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El plan del Real Madrid con Bale o cómo acabar con el cuento del quejica
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El plan del Real Madrid con Bale o cómo acabar con el cuento del quejica

El plan A de Solari pasa por que Bale vuelva al once de gala cuando se acerca el derbi en el Metropolitano. El plan B es Vinícius si el galés vuelve con el cuento de que le duele algo

Foto: Gareth Bale celebra un gol en el partido contra el Espanyol en Cornellà-El Prat. (EFE)
Gareth Bale celebra un gol en el partido contra el Espanyol en Cornellà-El Prat. (EFE)

Se las prometía muy felices Gareth Bale esta temporada cuando se marchó Cristiano Ronaldo y se quedó como jugador franquicia del Real Madrid. Corrió el escalafón y el galés pasaba a ser la estrella del equipo. Le salió a pedir de boca su queja, en Kiev, en la final de la Champions contra el Liverpool. No soportaba a Zidane y se lo dejó claro su agente —Jonathan Barnett— a Florentino Pérez. El llanto se transformó en alegría cuando primero dimitió Zidane y después salió Ronaldo. En el Real Madrid no se podían permitir que Bale no estuviera a gusto ni tener a un futbolista con dudas. La primera misión de Julen Lopetegui fue reforzar al galés, pero no fue recíproco. Bale no hizo nada fuera de lo normal para evitar el despido de Lopetegui y llegó Solari con su apuesta de aire fresco y energía renovada a la plantilla. El argentino también pretende recuperar a Bale, pero tiene en Vinícius su plan B si el galés vuelve con el cuento de que le duele algo.

Vinícius ha jugado los últimos siete partidos al límite. Se ha exprimido y ha terminado muchos de estos encuentros con calambres en las piernas. Fatigado y reventado por la cantidad de kilómetros y esprint. No se ha guardado nada. Ha realizado un sacrificio y un desgaste que se elogia entre los propios compañeros. Ha dado todo en el tiempo que ha estado de baja Bale —lesión en el sóleo que sufrió el 3 de enero en el encuentro en Villarreal—, una exhibición de generosidad en el trabajo. Con esta agresividad y compromiso esperan que regrese el galés al equipo en unas fechas que están marcadas en el calendario. Solari empieza a recuperar a los lesionados y planifica dos citas importantes. La primera de ellas es el derbi en el Wanda Metropolitano. La tiene marcada en rojo. El 9 de febrero es el Atlético de Madrid-Real Madrid y para la cita cuenta con Bale, si confirma en los próximos partidos que no le duele nada. Después está el Ajax.

Foto: Benzema celebra con júbilo un gol al Espanyol en Cornellá-El Prat. (Efe)

El plan A es que Gareth Bale entre en el once de gala. Si está sano y tiene capacidad de sufrimiento, es mejor que Vinícius para jugar en la banda izquierda. El galés tiene más gol y un físico superdotado. Unas características que se ajustan a lo que exige Solari en la propuesta de fútbol vertical y directo. Antes de la última lesión en el sóleo, demostró que iba como un cohete con actuaciones brillantes como la victoria en Roma, el gol en Huesca y los tres tantos en la semifinal del Mundial de Clubes contra el Kashima japonés. Pero Bale no tiene continuidad y es de los que se quejan. Hay que estar permanentemente encima de él para conocer realmente qué le duele o por qué tiene molestias.

placeholder Vinícius pelea por un balón. (EFE)
Vinícius pelea por un balón. (EFE)

El rechazo del vestuario

Entre los compañeros, produce rechazo ver que tienen a un jugador que está pendiente durante los partidos de comprobar si le duele algo. Está el Real Madrid saliendo de una crisis de resultados con una mejoría en la parcela física y un altísimo esfuerzo en el césped. Es un equipo más solidario, compacto y batallador. En el que todos se implican en la presión alta con intensidad para recuperar el balón. Es un Madrid más agresivo y en esta dinámica tiene que entrar Bale. Vinícius ha dado una buena respuesta. En todos los sentidos. Bale no puede volver a ser una incógnita. No está permitido desconectarse o relajarse. El joven brasileño ha demostrado tener personalidad, sufrir y ser duro.

El galés recuperará su sitio en el once porque Solari valora lo que significa y lo que aporta en términos de desborde, profundidad y pegada. Lo asume hasta Vinícius. Pero el brasileño ha aprovechado la oportunidad en los siete partidos con una excelente actitud y un buen rendimiento. Ha sido agresivo, valiente y descarado. No se achanta, pese a sus 18 años y estar en su primera temporada en España. Se ha encarado con Bartra en el Benito Villamarín. Igual que ante los defensas del Espanyol cuando se ha sentido provocado.

Foto: Morata lucirá el número 22 en el Atlético de Madrid.

El joven tiene carácter y eso se valora mucho dentro del vestuario de los jugadores. Fuera, entre los dirigentes, destacan la ilusión que produce un jugador que ha sido capaz de hacer vibrar por fin a un Santiago Bernabéu que estaba frío y que empieza a engancharse al equipo con partidos como el triunfo en Copa del Rey contra el Girona. El cuento de Bale en el Real Madrid se terminará si Vinícius le quita el puesto en el once, porque a Solari no le queda más remedio que apostar por un chico inexperto, pero sacrificado y atrevido. Además de comprometido, porque de Bale no gustó nada que se fuera del Bernabéu —en el partido ante la Real Sociedad— antes del pitido final.

Se las prometía muy felices Gareth Bale esta temporada cuando se marchó Cristiano Ronaldo y se quedó como jugador franquicia del Real Madrid. Corrió el escalafón y el galés pasaba a ser la estrella del equipo. Le salió a pedir de boca su queja, en Kiev, en la final de la Champions contra el Liverpool. No soportaba a Zidane y se lo dejó claro su agente —Jonathan Barnett— a Florentino Pérez. El llanto se transformó en alegría cuando primero dimitió Zidane y después salió Ronaldo. En el Real Madrid no se podían permitir que Bale no estuviera a gusto ni tener a un futbolista con dudas. La primera misión de Julen Lopetegui fue reforzar al galés, pero no fue recíproco. Bale no hizo nada fuera de lo normal para evitar el despido de Lopetegui y llegó Solari con su apuesta de aire fresco y energía renovada a la plantilla. El argentino también pretende recuperar a Bale, pero tiene en Vinícius su plan B si el galés vuelve con el cuento de que le duele algo.

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