Isco aguanta el pulso de Solari y decide no irse en enero del Real Madrid

Isco ha regresado de las vacaciones de Navidad con las ideas claras, muchas fuerzas y motivado. El malagueño mantiene su postura firme de continuar en el Real Madrid, al menos hasta final de temporada. No se plantea su salida en la ventana invernal pese a que su situación es delicada desde la llegada de Solari al banquillo. El último 'palo' fue no jugar ni un solo minuto en la final del Mundial de Clubes contra el Al Ain. Solari no contó con él entre los tres cambios y sí le dio cancha a Vinicius. Una decisión difícil de asumir para Isco, que se marchó decepcionado por no tener protagonismo en el último título del equio. Y eso que Sergio Ramos tuvo la sensibilidad de dedicarle su gol en la final cuando el malagueño estaba calentando. Pero Isco es cabezón y cree en sus posibilidades hasta el punto de manifestar a Cuatro que irse no es una opción. "Estoy ilusionado y para nada pienso en marcharme en enero".

Isco ha despejado una de las grandes incógnitas que rodean a la actualidad del equipo blanco. Está pasando un mal momento, tiene un papel secundario y no cuenta entre los preferidos del entrenador. Solari prefiere antes a Lucas Vázquez, Ceballos, Marco Asensio y el propio Vinicius. Las características de Isco, con un juego más pausado y de control de la pelota, no convencen al técnico argentino, que propone un fútbol más vetical y directo. Pero Isco no tira la toalla y elige quedarse hasta el final de la temporada porque está convencido de que se ha ganado seguir en una plantilla donde ha sido parte decisiva para ganar las tres últimas Champions.

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Nunca lo ha tenido fácil. Con todos los entrenadores, menos con Julen Loptetgui, ha tenido que pelear para convencerlos de que podía sumar al equipo. Tanto con Ancelotti como con Zidane empezó siendo suplente y acabó jugando muchos minutos y teniendo un sitio en el once. Lopetegui, desde su etapa como seleccionador, siempre apostó por las características de un futbolista que tiene mucho talento y claridad en el juego de ataque. Luis Enrique es otro de los entrenadores que considera que Isco tiene un valor especial y ha contado con él desde que se ha hecho cargo del banquillo de España. Pero el cambio de Solari por Lopetegui le ha perjudicado hasta el punto de que la ruptura entre los dos ha sido evidente. Solari le dejó fuera de la convocatoria en el partido de Champions en el Olímpico de Roma, no le dio ningún minuto en el último encuentro de Liga en el Bernabéu contra el Rayo Vallecano y tampoco jugó nada en la final del Mundial de Clubes.

Florentino le anima a pelear

Todo se ha puesto en contra de Isco. Pero el malagueño, al que Florentino Pérez ha animado para que pelee y siga siendo un jugador clave en este proyecto, ha madurado su decisión para dejar claro que no se quiere ir en el mercado de enero. Otra cosa será lo que ocurra al final de temporada. De aquí a junio pueden sudecer muchas cosas. Ni Solari tiene el puesto garantizado, pese a que tenga contrato hasta 2021. Isco tiene la experiencia suficiente como para saber que puede haber un cambio de entrenador y beneficiarse de un nuevo escenario. Pero sobre todo quiere acabar la temporada y tomar una decisión con mejor perspectiva en el mercado de verano.

Ofertas no le van a faltar si decide abrirse las puertas del Real Madrid cuando acabe la temporada porque tiene el suficiente cartel en el mercado inglés y francés como para elegir otros equipos. Su clásusula de rescisión es de 700 millones de euros, pero entiende que si el proyecto con el entrenador que esté en ese momento no cuenta con él puede pactar con Florentino Pérez una salida o una postura que beneficie a las dos partes. Isco no quiere ser un problema y en el Real Madrid creen que hoy es un jugador importante, pese a su rol de suplente, que en cualquier momento puede volver a ser decisivo en los meses más transcendentales de la temporada en los que se van a disputar los tíutulos.