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El puzle de Solari es colocar a Vinicius y a Bale teniendo solo una banda izquierda
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el brasileño ha sido clave este mes

El puzle de Solari es colocar a Vinicius y a Bale teniendo solo una banda izquierda

El jugador brasileño se ha mostrado más cómodo jugando por ahí, que también es el lugar en el que Bale puede explotar mejor sus cualidades. El Alavés será el primer test con ambos disponibles

Foto: Vinicius y Bale, en una sustitución. (Reuters)
Vinicius y Bale, en una sustitución. (Reuters)

Vinicius encara, una y otra y otra vez. Concibe la vida y el fútbol con alegría, en su rostro no se notó en ningún momento la presión de los malos resultados. Quizá porque no era responsable del desastre, quizá también porque la juventud acepta mejor algunos reveses. No le importó que Lopetegui le enviase al filial, una opción que puede pasar a la historia como una de las grandes torpezas del fútbol, ni que Solari le relegase a lo más profundo del banquillo al llegar, como si no confiase en el chico. Un chico que, él no lo sabía, estaba llamado a ser uno de los que le salvasen la cara y, quizá, la temporada.

Cambiaron un poco los vientos y llegó su oportunidad, aunque quizá también hay que decir que su oportunidad sirvió para que cambiasen los vientos. El caso es que la irrupción de Vinicius concluyó con el momento en el que el Real Madrid recuperaba el tono y empezaba a plantar cara. No tardó más que unos minutos en ilusionar a la grada, primero porque es muy bueno, y excepcionalmente joven, también porque la afición necesitaba algún lugar en el que hacer reposar sus esperanzas. Tras meses de horror, un oasis.

Foto: Gareth Bale celebra un gol en el partido contra el Espanyol en Cornellà-El Prat. (EFE)

Al chico se le reconocen las ganas y el talento, aunque se puede entender la prevención de sus entrenadores. Es evidente también que le falta un golpe de horno, que hay cualidades suficientes para encontrar un jugador grande, quizá una estrella, pero aún necesita ordenar su fútbol para que todas esas herramientas sirvan al propósito de ser cada día un mejor jugador. No se ahorra carreras y no debe hacerlo, pero tiene que aprender cuál es el disparo correcto o en qué momento debe soltar la bola para que el juego siga fluyendo. Le falta, como es lógico, un cierto entendimiento del juego, del tempo que se le exige. No solo se está acostumbrando a una división, también al fútbol europeo, que lleva ritmos diferentes a los de Brasil.

El ciclo ha empezado, y todavía está en la luna de miel. La entrada en el equipo del brasileño ha tenido su complicación, pero lo más difícil siempre es mantener el amor cuando ya todo se estabiliza, que los errores que ahora se le perdonan no se conviertan en motivo de escarnio. La costumbre, en ocasiones, es el enemigo. Él ha demostrado algo que siempre es importante, que son las ganas, nunca se cansa de desbordar rivales.

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FILE PHOTO: Soccer Football - Club World Cup - Semi-Final - Kashima Antlers v Real Madrid - Zayed Sports City Stadium, Abu Dhabi, United Arab Emirates - December 19, 2018 Real Madrid's Gareth Bale celebrates scoring their second goal REUTERS Andre

Las carencias y virtudes

En el plan de adecuación al medio ahora le toca otra prueba, que es buscarse un sitio con la reinserción en la plantilla de Bale y Asensio. Vinicius ha jugado por la izquierda estas semanas, es evidente que es un jugador de banda. Ese lugar también es el idóneo para los jugadores que, en principio, deberían ser responsables del presente del Real Madrid. Bale demostró a su vuelta que puede tener todas las carencias que se quiera, pero marca goles. Eso, en un equipo que ha tenido problemas para encontrar portería, sin importar si se jugaba bien o mal, es capital.

Bale es mejor por la izquierda. Hay una paradoja en su pasado, una que tiene mucho que ver tanto con sus declaraciones como con la infinita mentira. Él ha dicho que le gusta jugar por la derecha, también por el centro. Sus preferencias siempre parecían estar condicionadas por las circunstancias, cuando convenía que se moviese por la derecha él, su entorno, sus entrenadores y quien fuese preciso decían que era su zona natural. Cuando les dio por pensar que por el centro, poco más o menos lo mismo. Aunque, por sus condiciones, sea obvio que el centro no es su espacio natural, és un jugador que necesita espacios y no es especialmente creativo. El principal motivo por el que se desplazaba de allí tenía nombre: Cristiano Ronaldo.

Zurdo cerrado, además, tiene mucho más sentido jugando en ese lugar, buscando profundidad y algunas internadas, sorprender, en definitiva. El tema es que, por jerarquía, lo suyo es que el que se mueva de ahí sea Vinicius, al que se veía cómodo en el mismo lugar. Es diestro y bastante más fino en su conducción que Bale, puede encarar igualmente desde ese flanco y tendrá que situarse ahí. Claro que ese lugar, por el momento, era propiedad de Lucas Vázquez, al que Solari tiene una fe amplísima por su capacidad de sacrificio.

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Solari le quita importancia a la cuestión: "Puede jugar en cualquier sitio, evidentemente es de ataque y puede jugar en cualquier posición de ataque lo mismo que Asensio, Bale o Benzema. El jugador talentoso puede desenvolverse en cualquier sitio del campo". Siempre fue más fácil despejar preguntas y él, que viene en racha, está ahora más cómodo que cuando su deber incluía justificar lo injustificable. A Benzema le mete en la lista porque tiene que hacerlo, pero no pertenece a la misma categoría, y mucho menos con el nivel futbolístico desplegado en tiempos recientes. En las bandas pierde duende y es el más fantasioso para elaborar desde el medio.

Con eso, y con un mes de aúpa, se enfrenta ahora el Real Madrid de Solari. El tópico dice que los necesitará todos, pero igual le vale con dos o tres realmente igual también le vale. Sorprendería, visto lo visto, que no de esos pocos elegidos no fuese Vinicius.

Vinicius encara, una y otra y otra vez. Concibe la vida y el fútbol con alegría, en su rostro no se notó en ningún momento la presión de los malos resultados. Quizá porque no era responsable del desastre, quizá también porque la juventud acepta mejor algunos reveses. No le importó que Lopetegui le enviase al filial, una opción que puede pasar a la historia como una de las grandes torpezas del fútbol, ni que Solari le relegase a lo más profundo del banquillo al llegar, como si no confiase en el chico. Un chico que, él no lo sabía, estaba llamado a ser uno de los que le salvasen la cara y, quizá, la temporada.

Gareth Bale Vinicius Junior
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