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Carlos Sainz recibe varios revolcones en una mala tarde en Canadá pero no se rinde
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PARTIRÁ FINALMENTE UNDËCIMO

Carlos Sainz recibe varios revolcones en una mala tarde en Canadá pero no se rinde

La penalización de tres posiciones fue la puntilla a una jornada tremendamente difícil para el piloto español. Pero no todo es negativo a pesar de partir undécimo a la carrera

Foto: Sainz no tuvo su mejor día, pero demostró que sabe sobreponerse. (Ferrari)
Sainz no tuvo su mejor día, pero demostró que sabe sobreponerse. (Ferrari)

"Fue un día difícil desde un punto de vista psicológico", dijo Carlos Sainz al bajarse del coche y atender a los medios de comunicación. Y no le faltó razón al madrileño, porque vivió uno de los sábados más difíciles de toda la temporada. De esos que te ponen a prueba mentalmente, pero de los que sales más fuerte si te sobrepones.

El día ya comenzó torcido con un fuerte accidente durante la sesión mañanera de entrenamientos libres. En condiciones de lluvia, mientras trataba de buscar los límites, Carlos pisó una línea blanca y perdió el control de su monoplaza. Los daños en el coche no eran importantes, pero tampoco eran sencillos de reparar. En definitiva, no era la mejor de las circunstancias para afrontar una sesión clasificatoria que también iba a disputarse en mojado.

"Después del incidente en la FP3 (la tercera sesión de entrenamientos libres), no quería tener otra salida de pista, aunque tuviera que apretar. En la Q2 (segunda fase de la clasificación), con los neumáticos de seco, hice algunas buenas vueltas, aunque no estaba al 100%. En la Q3, (la definitiva con los diez mejores) hubo un poco de mala suerte con la bandera roja y la lluvia porque creo que teníamos el potencial para llegar al top 3". Es cierto que este tipo de sesiones con climatología cambiante tienen mucho de lotería. Pero fue peor aún que finalizar octavo cuando había potencial para estar mucho más arriba. A eso hay que añadir la penalización de tres puestos en parrilla por impedir a Pierre Gasly completar su vuelta lanzada, así que Sainz saldrá undécimo.

placeholder Carlos tuvo un fuerte accidente en los libres. (Reuters/Evan Buhler)
Carlos tuvo un fuerte accidente en los libres. (Reuters/Evan Buhler)

Situaciones que las carga el diablo

La mala visibilidad, la falta de comunicación con el box y la peculiaridad de la curva de entrada a meta fueron un coctel envenenado para las aspiraciones del madrileño. Aunque la sanción es innegable a la vista de las imágenes que fue correcta, siendo justos, el impedimento de Sainz también fue causado por la posición de Yuki Tsunoda en la pista, que no permitió otra alternativa al español. El piloto japonés fue también apercibido por los comisarios, pero no sancionado. "Estaba en medio de cuatro coches", se defendió Sainz, "y nos estábamos adelantando porque todos queríamos cruzar la línea de meta cuando la bandera a cuadros estaba saliendo. Lo intentamos todo, pero es cierto que en estas condiciones también me estorbaron en tres o cuatro ocasiones. No grito por la radio para desahogarme. Creo que los pilotos se calientan demasiado en estas situaciones".

La maniobra de Carlos fue ciertamente peligrosa, pero resulta casi obligada si quieres obtener un buen crono. Dado que es clave salir de la curva de línea de salida/meta lo más rápido y recto posible, es necesario comenzar despacio la trazada para dar gas a fondo cuando el coche está bien encarado. Si se entra a velocidad normal es mucho más complicado obtener una línea limpia de salida de la curva. Esta circunstancia, como es lógico, se exacerba más aún cuando el asfalto está mojado, como fue el caso.

“La Q3 ha sido una lotería", se lamentó Sainz. "He levantado un poco en la última chicane para preparar la última vuelta y en ese momento ha llegado la bandera roja, así que no he podido sacar todo el potencial del coche. Probablemente, hubiese sido un top tres hoy. Ha habido tráfico, pero para todos, no se ha salvado ni uno. En definitiva, estaba todo muy complicado, pero vista la situación, yo creo que mañana se puede remontar y llegar a un top cinco", aseguró. Estas palabras las pronunció antes de conocer su sanción de tres posiciones, que quizá convierte ese posible quinto puesto en algo difícil de conseguir, porque, además, partirá por detrás de Leclerc.

Aunque frente a toda la suma de sinsabores mencionada anteriormente sea difícil extraer algo positivo, en realidad hay dos elementos que deben conducir a levantar el ánimo. En primer lugar, sobreponerse a un golpe fuerte contra los muros de forma inmediata, sin que afecte a tu confianza, es muy buena señal. En segundo lugar, volver a pasar el corte final y ver como tu compañero de equipo de nuevo se queda fuera debe ser un acicate importante para la moral del madrileño.

El compañero, el primer rival

No es una cuestión de consolarse con el mal ajeno, sino que la primera batalla siempre se libra con tu propio compañero de equipo. Si alguien tiene dudas de hasta qué punto esto es importante para los pilotos no tienen más que analizar la reacción airada de Charles Leclerc, despotricando contra su equipo y reculando poco después admitiendo que él también podía haberlo hecho mejor. El monegasco acusó a su equipo de no escucharlo y dejarlo con los neumáticos intermedios durante demasiado tiempo en la fase inicial de la Q2. En esa situación estuvieron todos los pilotos que pasaron el corte, salvo Álex Albon.

"No hice un buen trabajo", admitió Leclerc cuando le bajó la adrenalina, seguramente reconvenido por su jefe, Frederic Vasseur. "Éramos muchos con el mismo plan, y al final, no tuve éxito en comparación con los demás. Hablaremos con el equipo para mejorar porque no fue un buen día. Me dejé llevar un poco por las emociones”. En el fondo es un eufemismo para no tener que admitir que lo que le sacó de quicio fue verse superado de nuevo por su compañero de equipo. Y es lógico.

Para Sainz salir a carrera justo a espaldas de Leclerc puede tener su lado positivo. Si le sale un gran premio redondo y finaliza por delante de su compañero de equipo, puede dar por buenos todos los sinsabores acumulados durante el sábado. El mundial para Ferrari está perdido, pero con la vista puesta en 2024, ahora es el momento de evaluar el rendimiento de las mejoras en sus coches y por supuestos de sus pilotos. Charles está obligado a hacerlo muy bien, porque ante las cornadas, Carlos demuestra que se crece.

"Fue un día difícil desde un punto de vista psicológico", dijo Carlos Sainz al bajarse del coche y atender a los medios de comunicación. Y no le faltó razón al madrileño, porque vivió uno de los sábados más difíciles de toda la temporada. De esos que te ponen a prueba mentalmente, pero de los que sales más fuerte si te sobrepones.

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