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Descartado para la defensa, Marcelo encara su ocaso futbolístico como llegador
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Descartado para la defensa, Marcelo encara su ocaso futbolístico como llegador

Marcelo ha dejado de ser fiable para Zidane en el lateral, pero el técnico encontró la manera de encajarlo como interior en el partido contra el Getafe. El equipo se protegió con tres centrales

Foto: Marcelo persigue el balón en el partido contra el Getafe. (Efe)
Marcelo persigue el balón en el partido contra el Getafe. (Efe)

El primero que tiene claro que Marcelo ya no está para jugar en el lateral es su entrenador. El brasileño conserva el toque, control, pase y la clase. Tiene vocación de llegador al área, finalizador de jugadas con disparos con ambas piernas. Pero Zidane demostró contra el Getafe, en un partido con demasiadas bajas, que no confía en Marcelo ni está entre sus prioridades en labores defensivas. La exigencia es otra cuando hay que recuperar la posición, anticiparse a los balones divididos y tapar los espacios. Marcelo es inconsistente en defensa y todavía aprovechable si se trata de que el equipo tenga más posesión de la pelota y meta una velocidad más en los últimos metros del campo. Para subir y bajar, darle toda la banda, no cuenta.

No está para ese tipo de sobreesfuerzos un futbolista que se fatiga y que va a vivir los últimos años que le queden en el fútbol de sus habilidades con la pelota más que de duro marcador. Marcelo ha ido perdiendo con el paso de los años la posición con la que se le señaló como uno de los mejores lateras zurdos de la historia e, incluso, abrió el debate sobre si su rendimiento había superado a Roberto Carlos, otro brasileño que marcó una época y cuando arreciaron las críticas que señalaban que su banda era un coladero decidió marcharse del Real Madrid y vivir sus últimos coletazos en Turquía y otros países con competiciones menos exigentes.

Foto: Sergio Ramos, durante el partido entre el Real Madrid y el Huesca en el Di Stéfano. (EFE)

Marcelo, con 32 años, apura su carrera en el Real Madrid con la certeza de que es imposible que vuelva a jugar de lateral un partido de los denominados grandes. Ha perdido velocidad, resistencia y potencia. El desgaste, la competencia y la inactividad son obstáculos difíciles de contrarrestar. Marcelo, por su polivalencia y la confianza de Zidane, encontró sitio en el partido contra el Getafe como falso centrocampista. Jugó metido entre líneas, en un sistema de emergencia con el que Zidane decidió alinear tres centrales (Nacho, Varane y Mendy) y colocó a Marcelo con funciones de constructor y llegador. Unas veces tenía que ofrecerse para elaborar y hacer progresar la jugada y en otras ocasiones conducía la pelota y arrancaba para llegar a posiciones donde poder finalizar o poner un centro.

Más aprovechable si juega de interior

En la nueva estructura del equipo, el brasileño fue más un recurso ofensivo que defensivo. Este es el final de carrera que le espera a Marcelo. Sus últimos coletazos los tendrá que dar en posiciones del campo donde encuentre un sistema que le proteja defensivamente y permita que haga fluir el juego con su calidad y talento. De lo contrario, regresar al lateral, supondrá que volvamos a ver las carencias físicas y limitaciones en una demarcación que exige correr, recuperarse y ser uno más para compactar la defensa.

Marcelo ha dejado de ser fiable en el lateral para Zidane, pero el técnico encontró la manera de encajarlo. Pudimos disfrutar de su fútbol diferencial con la pelota, adelantando metros, pero también teniendo enfrente un rival menos intenso de lo habitual. “Marcelo está metido y quiere aportar”, comentó el entrenador del Real Madrid tras el partido contra el Getafe. Es el reconocimiento de que el brasileño está poniendo todo de su parte para volver a tener minutos y trabaja con la humildad de darse cuenta que sus mejores años han pasado. En un escenario de enormes dificultades para el técnico, con la cantidad de bajas por lesiones, el plan no pasó por devolver a Marcelo al lateral y ordenar el equipo como más le gusta. Con cuatro defensas que podían haber formado la línea Mendy, Nacho, Varane y Marcelo. Zidane entendió que era mejor que Mendy, en lugar de desplazarlo al lateral derecho, jugará en el costado izquierdo por detrás de Marcelo. Ferland Mendy es omnipresente. Marcelo, no.

placeholder Marcelo contra Arambarri en el partido contra el Getafe. (Efe)
Marcelo contra Arambarri en el partido contra el Getafe. (Efe)

Marcelo siempre ha tenido vocación de extremo, pero a la vez, comentaba a todos los entrenadores que le preguntaban por su posición ideal que “yo prefiero jugar de lateral”. El primero y el que decidió que podía jugar de interior fue Juande Ramos, que en la temporada 2008-09 adelantó su posición y vimos la versión más vertical y desequilibrante del brasileño. Han pasado 13 años desde que viéramos al brasileño como interior y ahora Zidane recupera esta idea con el objetivo de aprovechar lo que quede de Marcelo.

Lesión en el sóleo

En lo que llevamos de temporada ha sufrido grandes decepciones. Marcelo ha sido titular en las derrotas contra el Shakhtar, Valencia, Alavés y la más dolorosa contra el Alcoyano en la Copa del Rey. También estuvo en el empate contra el Elche. El nuevo intento de Zidane para subir el rendimiento de este futbolista ha sido hacerle jugar con menos obligaciones defensivas, con un cambio de sistema que deja contento al entrenador y con un sabor agridulce al jugador. El Real Madrid no encajó goles contra el Getafe, Marcelo dio la asistencia del segundo gol que marcó Mendy, pero no pudo acabar el partido por unas molestias en el gemelo. Duró 85 minutos y sufre una rotura fibrilar en el sóleo de la pierna izquierda que hará que esté de baja un mes. Es la comprobación de que la falta de continuidad hace mella en un futbolista que ha visto diminuir su participación.

Marcelo llegó a jugar un total de 53 partidos y marcar 10 goles en la temporada 2014-15. En las siguientes tres temporadas estuvo por encima de los 40 encuentros, con especial mención a la 2016-17 que jugó 47 partidos e hizo 13 goles. La temporada pasada, en la que el Madrid ganó la Supercopa de España y la Liga, se quedó en 23 partidos. La mitad que en sus mejores temporadas. En esta lleva 8 apariciones.

De todos es conocido que el primero que vio los síntomas de cansancio o que a Marcelo le faltaba fuelle como lateral fue Santiago Solari. Decidió hacer el cambio y apostó decididamente por Sergio Reguilón. A Solari le echaron, llegó Zidane y prorrogó la estancia del brasileño, pero no su status. Zidane hizo todo lo posible y más para que el club gastara 48 millones de euros en Ferland Mendy. Marcelo pasaba a ser un recambio y con el paso del tiempo es más útil como pasador y llegador desde el centro del campo.

El primero que tiene claro que Marcelo ya no está para jugar en el lateral es su entrenador. El brasileño conserva el toque, control, pase y la clase. Tiene vocación de llegador al área, finalizador de jugadas con disparos con ambas piernas. Pero Zidane demostró contra el Getafe, en un partido con demasiadas bajas, que no confía en Marcelo ni está entre sus prioridades en labores defensivas. La exigencia es otra cuando hay que recuperar la posición, anticiparse a los balones divididos y tapar los espacios. Marcelo es inconsistente en defensa y todavía aprovechable si se trata de que el equipo tenga más posesión de la pelota y meta una velocidad más en los últimos metros del campo. Para subir y bajar, darle toda la banda, no cuenta.

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