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El drama de Dembélé: se rompe el tendón y puede no volver a jugar esta temporada
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sufre una lesión grave

El drama de Dembélé: se rompe el tendón y puede no volver a jugar esta temporada

Sale de una lesión y cae en otra. Otro varapalo. Las pruebas médicas confirman que sufre una rotura completa del tendón del bíceps femoral derecho después de que ayer se retirara del entrenamiento

Foto: Dembélé, durante un partido con el Barcelona esta temporada. (Reuters)
Dembélé, durante un partido con el Barcelona esta temporada. (Reuters)

Continúa el drama para Dembélé. El francés se ha sometido a una revisión médica este martes y las pruebas confirman que, definitivamente, sufre una rotura completa del tendón del bíceps femoral de la pierna derecha. Se puede perder lo que resta de curso. Es la misma lesión que sufrió en Getafe, en 2017, en la otra pierna y por la que estuvo cuatro meses inactivo. Un mazazo para el francés y el Barcelona. Todo empezó a finales de noviembre, en el partido de Champions contra el Dormund, cuando el delantero cayó al césped rendido. Lesión en el bíceps femoral de su pierna derecha. El pronóstico, dos meses y medio de baja. Un contratiempo que cortó de cuajo su progresión.

La imagen del joven galo retirándose del campo entre lágrimas, con la camiseta tapándole el rostro, tras ser consolado por Leo Messi, daba auténtica lástima. El chaval no tiene suerte desde que aterrizara en Barcelona hace tres cursos. Ahora, cuando encaraba la recta final de su recuperación tras pasar por el hospital de Medicina Deportiva y Ortopedia de Qatar, uno de los centros más avanzados en este tipo de dolencias, Dembélé vuelve a dar un pasó atrás. En el entrenamiento de este lunes torció el gesto, se llevó las manos a la zona de los isquios y se retiró para sorpresa de compañeros y técnicos, que le veián preparado para ayudar al equipo en fechas cercanas.

Los servicios médicos del club hablaron tan solo de "fatiga muscular", pero el hecho sembró dudas de nuevo en la cabeza del jugador y también en la del resto de integrantes de la primera plantilla azulgrana. Este martes se confirmó la peor de las noticias. Se acercan fechas importantes con las rondas finales de Copa, Champions (Nápoles) y la segunda vuelta de la Liga (muy apretada), y Dembélé está roto. La semana pasada, ante la falta de refuerzos en la delantera durante este mercado invernal, Quique Setién lo fiaba todo a la vuelta del francés. "Se va a salir", dijo ante los medios totalmente convencido de sus palabras. Sin embargo, el cántabro tendrá que seguir esperando su irrupción. Resulta muy curiosa la concatenación de lesiones del futbolista. En Alemania apenas las sufrió, mientras que en la Ciudad Condal suma, con esta, diez entre contusiones, desgarros, roturas, etc. Costó más de 105 millones (sin contar variables), el segundo fichaje más caro de la historia culé, y no ha tenido continuidad. Este curso apenas ha disputado cinco encuentros.

Los culés, muy justos en ataque

Dembélé pasa más tiempo con la bata puesta que vestido de corto. En total, se ha perdido el 41,2% de los partidos del Barça desde su llegada, por lo que no está justificando el precio que la entidad pagó por él para sofocar el incendio Neymar. Ousmane no tiene definido su futuro como azulgrana, pues el grifo de la paciencia a la junta directiva se le va agotando, como tampoco con la selección de Francia, que ya no cuenta con él. Esto último, a pocos meses de la Eurocopa. Por el camino del calvario a Dembélé se le ha acusado de inmaduro, de poco profesional, de no seguir la dieta, descuidar su tiempo de descanso y de estar más pendiente de los videojuegos que del fútbol. Sus compañeros le dieron un toque de atención en su momento, también Eric Abidal, secretario técnico, y Ernesto Valverde, antaño entrenador. El jugador entró en razón una vez que desde el club decidieron actuar y empezó a reconducir su actitud, pero ni con esas parece haber encontrado la solución a sus problemas. El peligro es que el galo, incapaz de ver la luz al final del túnel, entre en una profunda crisis de confianza que le cohíba sobre el verde.

"Se me caen las lágrimas al ver la capacidad y la intensidad con la que trabaja Dembélé", explicó Setién, que hoy debe estar desperado. Con Luis Suárez de baja hasta final de temporada, Carles Péres en Roma y Abel Ruiz en Braga, el técnico no tiene demasiadas variantes ni recambios de empaque en la parcela ofensiva. Ansu Fati, que ha aprovechado la ausencia del de Vernon para regalarse oportunidades, no es suficiente. Mientras, Paco Alcácer se incorporó a las filas del Villarreal y Raúl de Tomás, a las del Espanyol, por poner dos ejemplos. La estrategia de la junta en este mercado invernal ha sido más que reprochable. El equipo está en los huesos, raquítico, y la senda hacia el éxito se pone muy cuesta arriba. "Necesitamos la mejor versión de Ousmane porque es un jugador distinto. Aquí se juega al toque y él es diferente porque puede sentar a dos en una misma jugada”, explicó el técnico cántabro, para el que la presencia del galo es fundamental a la hora de desarrollar totalmente su estilo de juego. No obstante, Dembélé no estará durante los próximos meses y esperarle se le espera, aunque cada vez menos, para qué engañarse.

Continúa el drama para Dembélé. El francés se ha sometido a una revisión médica este martes y las pruebas confirman que, definitivamente, sufre una rotura completa del tendón del bíceps femoral de la pierna derecha. Se puede perder lo que resta de curso. Es la misma lesión que sufrió en Getafe, en 2017, en la otra pierna y por la que estuvo cuatro meses inactivo. Un mazazo para el francés y el Barcelona. Todo empezó a finales de noviembre, en el partido de Champions contra el Dormund, cuando el delantero cayó al césped rendido. Lesión en el bíceps femoral de su pierna derecha. El pronóstico, dos meses y medio de baja. Un contratiempo que cortó de cuajo su progresión.

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