La chapuza del Real Madrid en Leganés o por qué pide a gritos un '9'

El Real Madrid es un ejército de soldados sin armas. Un equipo sin gol con mal pronóstico de aquí a final de temporada si Florentino se mantiene en su idea de no fichar un ‘9’ en lo que queda de mercado de invierno. Le quedan un par de semanas de enero, pero que no se hagan muchas ilusiones los madridistas porque la caja sigue cerrada. El presidente no está por la labor de gastar ahora y Solari no pide nada. No presiona y se conforma. La chapuza de no fichar provoca que veamos un equipo sin contundencia ni poder de intimidación. Esta es la imagen que ofreció el Madrid en la derrota contra el Leganés (1-0) en Butarque. El objetivo de estar en los cuartos de final de la Copa del Rey se ha logrado. Pero la imagen volvió a ser la de un equipo pequeño. Como la que se vio en la segunda parte de la sufrida victoria liguera contra el Betis.

La avería es gorda en el Real Madrid. Tiene, en estos momentos, a Benzema lesionado y con la incógnita de saber si pasará por el quirófano para operarse de una fractura en la falange del quinto dedo de la mano derecha. Algunas versiones dicen que jugará este sábado contra el Sevilla con una férula y que se podría operar el domingo si el sorteo de Copa es benévolo. Retrasar o adelantar la operación del ‘9’ es una chapuza. Si tiene que reparar ese dedo, lo suyo sería que lo hiciera cuanto antes. Si no lo hace, se expone el equipo a ver a Benzema jugando con precauciones, sin ir al choque, evitando el golpetazo. Con miedo. Esta no es la mejor forma de afrontar lo que viene.

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G. Cabeza

Con Benzema convaleciente y sin Bale y Mariano —también lesionados—, el Real Madrid jugó en Butarque sin delantero centro. Solari experimentó en la primera parte con Vinícius como referencia arriba y en la segunda parte puso a Isco. Ninguno de los dos creó una ocasión de peligro. El brasileño se vio jugando de espaldas a la defensa y no se enteró de lo que es el oficio de delantero. Solari rectificó y en la segunda parte lo devolvió a la banda izquierda, su hábitat, para poner a Isco de ariete. Otro fracaso y un ‘marrón’ para el malagueño. No le llegaron balones claros ni es un rematador. La chapuza solo tenía una forma de reparación. Sacar a Cristo, el único delantero en el banquillo, para tener algún arma de fuego. El ‘9’ del Castilla es hoy a lo que se tiene que agarrar Solari.

Un fútbol gris y anodino

Este es el principal problema del Real Madrid. La falta de gol. En los tres últimos partidos, la secuencia ha sido la siguiente. No hizo ningún tanto en la derrota contra la Real Sociedad en el Bernabéu. En la victoria ante el Leganés, en la ida de Copa, los goles fueron de Sergio Ramos —un defensa—, Lucas Vázquez y Vinícius —dos extremos—. Contra el Betis, el primer gol fue de Modric y el segundo, salvador, de Ceballos de falta. No hay un ‘9’. Lo más peligroso del Madrid en Leganés fue un remate de Brahím Díaz al poste. Una ocasión clara para haber marcado. El equipo acabó en Butarque con Vinícius, Brahím Díaz y Cristo como tridente de ataque. Si no es para replantearse el fichaje de un ‘9’…

Los otros problemas son el juego. La primera parte del Madrid fue gris, por no decir mediocre. Poco ritmo, intensidad y negados en la construcción. Es la versión de un equipo triste y que aburre. Que practica un fútbol anodino. Y todo este cúmulo de factores provoca que la afición esté desilusionada y cada vez vaya menos al Bernabéu. El ímpetu, coraje y fe del Leganés fue encomiable en el tramo final del partido para lograr la heroicidad. Pero se topó con buenas actuaciones de Keylor Navas. Sufrió el Madrid y lo salvó el colchón de tres goles de la ida. El Real Madrid se clasificó para los cuartos de final. Solari cosechó la cuarta derrota en 18 partidos e Isco fue irrelevante. Puso voluntad, pero ha perdido o le han quitado la chispa.