicionado a la ciudad, al equipo y a la oferta, en ese abanico en China hay tres o cuatro equipos máximo. A estas alturas no tengo ganas de aventuras”. El técnico se despide comentando la opción de recopilar sus andanzas por el gigante asiático en unas memorias: “Si la gente oyera todas las cosas que he vivido en el fútbol chino… ¡Se echarían las manos a la cabeza!”

Cuando Xi Jinping llegó al poder en la República Popular China en la primavera del 2013, pocos se esperaban el papel tan profundo que el entonces secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) y presidente de la Comisión Militar Central iba a plasmar en el fútbol. En un país donde el tenis de mesa era el deporte más popular, la figura de Xi Jinping, todo un aficionado al balompié, fue fundamental para su auge. El objetivo era convertir a China en una potencia futbolística, tanto a través de su competición doméstica, la Superliga, en el ámbito de la selección nacional, y hasta como deporte recreativo para la población.

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