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Alonso, Szafnauer y su irresistible tentación a hablar para que suba el pan en la Fórmula 1
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LE PERSIGUE LA POLEMICA

Alonso, Szafnauer y su irresistible tentación a hablar para que suba el pan en la Fórmula 1

El antiguo jefe de Fernando Alonso recibe a menudo críticas muy gruesas e injustas, pero es cierto que, a veces, él mismo es el que no pierde ocasión de meterse en varios jardines

Foto: Otmar Szafnauer, durante una conferencia. (Reuters/Stephane Mahe)
Otmar Szafnauer, durante una conferencia. (Reuters/Stephane Mahe)

Está claro que en la lista de felicitaciones de Navidad de Fernando Alonso, su ex jefe Otmar Szafnauer no ocupa las primeras posiciones. Muchos de los seguidores del piloto asturiano ven en su figura al principal responsable de las desventuras del campeón español las dos últimas temporadas. Quizás no sea del todo justo ese resquemor. En toda la situación que acabó desembocando en la firma del bicampeón mundial por Aston Martin, es más que razonable pensar que tuvieron tanta o más culpa Laurent Rossi y Luca de Meo, que el propio Szafnauer. Pero al técnico nacido en Rumanía le tocó el ingrato papel de ser el portador de las malas noticias y dar la cara públicamente.

El problema es que se puede empatizar con Szafanuer y destacar su lealtad a sus jefes y a su empresa, pero a veces, quizás sin darse cuenta, no se hace ningún favor para amainar la inquina que se ha desarrollado hacia su persona a través de sus declaraciones. Cuando justificó el fichaje de Pierre Gasly diciendo que el francés era "joven, experimentado y rápido, mientras que Fernando Alonso y Oscar Piastri no reunían estos requisitos", se puede entender el fondo de su afirmación, pero no la manera de expresarlo. Es obvio que Alonso no es ya ningún jovencito y que Piastri tiene todo aún por aprender, pero el manual del buen comunicador aconseja siempre no realizar comparaciones fuera de lugar.

Y no es un problema de idioma, pues Szafnauer maneja el inglés como si fuera un nativo. Es una cuestión de inoportunidad, o como el propio Fernando reconocía, del rol que a menudo le toca desempeñar: "Ya conoces a Otmar. Tiene que hacer ese tipo de comentarios porque está interpretando un papel y tiene que encontrar la manera de desestabilizar". Está claro que al de Oviedo le molestó algo tan obvio como innecesario, como es que Szafnauer le recordara en su marcha su edad. De ahí que no escatimara pullas cuando le cuestionó, por ejemplo, si no ficharía a Adrian Newey, ahora que entra en la edad oficial de la jubilación.

Imán para la polémica

La problemática con Szafnauer es que lo suyo no es una cuestión aislada, sino que es algo que ocurre con bastante frecuencia. Veamos por ejemplo su última afirmación acerca del salto de calidad que espera dar su equipo en las próximas carreras y así pelear con Aston Martin y Mercedes: "Creo que podemos pelear con ellos, -explica Szafnauer- Tenemos un buen paquete de evoluciones para Bakú y alguna más para Miami, la semana siguiente. Tenemos que seguir apretando con nuestro plan de mejoras, pero lo importante es que funcionen y tengan buena correlación con nuestras herramientas de simulación. La cuestión es que todavía no sé si podríamos haberles batido si hubiéramos tenido una carrera normal".

Ya puede cruzar los dedos el director del equipo Alpine para que funcione su predicción. De no hacerlo, de un plumazo va a dejar en evidencia que sus ingenieros y sus herramientas de trabajo no tienen la correlación adecuada con el mundo real. O peor aún, se expone de nuevo a ser objeto de burlas si sus mejoras no funcionan. Es muy peligroso ponerse públicamente objetivos (llegó a decir una mejora cifrada en tres décimas). Lo mismo cabe decir que después de tres carreras, reconozca no saber la situación real de su equipo. Si con dos pilotos y tres grandes premios la explicación a esa incertidumbre es no haber tenido aún esa carrera normal... estás dando munición a todos los que te esperan con la escopeta cargada en las redes sociales.

placeholder Toto Wolff, al igual que Szafnauer, no deja a nadie indiferente con sus comentarios, pero parece seleccionar mejor sus batallas. (EFE/Christian Bruna)
Toto Wolff, al igual que Szafnauer, no deja a nadie indiferente con sus comentarios, pero parece seleccionar mejor sus batallas. (EFE/Christian Bruna)

No se trata de recitar en las conferencias de prensa un catálogo de obviedades y buenas palabras. Se puede y se debe ser franco en las aseveraciones. Pero igualmente tampoco hace falta meterse en charcos innecesarios o levantar ampollas allí donde nada de provecho se va a extraer. Seguro que el 'jefe' Stefano Domenicali no va a estar muy de acuerdo, por ejemplo, con sus declaraciones acerca del actual parón de tres semanas: "Creo que este descanso, -comentó el director de Alpine-, aunque no planeado, en un calendario que tiene 23 carreras y muchas carreras doble y triplemente consecutivas, es bueno tener un descanso de tres semanas ahora, un descanso de tres semanas en agosto y luego un tercer descanso en Navidad. Tal vez, si lo bueno de este parón lo hemos descubierto de forma casual, quizá debería ser norma en el futuro".

La anécdota antes que el fondo

Es evidente que este mensaje chirría, cuando salta a la vista, la alocada carrera del promotor Liberty Media para incrementar la parte espectáculo de la competición. Podía Szafnauer, por ejemplo, haber alertado de los peligros de un calendario que ya apunta a 25 carreras. Pero venir a decir que es bueno tener ahora un parón de tres semanas... no parece tener mucho sentido. De nuevo, no se le puede negar cierta razón en parte de su argumentación, pero suena demasiado a brindis al sol pedir vacaciones con el curso recién comenzado. Si de verdad la inquietud es el impacto de un calendario extenuante para todo el personal que trabaja en Fórmula 1, parece más adecuado hacer una reflexión seria sobre el asunto.

Foto: Alonso volvió a hacer podio en Melbourne. (Reuters/Jaimi Joy)

Especialmente, resulta anecdótico lo dicho por el ingeniero norteamericano cuando el calendario es solo una parte del problema. Si ya de por sí es insostenible tener a trabajadores más de la mitad de días del año durmiendo fuera de casa, qué decir de las vueltas adicionales de tuerca a nivel presupuestario y de carga extra de trabajo con novedades como las carreras al sprint, por ejemplo.

Esos son los problemas e incongruencias reales que no se van a solucionar con un parche de tres semanas de respiro. ¿Alguien duda, que tres Grandes Premios celebrados de forma consecutiva, como va a ocurrir esta temporada, no van a pasarle factura física y mental a gran parte de la comunidad del paddock? Pero como dice Fernando Alonso, ya vamos conociendo a Otmar Szafnauer y su a veces irresistible querencia a que suba el pan después de sus comentarios.

Está claro que en la lista de felicitaciones de Navidad de Fernando Alonso, su ex jefe Otmar Szafnauer no ocupa las primeras posiciones. Muchos de los seguidores del piloto asturiano ven en su figura al principal responsable de las desventuras del campeón español las dos últimas temporadas. Quizás no sea del todo justo ese resquemor. En toda la situación que acabó desembocando en la firma del bicampeón mundial por Aston Martin, es más que razonable pensar que tuvieron tanta o más culpa Laurent Rossi y Luca de Meo, que el propio Szafnauer. Pero al técnico nacido en Rumanía le tocó el ingrato papel de ser el portador de las malas noticias y dar la cara públicamente.

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