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La cacería en el FC Barcelona y el ladrón de los 900.000 euros
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las graves acusaciones a la gestión del club

La cacería en el FC Barcelona y el ladrón de los 900.000 euros

La acusación de Emili Rousaud transmite la imagen de un club autodestructivo donde hay desde traidores, filtradores y ladrones. Corren los puñales en una Junta que pasa de tener 19 miembros a 13

Foto: Emili Rousaud ya no forma parte de la junta directiva del Barça. (EFE)
Emili Rousaud ya no forma parte de la junta directiva del Barça. (EFE)

Hay un ladrón suelto por las oficinas del Camp Nou. Lo dice, aunque no se atreva o prefiera no dar nombres propios, el que hasta hace pocas horas era el vicepresidente del Barcelona y apuntaba a ser el delfín de Bartomeu en una candidatura continuista. Emili Rousaud hace estallar por los aires la Junta directiva en tiempos de coronavirus. Donde las dan las toman y Rousaud ha abierto la caja de los truenos con algo más que una sospecha. Tiene la certeza de que hay una persona dentro del club que mete la mano en la caja. Un ladrón al que no pone nombre y apellidos para esquivar la querella. Veremos cómo le sale la jugada porque el Barça reacciona con tomar medidas legales. El que roba se ha llevado 900.000 euros de las arcas, según Rousaud, en el escándalo de la empresa que monitorizaba las redes sociales y desde la que se denigraba a futbolistas de la primera plantilla y los opositores críticos con la gestión.

Así está el Barcelona en periodo de pandemia. La acusación de Emili Rousaud transmite la imagen de un club, en fase de autodestrucción, donde hay desde traidores, filtradores y ahora las sospechas de ladrones. Corren los puñales por la espalda de una Junta directiva que pasa de tener 19 miembros a 13 y en la que se ha activado el ventilador para despejar al personal. El primero que lo pulsó fue Josep María Bartomeu llamando por teléfono, en pleno confinamiento, a los directivos que se quería quitar de encima con el argumento de tener una Junta unida. Disparó a unos pocos y desencadenó el fuego cruzado.

placeholder Bartomeu durante un acto. (Efe)
Bartomeu durante un acto. (Efe)

Lo que menos podía esperar Bartomeu era una dimisión en bloque y sufrir una baja importante. Entre los rebeldes que piden que adelante las elecciones y aclare con una auditoría cómo se ha gastado y dónde está el dinero de las redes sociales está la responsable de la sección de fútbol femenino, María Teixidor. Se marcha, como los otros cinco directivos, que discrepan de la gestión, las formas y el criterio de un presidente que se niega al adelanto electoral y quiere concluir el año y medio de mandato. ¿Aguantará tanta presión Bartomeu? En esto del fútbol, el tiempo se hace eterno y, pese a que el balón esté parado, lo que le queda por delante al presidente es un duro camino. La oposición lleva tiempo rearmándose para el asalto al club y ahora se le unen el bloque de los rebeldes.

Los enemigos del presidente

El presente es de incertidumbre y el futuro para asumir riesgos y ser un valiente. Bartomeu tiene cada vez más enemigos. Se crea una corriente para el regreso de Laporta. No lo tiene nada fácil cuando se enfrenta a un escenario de crisis económica en el fútbol por la falta de ingresos y las dificultades que va a tener para cumplir con el presupuesto y volver a ilusionar a los aficionados. No solo con los fichajes sino con la credibilidad de su gestión.

Fuera va a tener diferentes grupos beligerantes que conocen el club por dentro y cómo creen que pueden desestabilizarlo. La ‘guerra’ la inicia Emili Rousaud con una graves acusaciones, en RAC 1, refiriéndose a una persona que se lleva dinero. “Pagar un millón de euros por un trabajo que tiene un coste de mercado de 100.000 euros... Blanco y en botella. Troceó el importe de las facturas para evitar que pasaran por la comisión. ¿Quién ha sido? En absoluto es alguien de la Junta. No sé quién ha sido, pero se puede sospechar”, suelta con la munición que se lleva de dentro y a la espera de la auditoria.

¿De quién se sospecha? Los tiros, según apuntan en Barcelona, van por Jaume Masferrer, el responsable de dirección del área de presidencia que fue suspendido de empleo y sueldo por la Junta cuando estalló el escándalo de las redes sociales. “Yo siempre he defendido que las facturas del asunto de las redes se trocearon justamente para que quedaran escondidas de la propia junta directiva, como consecuencia, no sería coherente cuestionar la honradez de la junta”, aclaró este sábado Rousaud. Esto no ha hecho más que empezar y en el Barcelona no han sido capaces de respetar el confinamiento. Ha empezado la cacería del ladrón cuando España vive bajo el estado de alarma.

Hay un ladrón suelto por las oficinas del Camp Nou. Lo dice, aunque no se atreva o prefiera no dar nombres propios, el que hasta hace pocas horas era el vicepresidente del Barcelona y apuntaba a ser el delfín de Bartomeu en una candidatura continuista. Emili Rousaud hace estallar por los aires la Junta directiva en tiempos de coronavirus. Donde las dan las toman y Rousaud ha abierto la caja de los truenos con algo más que una sospecha. Tiene la certeza de que hay una persona dentro del club que mete la mano en la caja. Un ladrón al que no pone nombre y apellidos para esquivar la querella. Veremos cómo le sale la jugada porque el Barça reacciona con tomar medidas legales. El que roba se ha llevado 900.000 euros de las arcas, según Rousaud, en el escándalo de la empresa que monitorizaba las redes sociales y desde la que se denigraba a futbolistas de la primera plantilla y los opositores críticos con la gestión.

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