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Neymar es el terror del polígrafo, no le dice la verdad ni al médico
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su versión de los hechos no cuela

Neymar es el terror del polígrafo, no le dice la verdad ni al médico

Resulta que no se ha ido al PSG por dinero, ni por tener más protagonismo. Que lo decidió hace dos días y al primero que se lo dijo fue a Ernesto Valverde. Nadie cree a Neymar

Foto: Neymar, durante su presentación oficial como jugador del PSG. (Reuters)
Neymar, durante su presentación oficial como jugador del PSG. (Reuters)

Escuchando la rueda de prensa de presentación de Neymar como nuevo jugador del PSG me vino a la mente una frase que mi madre siempre me decía de niña: “Hay quien no le dice la verdad ni al médico”. Tenía métodos mi madre para evitar que le contara mentirijillas, como pedirme que la mirara a los ojos o, religiosa como es, advertirme que la podía engañar a ella, pero no a Dios, que sonaba, dónde va a parar, mucho más grave que haberme zampado el bote de Nocilla. “Dios me ha dicho que debía hacer algo, hablaba con él todos los días, y por eso estoy aquí”, fue una de las perlas que soltó el brasileño ante los 400 medios acreditados. Pues alguien debería decirle, apelando a la religión, que mentir es pecado y que no hace más que soltar un embuste tras otro.

Resulta que no se ha ido al PSG por dinero, ni por tener mucho más protagonismo. Que lo decidió hace dos días y al primero que se lo dijo fue a Ernesto Valverde. Que su padre no tiene nada que ver en la decisión y hasta está convencido de que no ha faltado al respeto a la afición culé. Hay que valer también para saber mentir así, delante del mundo entero y sin titubear; otra cosa es que le creamos. Y no. Este hombre sería sin duda el terror del polígrafo.

Es legítimo querer ganar más pasta y dejar de estar a la sombra de Messi para lucir por fin el '10' que tanto ansía —y que no le ha cedido Pastore por su buen corazón, sino que, por supuesto, le han obligado a hacerlo—, pero intentar con un discurso infantil decir que ni el dinero, ni la obsesión por ser la gran estrella y no uno más en un equipo que liderará Messi hasta que él quiera, han sido las razones fundamentales de su marcha, es absurdo. No cuela tampoco, ni mucho menos, que no fuera hasta el pasado miércoles, cuando se presentó en la Ciudad Deportiva para despedirse, cuando tomó la decisión.

Piqué, con el culo al aire

Antes de que comenzara la gira, el diario 'As' ya adelantó que había negociaciones con el PSG. También dos cadenas de televisión, 'La Sexta' y 'Antena 3'. Como se ha comprobado, no se tiraron a la piscina. Y la explicación es muy sencilla: alguien del entorno de Neymar se fue de la lengua. Es lo que tiene estar rodeado por un séquito que vive y come gracias a uno, ser una multinacional en lugar de un futbolista; que siempre, siempre, hay alguien que habla y resulta imposible mantener en secreto que estás planeando algo tan gordo como marcharte al PSG.

Por si fuera poco, y dentro de la sarta de mentiras que contó en su presentación, ha dejado con el culo al aire a Gerard Piqué, que intentó convencerle para que se quedara y publicó el famoso tuit de 'Se queda', del que se mofó hasta el PSG cuando anunció el acuerdo con un 'Se firma'. El central no tuvo más remedio que recular en rueda de prensa en Washington, cuando ya sabía que sus consejos habían caído en saco roto. Por entonces 'o pai do craque' ya se había incorporado a la expedición y había vuelto a poner orden: a un jeque no se le puede decir que has cambiado de opinión. En Miami, tanto Piqué como Bartomeu ya sabían que la decisión estaba tomada, igual que los jugadores de la plantilla con los que tenía mejor relación, como Luis Suárez y Leo Messi. Pero es que además, tras el Clásico de Miami Neymar también se despidió de Sergio Ramos y Marcelo. Así que no. No lo decidió hace dos días ni fue Ernesto Valverde el primero en saberlo.

