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El flechazo en el Real Madrid con un Vinícius que no es un tribunero
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el brasileño destaca en la victoria ante el girona

El flechazo en el Real Madrid con un Vinícius que no es un tribunero

Ganó el Real Madrid con un papel destacado de Vinícius. El brasileño tiene enamorado al Bernabéu. Le hicieron un penalti y dio una asistencia en la ida ante el Girona

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La manaza de Marcos Llorente estuvo a punto de estropear la noche de Vinícius. El cabezazo de Sergio Ramos la alivió y la asistencia de Vinícius para que Benzema empujara el cuarto devolvió la alegría. Estaba haciendo el Real Madrid un partido solvente, con un papel destacado del brasileño y se complicó la eliminatoria con una acción torpe de Llorente. Impropia de un futbolista que tiene que tener una altísima concentración. El resultado (4-2) es bueno para el Madrid, pero tampoco para confiarse. Las sensaciones son positivas porque el equipo tiene frescura física y mental. Se repuso del 0-1, del 2-2 y acabó marcando cuatro tantos. No entró en depresión. Dominó y generó un buen número de ocasiones de peligro. Con Vinicius a los mandos, vibró el Bernabéu. A diferencia del Barcelona, el Real Madrid sí tiene la Copa del Rey entre sus prioridades. Lo demostró Ramos, con un doblete y una celebración eufórica.

Era la noche de Vinícius. Lo que se intuye es que no tiene pinta de ser Robinho. El chaval tiene algo que le hace diferente por su velocidad, 'dribling' y descaro. La diferencia con Robinho está en que deja de lado los adornos. El Bernabéu llegó un día a cansarse y desesperarse con las ‘bicicletas’ de Robinho. Era un pesado. Se perdió con ese tipo de regates poco efectivos. Vinícius no es un tribunero. Tiene una aceleración que hace daño y una personalidad, para tener solo 18 años, que impresiona. El Bernabéu se ha enamorado de este chico. Le hacía falta a la afición depositar sus ilusiones en un jugador que ha traído aire fresco e ilusiona porque a su calidad suma carácter. Vinícius se echó el equipo a sus espaldas.

Foto: Isco, en su partido de Champions League frente al CSKA de Moscú. (Reuters)

Hay flechazo. Estamos ante el Real Madrid de Vinícius a la espera de que se incorporen los Marco Asensio, Bale y Mariano. Los dos primeros juegan de extremos, como el brasileño. No hace mucho parecía un atrevimiento decir que Vinícius tiene que comer todavía muchos huevos fritos para quitarle el puesto a Asensio o Bale. Pero hoy es una seria competencia. Por el nivel en el que está y por lo que conocemos a Solari. El entrenador ha demostrado que no mira el nombre ni la edad, y si hay un jovenzuelo que tiene más energía y físico que un veterano, lo pone. La competencia en el puesto de extremo ha crecido y a Asensio y Bale se les va a exigir tener tanto impacto como Vinícius si quieren su sitio en el once.

Tiene velocidad y carácter

En este Real Madrid que propone jugar a la carrera, destacaron Vinícius y Odriozola. Por las bandas llevó el peligro el equipo de Solari para darle la vuelta al gol inicial del Girona. El tempranero tanto de Lozano —minuto 6— fue un golpe al optimismo que se generó tras el triunfo al Sevilla. Un mazazo para Marcelo. Señalado por no llegar a la posición de remate de Lozano en una jugada de altísima velocidad que cogió a la defensa regresando. Marcelo, titular después de la suplencia y no haber disputado ningún minuto ante el Sevilla, iba al trote. Con este ritmo es difícil encajar en la propuesta eléctrica del Madrid de Solari.

Con el gol de Lozano había que comprobar cuál es el nivel de confianza y carácter en las filas madridistas. Vinícius no se esconde. Es un futbolista que pide la pelota, grita a los compañeros y hace mucho daño al espacio. Empezó a dar avisos con sus carrerones por la izquierda y sus internadas al área. Estiró y arrastró al equipo. Dio la señal para embotellar al Girona. Este carácter no se lo habíamos visto nunca a Robinho. Es pronto para apuntar hasta dónde llegará Vinícius, pero síntomas como la osadía, descaro y ambición son buenas noticias. Al chico no hay que pulirle. Hay que dejarle que se equivoque porque no tiene miedo y provoca nervios en los adversarios con sus estampidas. Lo del gol es otra cosa. Se empieza a intuir que no es un goleador o que le falta perfeccionar en la definición. Habrá tiempo para que esté más atinado, pero si se le cayeran los goles, no sería Vinícius. Estaríamos ante el nuevo Pelé.

Foto: Neymar se duele después de una entrada en el partido entre el PSG y el Estrasburgo. (AFP) Opinión

La victoria del Real Madrid fue corta. El equipo ha mejorado mucho en diferentes facetas. Tiene mejor condición física. Corren todos. Unos más que otros, porque Marcelo todavía está en puesta a punto. Hay sacrificio, esfuerzo y agresividad para recuperar la pelota en la presión. Hay cosas muy interesantes. Hasta gol. Los carrerones de Odriozola hicieron daño por la derecha. Suya fue la jugada del empate en un centro atrás que remató Lucas Vázquez para empatar el partido. El Madrid equilibró la contienda y se hizo dueño del partido. Pidió un penalti con polémica a Modric que no fue señalado. Hubo abucheos del Bernabéu al árbitro Undiano Mallenco y en la siguiente jugada apareció Vinícius para provocar un penalti. Lo transformó Sergio Ramos con su habitual ejecución a lo Panenka. Luego llegaron la manaza de Marcos Llorente y la reacción de Ramos, Vinícius y Benzema. Buen Madrid, pero la eliminatoria queda abierta para Girona.

La manaza de Marcos Llorente estuvo a punto de estropear la noche de Vinícius. El cabezazo de Sergio Ramos la alivió y la asistencia de Vinícius para que Benzema empujara el cuarto devolvió la alegría. Estaba haciendo el Real Madrid un partido solvente, con un papel destacado del brasileño y se complicó la eliminatoria con una acción torpe de Llorente. Impropia de un futbolista que tiene que tener una altísima concentración. El resultado (4-2) es bueno para el Madrid, pero tampoco para confiarse. Las sensaciones son positivas porque el equipo tiene frescura física y mental. Se repuso del 0-1, del 2-2 y acabó marcando cuatro tantos. No entró en depresión. Dominó y generó un buen número de ocasiones de peligro. Con Vinicius a los mandos, vibró el Bernabéu. A diferencia del Barcelona, el Real Madrid sí tiene la Copa del Rey entre sus prioridades. Lo demostró Ramos, con un doblete y una celebración eufórica.

Marcelo Vinicius Junior
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