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Por qué Carlos Sainz en Silverstone no puede echar toda la culpa a la suerte o al equipo
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UNA CARRERA PARA OLVIDAR

Por qué Carlos Sainz en Silverstone no puede echar toda la culpa a la suerte o al equipo

En el GP de Gran Bretaña, los acontecimientos no remaron a favor del madrileño. En Ferrari, la estrategia tampoco fue la mejor, pero la actuación del piloto español también tuvo lagunas

Foto: Carlos Sainz, en el Gran Premio de Gran Bretaña. (EFE/Christian Bruna)
Carlos Sainz, en el Gran Premio de Gran Bretaña. (EFE/Christian Bruna)

Fin de semana para olvidar para Ferrari en la 11ª carrera de la temporada. El noveno y décimo puesto, obtenidos respectivamente por Charles Leclerc y Carlos Sainz, cae como un jarro de agua fría que mostró señales esperanzadoras de progresión en los últimos grandes premios. Tampoco hay que tener en todo caso una visión catastrofista de la situación. En la Fórmula 1 de 2023, la igualdad es extrema y los mínimos fallos o pequeñas carencias de un coche a veces se pagan carísimos.

Baste el ejemplo del rendimiento de los McLaren, que en Silverstone no solo se mostraron como los más competitivos detrás de Max Verstappen, sino que incluso en ocasiones tuvieron un ritmo que inquietó al actual campeón del mundo. Es un equipo que, junto a Williams a principio de temporada, eran el farolillo rojo de la parrilla. Ahora, por arte de magia, se convierten en potenciales ganadores de carreras. Pero no hay tal magia. Es la sencilla circunstancia de que las diferencias entre el primero y el último de la parrilla son probablemente las más ajustadas de la historia de la Fórmula 1. Cuando McLaren era criticada por el absoluto fracaso de estar a la cola del pelotón, lo que no se tenía en cuenta es que el fracaso era estar apenas un segundo por detrás de los líderes.

Un 'safety-car' inoportuno

"Merecíamos más [que el décimo puesto], a tono con la historia de esta temporada", se lamentó Carlos Sainz al acabar la carrera a través de la emisora con su ingeniero Riccardo Adami. Es posible que, si los acontecimientos hubieran girado un poco más a favor de Ferrari, se hubiera obtenido mejor resultado, pero no puede culparse en esta ocasión a la mala suerte, porque tanto equipo como piloto cometieron errores. Fallos de pilotaje que al madrileño le costaron un par de posiciones. Y de estrategia provocados por el crónico miedo a meter la pata de los estrategas de Ferrari.

"Ha pasado un poco de todo", explicó Carlos. "El principio de carrera no ha ido mal, pero vimos rápidamente que los Mercedes y los McLaren iban más rápido que nosotros. Pude extender bien la tanda con neumático medio para poder ir rápido luego con los duros. Venía muy rápido con la goma dura y ha salido un safety-car que ha condicionado mi carrera". Efectivamente, el timing no vino nada bien a los intereses del madrileño. Eso sí, teniendo en cuenta la información disponible, Sainz podía haber arriesgado con los neumáticos blandos y no lo hizo.

"Tuve que hacer la resalida con la goma dura contra todos los coches con gomas blandas y medias", continuó en su explicación el madrileño. "Me he defendido como he podido y al final no ha podido ser. Si hubiese entrado durante el período del safety-car para poner unas gomas blandas, hubiese salido décimo y hubiese tenido que adelantar a esos coches con una rueda igual. Es lo que hay". Su compañero de equipo, sin embargo, sí que lo hizo poniendo medios. Al ver como Carlos le venía recortando diferencias, prefirió arriesgar para estar con mejores armas hacia el final de carrera. Los blandos quizá podrían haber marcado una diferencia con su compañero.

