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Cuando Dembélé se salta la charla del equipo en el confinamiento y por qué es un desastre
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un gesto más de inmadurez

Cuando Dembélé se salta la charla del equipo en el confinamiento y por qué es un desastre

Ousmane Dembélé lleva camino de convertirse en un desastre si no se produce un milagro o hay un cambio radical de actitud. El 14 de abril no se conectó a la videollamada de Setién

Foto: Ousmane Dembélé, durante un partido con el Barcelona. (EFE)
Ousmane Dembélé, durante un partido con el Barcelona. (EFE)

No tiene remedio porque se trata de un futbolista que, marcado por la fragilidad física y la cantidad de lesiones, sigue confirmando que es un inmaduro. Ousmane Dembélé tiene tan solo 22 años, pero un amplio historial de capítulos que hacen dudar de su profesionalidad. El último es la ausencia en la charla por videoconferencia que organizó Quique Setién durante el confinamiento para conocer cómo estaban sus jugadores y preguntar por sus familias. El entrenador se encontró que le faltaba uno. Era, como no, Dembélé. Se saltó la reunión telemática del 14 de abril.

Se le conoce como un chico impuntual y desorganizado. Ha tenido problemas en el Barcelona por llevar una vida desordenada con los horarios y unos malos hábitos en la alimentación y el descanso. A Ernesto Valverde le dio más de un disgusto. Ni con mano izquierda ni con alguna que otra multa se está consiguiendo reconducir una personalidad que tiene un punto de granuja y otro de irresponsable. Tampoco ha sido capaz de estar en esta charla grupal con Setién, cuando es el entrenador cántabro el que, desde su llegada, ha dado la cara por el francés. “Estoy seguro de que se va a salir”, dijo Setién recién aterrizado en el banquillo azulgrana para transmitir confianza al chico y al club.

placeholder Messi se interesa por Dembélé en el momento de la última lesión del francés. (EFE)
Messi se interesa por Dembélé en el momento de la última lesión del francés. (EFE)

Se ve que no es posible hacerse con Dembélé. Ha pasado el confinamiento en Francia. Eso es otro punto a tratar. Un jugador que pasó por el quirófano en una clínica de Finlandia. Está recuperándose de una lesión (rotura del tendón proximal del bíceps femoral derecho) y decidió abandonar el domicilio de Barcelona para irse a su país. De cualquier forma, no es necesario estar en Barcelona para encender un ordenador y engancharse a la videollamada de todo el equipo y el staff técnico. De Jong, por ejemplo, viajó a Holanda. Martin Brathwaite regresó a su casa en Madrid porque vivía en un hotel que tuvieron que cerrar en Barcelona por el covid-19. Solo faltó Dembélé, al que se le espera el próximo lunes en el centro de entrenamiento azulgrana para pasar una revisión médica y someterse al test de coronavirus. Sus compañeros lo pasaron este miércoles y, según RAC1, todos han dado un resultado negativo. Dembélé está sin ficha por una lesión de larga duración. El Barça pudo fichar, fuera de plazo de mercado, a Brathwaite.

La apuesta por Ansu Fati

Ousmane Dembélé lleva camino de convertirse en un desastre si no se produce un milagro o hay un cambio radical de actitud. Josep Maria Bartomeu pagó 105 millones de euros, en agosto de 2017, al Borussia Dortmund. Con una cantidad de variables que llega hasta los 42 millones de euros. Un fichaje precipitado y de urgencias por la estampida de Neymar al Paris Saint-Germain. Una operación espectacular para el club alemán, que desembolsó 15 millones de euros al Rennes por el jovencísimo francés. De él ya había informes que hacían dudar de su profesionalidad. Se le conocían sus episodios de indisciplina. Pero en acción era vistoso. Se trata de uno de esos futbolistas que, en buenas condiciones, tiene altísimas cualidades para encarar y driblar. En el Barcelona le han visto a cuenta gotas por su irregularidad y la cantidad de lesiones: 62 son los partidos que se ha perdido por problemas físicos.

La plantilla del Barça comienza a someterse a los test del covid-19

El dilema que tienen en el club culé es qué hacer con este jugador que se rompe con facilidad y tiene una personalidad incontrolable. El escenario no es nada optimista por las consecuencias tan negativas, en lo económico, que provocará el coronavirus y los ajustes presupuestarios. ¿A quién se lo vendes y por cuánto? Se lo puede quedar Setién y esperar a que se produzca ese milagro de reconducir a un chico que lleva tres meses lesionado y que no aparece ni en las charlas grupales. O puede que haya llegado el momento de apostar por el que se quiere comer el mundo y ha sido una de las grandes apariciones de la temporada: Ansu Fati.

Aunque parezca extraño decirlo la diferencia entre Ansu Fati y Dembélé es que el primero es un descubrimiento, tiene picardía, viene de la cantera, a coste cero y el segundo se queda dormido y no da síntomas de asumir más responsabilidades. Cuando Messi lanza mensajes a los compañeros de dar un paso adelante para ser más competitivos y apadrina a Ansu Fati.

No tiene remedio porque se trata de un futbolista que, marcado por la fragilidad física y la cantidad de lesiones, sigue confirmando que es un inmaduro. Ousmane Dembélé tiene tan solo 22 años, pero un amplio historial de capítulos que hacen dudar de su profesionalidad. El último es la ausencia en la charla por videoconferencia que organizó Quique Setién durante el confinamiento para conocer cómo estaban sus jugadores y preguntar por sus familias. El entrenador se encontró que le faltaba uno. Era, como no, Dembélé. Se saltó la reunión telemática del 14 de abril.

Josep Maria Bartomeu Ansu Fati
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