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Donde no hay mata, no hay patata: Alonso y Aston Martin se tragan la amarga píldora de Monza
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DECIMA POSICIÓN, DESCOLGADO

Donde no hay mata, no hay patata: Alonso y Aston Martin se tragan la amarga píldora de Monza

Alonso llegó a la Q3, pero cayó de forma exagerada frente a sus rivales. El español recordó que Monza es una de las más duras del calendario para las características de su coche

Foto: Alonso empezará décimo en Monza. (Reuters/Jennifr Lorenzini)
Alonso empezará décimo en Monza. (Reuters/Jennifr Lorenzini)

Fernando Alonso y Carlos Sainz suelen vivir en 2023 grandes premios opuestos por la naturaleza de sus monoplazas. Donde uno brilla, otro cojea, y viceversa. Salvo en el Gran Premio de España, cuando ambos vivieron un mismo sino. En el día grande de Sainz en Monza llegaba otro gris y deslavazado para Alonso.

Décimo de parrilla, a más de un segundo del mejor tiempo, comparsa en el Q3, Alonso mostraba el gesto opuesto a Zandvoort. Por delante, para la carrera, labor de zapa, pico y pala, a tachar cuanto antes del calendario con faena de aliño una pista incómoda, y para casa. Su lenguaje corporal hablaba tanto más que las palabras. No era decepción, sino resignación.

“Sabíamos que iba a ser una crono difícil, la Q3 era el objetivo máximo que teníamos”. Y gracias. Aston Martin salvó los muebles con el español, con Lance Stroll en un incomprensible último lugar a pesar de no rodar el viernes. La crisis del canadiense se acentúa, herida que se abre cuando Aston Martin necesita puntos a toda costa, como recordaría el español al bajarse de su monoplaza. El AMR23 bastante hizo en sus manos. Cuanto antes, Singapur. De momento, el trámite del Gran Premio de Italia.

Q3, pero perdiendo

Resultaba utópico pensar que un monoplaza con el “drag” intrínseco que ha distinguido al AMR23 durante la primera parte de la temporada fuera a brillar en la pista más letal al respecto, aún con las evoluciones introducidas durante la presente temporada. Si acaso, maquillaje. “El coche lo he sentido bien, pero solo hay seis curvas, y el noventa por ciento del circuito es a tope, así que no hay mucho que hacer en este circuito más que acelerar en las rectas”, reconocía Alonso al terminar. Si las mejoras de Zandvoort eran reales, en Monza no jugaban demasiado. “Así que no hemos podido valorar del todo las mejoras de Holanda, creo que va bien pero, como digo, creo que hay fines de semanas mejores y peores y este es uno de los negativos, como este hemos tenido otros en el campeonato, y siempre sumamos puntos…”.

Sorprendentemente, la sesión clasificatoria fue de mejor a peor. En el Q1, Alonso terminaba a medio segundo del mejor tiempo de Max Verstappen. Hamilton y Norris clavaron su crono en el Q1, con Alonso a solo una décima de ambos. Con el compuesto medio, Q2, la diferencia se fue a seis décimas del mejor crono absoluto. Aquí, el español perdía dos décimas frente a Hamilton, y sacaba alguna milésima a Norris. En los dos primeros bloques detuvo su último intento. Durante unos instantes, parecía que el español tenía más pólvora en el AMR23. Estaba mojada.

placeholder Alonso se desplomó en el Q3 con el neumático blando. (REUTERS Jennifer Lorenzini)
Alonso se desplomó en el Q3 con el neumático blando. (REUTERS Jennifer Lorenzini)

Porque en el Q3 el margen se desplomó respecto a todas las referencias. Frente a la pole de Sainz cayó algo más de segundo. Con Norris y Hamilton, medio segundo. El ‘drag’ lastraba (“Desde Bahrein sabemos qué pasa con este coche”, pero el monoplaza no enganchaba al asfalto con el compuesto blando, o bien Alonso no cuajaba una buena vuelta completa.

Las diferencias con sus rivales más inmediatos tampoco encajaban en el último bloque, quizás de ahí la decepción de Alonso, que terminó en el Q3 a medio segundo por detrás de Hamilton y Norris. "Tenemos que entender por qué Fernando no consiguió mejorar cuando montamos neumáticos blandos, porque no pudimos competir por las primeras posiciones en la Q3", se preguntaba Mike Krack.

“La estimación del ordenador antes de la crono nos daba de nueve a doce, y al final la hemos cumplido más o menos, porque al final estamos ahí en medio de esa estimación”, explicaba Alonso al terminar, aunque quizás el ordenador no recogía semejante margen final en el Q3. “No es un circuito demasiado bueno para nosotros con tanta recta y pocas curvas". Sin embargo, con los dos compuestos de Q1 y Q2 los rivales más inmediatos no estaban tan lejos, ni tampoco el mejor tiempo. Algo no había funcionado además del rendimiento del AMR23 en una pista de tanta recta.

"Carrera a la defensiva"

A poco de bajarse del monoplaza, Alonso ya había visualizado el plan de carrera. “Veremos, creo que el objetivo es sumar puntos, no sé cuántos van a ser, ojalá sean bastantes, pero viendo el ritmo que hemos tenido el fin de semana, top 7 o top 8 es lo máximo a lo que podríamos aspirar, e intentar ayudar a Aston en Constructores”. Se intentará parar el golpe, en todo caso, porque Ferrari amenaza con un buen puñado de puntos en Monza y recortar diferencias si Sainz y Leclerc rematan la faena de los clasificatorios.

Por delante, dos monoplazas distintos, Mercedes y McLaren. Este, último no tan rápido en las simulaciones de carrera, como avisaba Norris el viernes. “Mañana no seré muy rápido”, también adelantaba un también desmoralizado Hamilton. “Y luego en Pilotos, el rival mas cercano que tenemos es Hamilton, octavo, nosotros décimos, así que no estamos tan lejos de él. Vamos a intentar unir a su carrera y, un poco, defendernos. Mañana es una carrera de defensa”. Lo dicho, acabar cuanto antes, y Singapur. Allí será todo diferente. "Esperamos una carrera inusual mañana, y buscaremos aprovechar cualquier oportunidad”.

Fernando Alonso y Carlos Sainz suelen vivir en 2023 grandes premios opuestos por la naturaleza de sus monoplazas. Donde uno brilla, otro cojea, y viceversa. Salvo en el Gran Premio de España, cuando ambos vivieron un mismo sino. En el día grande de Sainz en Monza llegaba otro gris y deslavazado para Alonso.

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