placeholder El momento del adelantamiento de Checo Pérez a Carlos Sainz. (Reuters/Andrew Boyers)
El momento del adelantamiento de Checo Pérez a Carlos Sainz. (Reuters/Andrew Boyers)

Exceso de conservadurismo

Es muy fácil siempre juzgar las cosas a posteriori, porque lo que parece obvio. En medio de un pelotón en mitad de carrera puede no serlo tanto. Pero es revelador que el propio director de equipo, Frederic Vasseur, reconociera que pecaron de exceso de conservadurismo. El sempiterno miedo a fallar de los de Maranello volvió a jugar en su contra. "Hemos sido demasiado conservadores, porque en general la degradación ha sido mucho menos fuerte de lo que esperábamos. Tuvimos mala suerte con el coche de seguridad, pero con el coche que teníamos hoy, podríamos haberlo hecho mucho mejor. Teníamos miedo a la degradación y no conocíamos el desgaste del medio y el duro. Esto nos hizo ser excesivamente cautelosos", concluyó el jefe de equipo de Ferrari.

La información que recibió Carlos del box a partir de la fatídica entrada del safety-car no fue ni muy rápida ni precisa. Un fallo del equipo de estrategia en remoto en Maranello, porque tienen que ser capaces de dar en poco tiempo informaciones clave. Ese vacío informativo provocó que, cuando piloto y muro de boxes dilucidaron a través de la radio qué hacer, ni uno ni otro quisieran arriesgarse y se optara por seguir como se estaba. El hándicap que eso iba a suponer en el tramo final de carrera era evidente. Pero se decidió optar por lo malo conocido que por lo bueno por conocer. La alternativa para Carlos, sabedor además que iba a tener a Leclerc detrás con medios, era haber parado a poner neumáticos blandos. Nunca se sabrá si hubiera funcionado o no, pero estando séptimo quizá podría ser un momento para intentarlo sabedor de lo que venía por detrás. La última palabra, al final, debe tenerla el piloto en caso de duda y que no haya una orden expresa del equipo por medio.

La información que recibió Carlos del box a partir de la fatídica entrada del 'safety-car' no fue ni muy rápida ni precisa

Llegado a ese punto, lo que había que hacer es una carrera defensiva sin cometer el mínimo fallo para salvaguardar el séptimo puesto. Y ahí es donde Carlos falló. Un fallo mínimo por una indecisión en una curva, pero un fallo que al fin y al cabo acabó costando carísimo. Sabedor de la superioridad del Red Bull de Pérez, lo suyo quizá habría sido buscar el momento que el mexicano le superara perdiendo la menor cantidad de tiempo posible. Pero salió todo mal. Un adelantamiento al límite del mexicano hizo que Carlos perdiera la línea e inmediatamente se quedó a merced de Albon y Leclerc, que venían justo por detrás.

La verdadera lucha de Carlos en estos momentos tiene mucho más que ver con su situación en la tabla clasificatoria respecto a su compañero de equipo que con cualquier otro objetivo. Los rumores acerca de sus sustitución en Ferrari se suceden ahora que la silly season de rumores sobre posibles fichajes empieza a tomar fuerza. Perder apenas un punto respecto a Leclerc no es en sí un gran problema, pero perder una oportunidad que estaba al alcance de su mano para imponer su ley a su compañero sí lo es. Y de ahí quizá que además de la mala suerte o los fallos del equipo, Carlos tenga algún remordimiento por haber conseguido menos de lo que claramente podría haber logrado.

Fin de semana para olvidar para Ferrari en la 11ª carrera de la temporada. El noveno y décimo puesto, obtenidos respectivamente por Charles Leclerc y Carlos Sainz, cae como un jarro de agua fría que mostró señales esperanzadoras de progresión en los últimos grandes premios. Tampoco hay que tener en todo caso una visión catastrofista de la situación. En la Fórmula 1 de 2023, la igualdad es extrema y los mínimos fallos o pequeñas carencias de un coche a veces se pagan carísimos.

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