El cierre del 'expediente Isco' en el Real Madrid por su conducta

El pasado domingo, tras el Clásico entre el Real Madrid y el Barcelona, Isco volvió a fundirse en un abrazo con Florentino Pérez. Fue en el vestuario del Bernabéu y el presidente le entregó una camiseta por haber cumplido 300 partidos con el Real Madrid. Isco, acompañado de su hijo mayor, se emocionó. Dio un abrazo a Florentino y agradeció la confianza que el club le había mostrado cuando estaba pasando por un bache. “Estoy en el mejor club del mundo”, es el mensaje del malagueño. No ha sido nada fácil recuperar a un futbolista que tiene una personalidad especial y llegó a estar en la cuerda floja por diferentes circunstancias.

Hace un año tocó fondo en el Real Madrid y hoy es un jugador nuevo. Isco recupera el estado físico y anímico que tanto preocupaba a Florentino Pérez. El presidente buscaba explicaciones a los problemas de un equipo que acaba de recibir un golpe letal con la victoria del Ajax de Ámsterdam (1-4) en el Bernabéu. La eliminación en la Champions provocó la reacción más airada de Florentino. Bajó al vestuario y acusó a los jugadores de ser poco profesionales. En la crisis había un caso especial que ponía en un brete al club. Isco se negó a subirse al autobús del equipo en la concentración cuando Solari le dejó fuera de la convocatoria. Se abría un expediente disciplinario. En el siguiente partido, el último para el entrenador argentino, se quedó fuera de la convocatoria del viaje a Valladolid. Solari, con las bajas de Bale, Vinicius, Lucas Vázquez y Mariano, prefirió que viajaran canteranos: Cristo González y Seoane. Isco parecía sentenciado.

El caso Isco lo cogió Zinédine Zidane. Una de las primeras medidas del entrenador fue la de olvidar lo que había sucedido entre el futbolista malagueño y Solari. “Quiere jugar. Nada más. De expediente, nada”, fue la respuesta que transmitió el entrenador francés. Había que hacer borrón y cuenta nueva con Isco. Un futbolista que conocía perfectamente Zidane y por el que apostó, en el once, en las finales de la duodécima y decimotercera Champions. El cara a cara con Isco fue fundamental para el malagueño y para reconducir su delicada situación.

Las claves de la recuperación

A Isco se le echó encima la afición. Recibió duras críticas por su estado de forma física y los actos de indisciplina que tuvo con Solari y unas imágenes en las que le pillaron yéndose del campo sin dar la mano a Chendo (el delegado del equipo). Uno de los peores episodios y el que más problemas le ocasionaron se produjo cuando se encaró con la grada norte del Bernabéu. Le pitaron en una acción del partido contra el CSKA de Moscú y reaccionó con rebeldía. Pagó los platos rotos de la mala dinámica del equipo.

El año que se cumple, desde la eliminación contra el Ajax y el expediente disciplinario hasta el día de hoy, ha sido difícil. Estaba fuera del Real Madrid. Señalado por un bajo rendimiento y un comportamiento de dudosa profesionalidad. Ha conseguido darle la vuelta y las claves que apuntan esta recuperación son tres: la confianza de Zidane, la calma que tuvo Florentino para no escuchar ofertas y la recuperación física y mental del propio futbolista. Isco ha puesto mucho de su parte para demostrar que los que le llamaban gordo y no corría estaban equivocados. En el Real Madrid destacan que es uno de los que más esfuerzos realiza en los partidos, su actitud competitiva y las ganas. Llevaba muy mal las críticas que apuntaban a su desidia o apatía. Isco tenía que volver a demostrar su compromiso con el club.