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Fernando Alonso vuelve a demostrar en Qatar que no hay mejora real, sino maquillaje asturiano
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PILOTO POR ENCIMA DEL COCHE

Fernando Alonso vuelve a demostrar en Qatar que no hay mejora real, sino maquillaje asturiano

El buen rendimiento del Aston Martin durante los entrenamientos fue un espejismo. El factor del pilotaje del piloto español marcó diferencias hasta que el resto aprendió las lecciones

Foto: Alonso reconoció que el GP de Qatar fue muy duro. (Reuters/Ibraheem Al Omari)
Alonso reconoció que el GP de Qatar fue muy duro. (Reuters/Ibraheem Al Omari)

Si hay un factor que ha reducido la brecha entre pilotos excepcionales y simplemente buenos ha sido la adquisición de datos. Lo que popularmente se conoce como telemetría manda a día de hoy. Con la tecnología actual, los equipos saben con precisión absoluta dónde pierden tiempo respecto a sus rivales. En los circuitos ya conocidos, ingenieros y pilotos solo necesitan cuando desembarcan hacer pequeños retoques a lo largo del fin de semana. Pero la pista catarí presentaba un desafío completamente diferente. Un asfalto nuevo, una pista llena de deslizante polvo desértico suponía un territorio desconocido para todos. Un escenario perfecto para que destaquen los mejores pilotos… hasta que el resto aprende los trucos. Y esto fue justo lo que ocurrió en Qatar este fin de semana.

El buen ritmo súbito del Aston Martin era un poco extraño. Un coche que no había recibido ninguna mejora relevante y que daba muestras de languidecer a medida que pasaban las carreras, de repente, por arte de magia, parecía recuperar su competitividad perdida. El sexto puesto final de carrera de Fernando Alonso no puede calificarse como fracaso. Es cierto que un error de Fernando a mitad de carrera con una salida de pista arruinó toda posibilidad de acabar por delante de Leclerc y de Russell, pero, de haberlo logrado, habría habido mucho de milagro también. El coche no estaba a la altura para competir ni con Ferrari ni con Mercedes. No digamos ya con Red Bull y McLaren.

El rendimiento de Lance Stroll en su pelea con los Alpine delataba la situación real de los coches ingleses. El vuelta a vuelta de Gasly y Ocon respecto a los pilotos de Aston Martin no engañaba. Fernando, sin embargo, hizo bien en no querer atribuirse el mérito: "Creo que sí se han superado las expectativas. En Monza, fuimos novenos; en Singapur, cero puntos; en Japón, novenos. Aquí estábamos siempre entre los cuatro o cinco primeros, así que fue una buena sorpresa, pero este domingo en carrera hemos perdido algún puntillo. A ver cómo se da Austin", explicó Fernando al término de la carrera. Como el español no da puntada sin hilo cuando habla, acertadamente habla de mejora de las expectativas, pero no de mejora real del coche. Animar a las tropas, sí; engañar, no.

Al límite, intentando esconder las carencias

Es muy posible que la salida de pista que tuvo en carrera fuera provocada por la ansiedad. Tenía que ser muy duro ver cómo se esfumaba la posibilidad de un podio que, a principio de carrera, con el golpe simultáneo de los dos Mercedes, parecía posible. Pero era evidente que no había nada que hacer. Frente al Ferrari de Leclerc había una posibilidad de combate, pero frente a los Mercedes y los McLaren, a pesar de compartir motorización con su Aston Martin, no había absolutamente nada que hacer.

"Fue una carrera dura físicamente y, a la hora de conducir, tuvimos algunos problemas con la parte trasera. El coche era muy inestable, muy digital, como on y luego off, con el agarre. Una carrera difícil a la hora de ejecutarla. Con tantas paradas, era siempre emocionante intentar estar a la par. Sin la salida de pista, por lo menos con Charles Leclerc hubiéramos recuperado la posición seguramente. En la salida [de pista] creo que perdimos alguna pieza y ahí perdí varias opciones", afirmaba el bicampeón del mundo. El error, como reconoció Fernando, fue costoso; pero, siendo justos, de no haber arrancado tan delante en la parrilla como lo hizo, tal pelea nunca hubiera tenido lugar.

Solo aquel que haya cumplido 40 años sabe valorar lo que cuesta mantener el tono y la exuberancia física que se gozaba cuando tenías 20. Es muy destacable que, en la que quizás haya sido la carrera más dura desde el punto de vista físico, Fernando no fuera uno de los pilotos más castigados. "Estoy sudado. Al final, hemos logrado buenos puntos, pero la carrera fue dura, de las que más. Quizás en el futuro podríamos pensar en tomar algunas medidas en caso de que estas temperaturas extremas se repitan", confesaba. No olvidemos que pilotos como Russell o Piastri llegaron más que justos de fuerza al final de la carrera y otros como Sargeant ni llegaron. De hecho, la plaga de penalizaciones por exceder los límites de pista al final de la carrera tuvo mucho que ver con que el cansancio hizo mucha mella en los pilotos.

placeholder Aston Martin ha perdido el tren de la competitividad. (Xavi Bonilla /AFP)
Aston Martin ha perdido el tren de la competitividad. (Xavi Bonilla /AFP)

Un problema misterioso

Queda la incógnita de la naturaleza real del problema con ese asiento que achicharraba a Fernando desde la vuelta 15. Y, por supuesto, si algo tuvo algo que ver con su salida de pista. Al estar esa zona aislada incluso con papel de oro, suena un poco extraño ese problema. Podría ser por recalentamiento del KERS o incluso una fuga de gasolina similar a la que impidió participar a Carlos Sainz. Es seguro que, si por la emisora el equipo hubiera dado la mínima pista de tal problema, los comisarios habrían obligado al piloto español a abandonar. Pero no lo sabremos nunca, porque al término de la carrera Aston Martin no quiso especificar el origen del problema.

Para la próxima carrera, a celebrar en el circuito de Austin, parece que por fin Aston Martin traerá algunas evoluciones. Está claro después de este fin de semana que la brecha entre el equipo de Alonso y sus rivales más directos sigue igual de grande. La única diferencia aquí fue que, en los territorios inexplorados, el maquillaje asturiano funciona de maravilla. Pero, aunque estemos ya con octubre bien avanzado, quedan aún nada menos que cinco carreras por disputar. De no rascar un par de décimas en mejoras el AMR23, la agonía hasta la bandera a cuadros en Abu Dabi va a ser terrible.

Si hay un factor que ha reducido la brecha entre pilotos excepcionales y simplemente buenos ha sido la adquisición de datos. Lo que popularmente se conoce como telemetría manda a día de hoy. Con la tecnología actual, los equipos saben con precisión absoluta dónde pierden tiempo respecto a sus rivales. En los circuitos ya conocidos, ingenieros y pilotos solo necesitan cuando desembarcan hacer pequeños retoques a lo largo del fin de semana. Pero la pista catarí presentaba un desafío completamente diferente. Un asfalto nuevo, una pista llena de deslizante polvo desértico suponía un territorio desconocido para todos. Un escenario perfecto para que destaquen los mejores pilotos… hasta que el resto aprende los trucos. Y esto fue justo lo que ocurrió en Qatar este fin de semana.

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