Su padre fue el que negoció

Es cuestión de tiempo que empiecen a aparecer noticias sobre desde cuándo estaba planeando 'el golpe' el padre del jugador. Y desde luego no fue hace dos días. El mismo que cobró 40 millones de euros de prima cuando fichó por el Barça. El mismo que presuntamente le hizo trampas a Delcir Sonda, el fundador del grupo DIS, que fue el primero en apostar por el jugador cuando aún ni había debutado con el Santos y le pagó dos millones, le ofreció su casa, un camarote en su yate y unas vacaciones en Londres e Israel, donde conoció al agente Pini Zahavi, que también ha tenido que ver con su fichaje por el PSG. Para Delcir Sonda, una de las mayores fortunas de Brasil, no es una cuestión de dinero, sino personal. Le han traicionado y por eso Neymar sigue teniendo una cita en la Audiencia Nacional por presunta estafa al grupo DIS, por la que le piden cinco años de inhabilitación. Su marcha al PSG no cambia nada de esto. Tendrá que venir a declarar. Él y su padre. De esto no se libran.

Así que no. Tampoco cuela que su papá intentara que se quedara en el Barça, como publicó el jugador en un vídeo en Instagram, sonrojante, el jueves por la noche, tan falso y pueril que se veía el truco desde París y más allá. En el arte del engaño hay que hilar muy fino para que no te pillen. Y al 'community' que le escribió el texto se le fue la mano. “El Barcelona es una nación que representa a Catalunya. Vivo en una ciudad que es más que una ciudad, es una patria”, llegó a decir mezclando churras con merinas. Parece improbable que Neymar sepa quién es Carles Puigdemont, Junqueras, la Cup o qué pasará, o no, el próximo 1 de octubre.

Ya lo dijo Abraham Lincoln: “Podrás engañar a todos durante algún tiempo; podrás engañar a alguien siempre; pero no podrás engañar siempre a todos”, que es lo que Neymar y su padre pretenden.

La falta de respeto

Tan metido en su burbuja está el futbolista con sus 'toiss' y su papaíto que ni siquiera parece haberse dado cuenta de que le ha faltado al respeto al Barça y su afición. Escondiéndose, con medias verdades, usando las redes sociales en mitad de todo el embrollo para hacer bromitas jugando al parchís —demostrando lo malísimamente que lo ha pasado para tomar la decisión como soltó en su presentación— o deslizando entre risas que se iba a Brasil para luego decir que no, que viajaba a Barcelona después de los actos promocionales que tuvo en China. Hasta ocho vídeos llegó a publicar, incluyendo algunos con orejas y morros de conejitos con sus amiguetes. La viva imagen del agobio, vaya.

“Ha sido un disgusto, no solo por el fondo, sino por las formas”, reconoció este viernes el portavoz del Barça, Josep Vives. “El club actuaba con lógica cuando dijo lo del 200%. Lo dijo desde el convencimiento pleno. Primero, porque a nosotros el jugador no nos había comunicado su deseo de salir, porque nosotros queríamos que se quedara y porque pensábamos que nadie pagaría una cláusula de esta cantidad de dinero. Desde la lógica, era normal que pensáramos que no se iba a ir”, concluyó. El desgaste en la imagen del Barça por la fuga de Neymar ha sido terrible. Negaron la mayor hasta que no lo tuvieron delante de las narices y ya no podían hacer nada. De ahí que hayan bloqueado ahora los 26 millones de prima de renovación que estaban acordados, que ya no están en una notaría, sino en el club. Y que Bartomeu no quisiera ni verle ni cogerle el teléfono.

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Si el sorteo de la Champions así lo quiere, ya comprobará Neymar lo contenta que está la afición culé con él y lo mucho que empatizan con su gran padecimiento en estas semanas en las que ha tenido que tomar “la decisión más difícil de mi vida”. Y que no fue por dinero, ni por ansiar protagonismo, que no, que no. Que fue Dios quien le sopló al oído que “debía hacer algo”. Cuando un día de estos le digan que mentir es pecado, con lo espiritual que es él, le va a dar un jamacuco. O no. Porque como repetía mi madre, hay quien no le dice la verdad ni al médico.

Escuchando la rueda de prensa de presentación de Neymar como nuevo jugador del PSG me vino a la mente una frase que mi madre siempre me decía de niña: “Hay quien no le dice la verdad ni al médico”. Tenía métodos mi madre para evitar que le contara mentirijillas, como pedirme que la mirara a los ojos o, religiosa como es, advertirme que la podía engañar a ella, pero no a Dios, que sonaba, dónde va a parar, mucho más grave que haberme zampado el bote de Nocilla. “Dios me ha dicho que debía hacer algo, hablaba con él todos los días, y por eso estoy aquí”, fue una de las perlas que soltó el brasileño ante los 400 medios acreditados. Pues alguien debería decirle, apelando a la religión, que mentir es pecado y que no hace más que soltar un embuste tras otro.

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