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Dos milésimas: al final llegó la 33, aunque para Carlos Sainz y de la manera menos esperada
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SIETE DÉCIMAS ENTRE PRIMERO Y ÚLTIMO

Dos milésimas: al final llegó la 33, aunque para Carlos Sainz y de la manera menos esperada

En una de las sesiones más apretadas de los últimos años, Sainz quedó fuera de la Q3 por primera vez en 33 Grandes Premios. Ferrari rindió por debajo del ritmo que se esperaba

Foto: Dos milésimas dejaron a Sainz fuera de la Q3. (Scuderia Ferrari)
Dos milésimas dejaron a Sainz fuera de la Q3. (Scuderia Ferrari)

El ya famoso 33 hizo su aparición en Hungaroring, pero en un curioso guiño casual y deportivo abrazó a Lewis Hamilton y Carlos Sainz. Al británico, cuando arañaba por milésimas la primera pole en otras tantas carreras. Para el español, cuando se quedaba fuera de la Q3 por primera vez tras idéntico número de carreras. Para ambos, se abre un Gran Premio de Hungría muy distinto.

"Hemos sufrido durante todo el fin de semana", reconocía Sainz. Desde el viernes, Sainz caminaba a contrapié desde su salida de pista en los primeros libres. Desde entonces, un paso por detrás de su compañero y de su monoplaza. No obstante, solo dos milésimas hicieron suficiente daño como para que fuera el madrileño y no Niko Hulkenberg quien se quedara fuera de la Q3. Eso sí, tres motores Ferrari terminaron por delante de Sainz en la parrilla. "Hay veces que dos milésimas no hacen la diferencia, y otras que sí. Y ha tocado", se lamentaba el español al terminar.

La sesión clasificatoria se convirtió en un reñido y cruel revoltijo sobre la tradicional jerarquía de la temporada, confirmando la facilidad de Hungaroring para las emboscadas. Para que Ferrari y Carlos Sainz aspiren a entrar entre los cinco primeros hará falta que el Gran Premio de Hungría se vuelva loco y mire con buenos ojos hacia el madrileño.

Siete décimas entre todos

La cuarta posición en la Q1 quizás aventuraba mejor resultado para Sainz. Sin embargo, medio segundo frente al mejor crono era la tónica, mientras Leclerc tenía una marcha más. "La parrilla estaba súper apretada, se sabía desde antes de la clasificación que no iba a ser fácil pasar la Q1 y la Q2, porque estábamos todos en un pañuelo". No le faltaba razón a Sainz, porque las diferencias entre todos los monoplazas al terminar la Q1 quizás fueran las más reducidas en la última década: tan solo siete décimas entre el primero y el último. Una compresión extraordinaria. En semejante escenario, a Sainz le faltaron esas dos milésimas para pasar la Q3.

"Es una pena que las nuevas reglas nos obligaran a afrontar la Q2 con el compuesto medio, con el que no me llevaba bien desde el principio del fin de semana. En el primer sector he sufrido mucho, incluso más que con el duro", explicaba Sainz, a quien el nuevo formato le ha jugado una mala pasada. "Si hubiera sido una clasificación normal, podríamos haberlo hecho mejor, haciendo elecciones mixtas con todos los compuestos de neumáticos. Desafortunadamente, pagué al no sentirme cómodo con el medio, no consigo meterlo en temperatura y me cuesta. Sabía que la Q2 iba a estar difícil por esto". En semejante lucha a palo limpio, el mínimo problema te tachaba de la lista. Pero aunque Ferrari presumía en el primer tercio de temporada de luchar por algunas poles -incluso en Spielberg-, no había más cera en Hungaroring.

¿Lo peor está por llegar?

Incluso el propio Leclerc se mostraba resignado, contento con su vuelta final, pero el compuesto blando llegaba justo al último sector. "En general, sufrimos con el rendimiento del coche en estos momentos. Sorprendentemente, tenemos a McLaren por delante, porque esperábamos que hubieran dado un paso adelante solo en las curvas rápidas, pero ahora vemos que han dado un paso adelante en general", reconocía el monegasco, un temor que albergaban también equipos como Mercedes. Pero Hamilton dio el do de pecho, también por milésimas. La retórica de Ferrari antes de comenzar el fin de semana ha comenzado a deshacerse.

Fred Vasseur confirmaba que Ferrari no había rendido al nivel esperado. "Esperábamos hacerlo mucho mejor este fin de semana y habíamos comenzado bien, incluso en la simulación de carrera de los libres tres. Cuando pasamos a la clasificación, el ritmo estaba, así que pensamos que haríamos más. Ciertamente, las temperaturas han influido de alguna manera, pero es igual para todos y no hay que buscar excusas". En carrera puede ser aún peor de ser el más caluroso de los tres días. También avisaba Leclerc: "La degradación no fue mala cuando hicimos las simulaciones, pero el ritmo no parecía muy bueno". Y con temperatura previsiblemente más benigna.

placeholder El Gran Premio de Hungría se presenta duro para Ferrari. (Scuderia Ferrari)
El Gran Premio de Hungría se presenta duro para Ferrari. (Scuderia Ferrari)

"Adelantar no es fácil, a ver qué nos podemos inventar este domingo", casi rogaba Carlos Sainz, en una pista donde la posición de salida determina gran parte del resultado final. "A no ser que un coche de seguridad arroje los dados para unos y otros, y a ver qué nos cae". También avisaba Vasseur: las simulaciones del viernes no se parecerán al Gran Premio, que se espera bajo temperatura muy elevada. En semejante contexto, rodar en pelotón y aire sucio es escenario tóxico para el neumático y su degradación, el gran temor con el SF23. "El primer giro será crucial, todos estamos muy cerca unos de otros, y se creará un tren de DRS abierto muy difícil de superar", avisaba el jefe al respecto.

Por no hablar del segundo factor a temer en Hungaroring, que también afectó a los monoplazas italianos, como han apuntado sus dos pilotos. "Hace viento y en las curvas largas sufrimos de falta de equilibrio, no es lo mejor y lo sabemos, sobre todo cuando estamos todos tan pegados", recordaba Sainz. "Hay rivales que han mejorado mucho respecto al año pasado, mira McLaren y Alfa Romeo". Leclerc reconocía haberse sorprendido por los datos de Ferrari sobre las simulaciones de carrera de Alfa Romeo, con potencial para superar este fin de semana al equipo italiano. ¿Y además en una carrera por encima de los 30 grados? Tal y como se presenta el Gran Premio de Hungría, para Ferrari ya sería un éxito batir a su equipo cliente. Así está el patio.

El ya famoso 33 hizo su aparición en Hungaroring, pero en un curioso guiño casual y deportivo abrazó a Lewis Hamilton y Carlos Sainz. Al británico, cuando arañaba por milésimas la primera pole en otras tantas carreras. Para el español, cuando se quedaba fuera de la Q3 por primera vez tras idéntico número de carreras. Para ambos, se abre un Gran Premio de Hungría muy distinto.

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