Los vómitos de Thibaut Courtois: así vive sus horas más bajas en el Real Madrid

En el Real Madrid están preocupados con la situación de Thibaut Courtois. El portero belga pasa por su peor momento anímico y físico después de que tuviera que abandonar el partido contra el Brujas en el descanso y el club comunicara que sufrió mareos y tenía problemas estomacales. No pudo disputar la segunda parte y en su lugar salió el francés Areola, que cambió los pitos de Courtois por aplausos tras una primera intervención que evitó el tercer gol del Brujas. Courtois no ha podido entrenar con el resto de sus compañeros en los dos días siguientes al partido de la Champions y es muy probable que no juegue este sábado contra el Granada en el Santiago Bernabéu.

La cuestión es si Courtois no debe forzar o exponerse a volver a sufrir, cuatro días después, el juicio del Bernabéu después de la reacción que tuvo la afición. Ahora mismo el belga está cuestionado y a los problemas físicos se une el desánimo de no comprender por qué se le culpa de los errores defensivos. Para Zidane, la mejor solución puede pasar por protegerle y evitar que juegue en un escenario que, pese a ser su casa, se ha convertido en ‘hostil’ por los aficionados más exigentes o críticos que no ven en el belga a un portero seguro.

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Los pitos le han hecho daño. Pero no se puede obviar que jugó mermado por esos mareos y la indisposición que le impidió participar en la segunda parte. Vomitó en el vestuario y le tuvo que llevar a su casa su padre. No se sentía con fuerzas y en los siguientes días confirma que está débil. Ha perdido peso (dos kilos) y lo más conveniente es que se recupere y juegue cuando lo crea oportuno. Debe recuperar la confianza y la tranquilidad de que los silbidos de sus propia afición no le afectan. Lo que tampoco se puede entender es que Courtois jugara de inicio contra el Brujas si no estaba en perfectas condiciones. O no lo comunicó a Zidane o el entrenador asumió un riesgo innecesario.

La sombra de Keylor Navas

El debate en la portería del Real Madrid se ha vuelto a abrir, pese a la salida de Keylor Navas con destino al Paris Saint Germain. A Courtois no se le ve como un portero que salve partidos y se comparan sus actuaciones con las de Ter Stegen y Jan Oblak. A ello se suma que lo poco que ha jugado Areola ha provocado una sensación de satisfacción. Debutó contra Osasuna y fue protagonista por una salida aérea en la que cogió un balón con una mano. Una acción en la que demostró una tremenda seguridad. Los aplausos se los llevó ante el Brujas cuando salió a achicar una contra del rival y evitó un gol. Precisamente lo que se le achaca a Courtois, las dudas que deja cuando tiene que salir de la portería para reducir el campo de acción de los delanteros.

Al belga también se le criticó en la goleada contra el PSG en El Parque de los Príncipes por no tapar su poste más cercano en el primer gol de Di María y no salir en el tercero en una contra. Ha dejado tres partidos seguidos la portería a cero (Sevilla, Osasuna y Atlético de Madrid), pero ni así se ha llevado el mérito. El planteamiento más defensivo de Zidane en los partidos en el Sánchez Pizjuán y el Wanda Metropolitano beneficiaron a un equipo que priorizó ser más sólido que asumir riesgos en ataque. El partido del Brujas le deja tocado en todos los sentidos y lo normal, después de no ejercitarse en los dos últimos días, es que no juegue contra el Granada en el Bernabéu. A Zidane también le viene bien protegerle de los pitos. El entrenador y sus compañeros han hablado con Courtois para que le reste importancia y, sobre todo, no se sienta el único responsable de los goles. Aun así, el belga siente la presión que supone defender la portería del Real Madrid.