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El error de llamar facha a Rafa Nadal por pedir credibilidad a los políticos
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El error de llamar facha a Rafa Nadal por pedir credibilidad a los políticos

A Rafa Nadal le insultan por hacer un ejercicio de pureza. Por decir que se podían y pueden hacer mejor las cosas. Por pedir que se reconozcan los errores. Han politizado su opinión

Foto: Rafa Nadal, escuchando el himno de España. (Efe)
Rafa Nadal, escuchando el himno de España. (Efe)

Lo que está pasando con Rafa Nadal es solo un aperitivo del banquete de zurriagazos que vendrán desde ahora en adelante. Nadal es la fase 0 de la carroña. Donde los extremos políticos afilan las mandíbulas para devorar lo que deje la crisis del coronavirus. El tenista balear asoma la cabeza como un cervatillo a campo abierto, relajado, confiado y con la guardia baja y se encuentra con una manada de leones. Esta es la sensación que puede tener después de dar su opinión sobre la gestión de esta crisis sanitaria que tiene graves consecuencias económicas. Rafa Nadal en un ejercicio de pureza entiende que se podían y pueden hacer mejor las cosas y, a la vez, se muestra comprensivo porque en esta vida todo el mundo comete errores. Él se pone como ejemplo. Tiene narices que un mito del deporte español sea autocrítico y no pueda analizar las responsabilidades y pedir credibilidad a los que nos gobiernan.

Se lo han comido los extremistas. Como no puede ser de otra manera a través de insultos y descalificaciones en las redes sociales por decir que ha habido equivocaciones. Solo se me ocurre calificar de extremistas a esas personas que con sus prejucios prefieren malear antes que escuchar o respetar las reflexiones educadas de otras personas. Alfonso Reyes también lo ha sufrido. Ahora es el turno de Rafa Nadal. Al que llaman facha por hablar de los políticos. Esto es una práctica habitual en cualquier persona anónima que prefiere cuidar su mensaje u ocultarlo para evitar tensiones. ¿Por qué hay que ir con miedo cuando se hace un análisis desde el respeto?

“Me da igual si están gobernando los de izquierdas, derechas, centro… Cuando hablo no lo hago pensado en política. Hablo como ciudadano y sin pensar si está gobernando el Partido Popular, el Partido Socialista, Ciudadanos, Podemos o VOX. Yo lo que quiero es que los que están gobernando, lo hagan de la mejor manera posible para todos”, es el ejercicio de neutralidad más coherente que se puede escuchar de cualquier español que siente la preocupación por lo que está sucediendo en su país y las consecuencias tan graves que le espera. Se podía haber callado. Se puede permitir estar despreocupado. No ha sido así. Es gratificante saber que el 'millonario' Nadal no duerme con la tranquilidad de antes de esta fatídica pandemia cuando hace estas reflexiones en ‘La Voz de Galicia’.

En la línea de Luis Enrique

Esta crisis vuelve a demostrar que en España hay diferentes conceptos o percepciones del significado de la palabra patriota. Los que piden comprensión en la gestión del Gobierno, con cero críticas, y los que atizan, como si no hubiera un mañana, por considerar que son unos incompetentes. Rafa Nadal no ha elegido un bando. Es claro cuando matiza que habla como ciudadano y lo pasa mal cuando reconoce que “por ser quien soy parece que tengo menos opción de opinar”. ¿Tiene que callarse? ¿No se puede hablar con respeto y educación del trabajo de nuestra clase política? Hace unas semanas fue el seleccionador de fútbol, Luis Enrique, el que confesó que lleva dos años sin votar porque le parece “lamentable” la actitud de los políticos. “Solo piensan en sus intereses”, dijo el asturiano. Más duro que Rafa Nadal. Igual tenemos un concepto equivocado del tenista balear y nos pensamos que vive en su burbuja de felicidad y bienestar.

Rafa Nadal se ha llevado una decepción al comprobar lo fácil que es insultar cuando se da una opinión sobre la situación de tu país. En su defensa sale su tío, Toni Nadal, para aclarar lo ingrato de una sociedad española que es autodestructiva. “La gente no sabe ni qué significa ser facha. Mejor que lean algún libro y vean qué es un facha y qué no. A cualquier ciudadano le gusta comentar lo que pasa en tu país”, contrarresta en la Ser. El error de atacar a Rafa Nadal por decir que los políticos tienen que recuperar la credibilidad pone de relieve qué tipo de país somos y por qué no tenemos remedio. ¿Se puede analizar la coyuntura politíca sin el fanatismo de los de izquierdas ni derechas? Claro que sí. Aquí no hay un blanco o negro. Hay que ser 'animal' para insultar por esto a Rafa Nadal.

Lo que está pasando con Rafa Nadal es solo un aperitivo del banquete de zurriagazos que vendrán desde ahora en adelante. Nadal es la fase 0 de la carroña. Donde los extremos políticos afilan las mandíbulas para devorar lo que deje la crisis del coronavirus. El tenista balear asoma la cabeza como un cervatillo a campo abierto, relajado, confiado y con la guardia baja y se encuentra con una manada de leones. Esta es la sensación que puede tener después de dar su opinión sobre la gestión de esta crisis sanitaria que tiene graves consecuencias económicas. Rafa Nadal en un ejercicio de pureza entiende que se podían y pueden hacer mejor las cosas y, a la vez, se muestra comprensivo porque en esta vida todo el mundo comete errores. Él se pone como ejemplo. Tiene narices que un mito del deporte español sea autocrítico y no pueda analizar las responsabilidades y pedir credibilidad a los que nos gobiernan.

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