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"El coche era una bestia": el peor día de Carlos Sainz en plena gloria de Leclerc y Ferrari
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la noche más oscura y el día más brillante

"El coche era una bestia": el peor día de Carlos Sainz en plena gloria de Leclerc y Ferrari

Ferrari lograba una victoria apabullante en Albert Park, mientras que Carlos Sainz sufría más incidentes, un error en la primera vuelta y vivía uno de sus peores fines de semana en la F1

Foto: Carlos Sainz durante el Gran Premio de Australia. (EFE/Simon Baker)
Carlos Sainz durante el Gran Premio de Australia. (EFE/Simon Baker)
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"El coche era una bestia, hacía todo lo que quería, lo metía por donde quería. En un momento dado, me enfadaba porque estaba allí solo, por delante, y para buscar una motivación le pedí al equipo intentar una vuelta rápida". Las palabras de Charles Leclerc al bajarse de su monoplaza se acercaban bastante al sueño de un piloto. 'Pole', victoria y vuelta rápida llevaron al monegasco al cielo de Melbourne. En el infierno, Carlos Sainz en el día más brillante para Ferrari en la presente temporada, que ni siquiera el propio equipo esperaba.

Cuando más necesitaba el español un gran resultado frente a Charles Leclerc, todos los elementos se volvieron en contra. Para colmo, se añadió la precipitación propia de la frustración tras una inusitada serie de circunstancias encadenadas desde la Q3 del sábado hasta la desafortunada traca final de la primera vuelta. Un contraste más cruel cuanto más brillante fue el equipo italiano en Melbourne. Hasta Helmut Marko daba la señal de alerta desde Red Bull.

Ante semejante cúmulo de contrariedades, El Confidencial le preguntaba a Carlos Sainz si el Gran Premio de Australia fue la peor prueba de su trayectoria. "Es difícil saber si esta ha sido mi peor carrera. Ha sido un fin de semana que parecía que iba bien, había un salto adelante respecto a las dos carreras anteriores, me sentía mucho mejor con el coche y había dado vueltas muy fuertes… Pero que ha sido uno de los peores es algo que no voy a negar. Lo importante es que he aprendido, y como equipo tenemos que ser más fuertes, más perfectos, más robustos en todos los aspectos". Era un mensaje para todos, empezando por el mismo piloto, pero también incluyendo al equipo, que este fin de semana se atragantó en más de una ocasión con el piloto español.

La ceguera del urogallo

Un Gran Premio y tres días de trabajo consisten en decenas de factores dependientes unos de otros para el resultado final. Pero Sainz fue víctima en el Gran Premio de Australia de una inusual ráfaga: la bandera roja a cien metros de la meta, el retraso para arrancar el coche, el volante sustituido al principio de carrera -se verá algo más ahora al respecto- las consecuencias que tuvo para la salida y, en la desesperación, esa ceguera de urogallo en celo que llevó a Sainz a perder la paciencia y el tradicional tino cerebral que le distingue.

Tristemente, además, porque el propio Mattia Binotto reconocía el salto cualitativo de Sainz en Albert Park este fin de semana. "Ha sido un fin de semana duro para Carlos, porque ha conducido muy bien, fue rápido el viernes y el sábado por la mañana. Seguro que podía haber hecho una buena clasificación", explicaba el responsable de Ferrari, para repasar la letanía de problemas sufridos por el español. "Pero lo positivo es que ha sido muy muy rápido y puede hacerlo bien". También incluía la eximente al error del español por los fallos de su equipo. "Estaba nervioso por los errores de este sábado y por el problema con el volante en la salida que no le han permitido correr con serenidad. Pero le conozco bien y estoy seguro de que en Imola se recuperará".

Sainz reconocía su error con especial autoflagelación. "Al final, por intentar remontar y adelantar con una rueda que no me dejaba todavía empujar, ha sido un error mío, hay que ser más perfectos", comentaba con un sentido autocrítico que obviaba las razones de su precipitación en la primera vuelta. "Tengo que ser más duro conmigo mismo por un error de piloto, aún tengo que conocer estos neumáticos y el duro era complicado este fin de semana, no debería haber tirado tanto. La conclusión es fácil: debería haber sido más paciente". Sainz se reprochaba aquello bajo su control: su reacción personal. El resto habrá que discutirlo con el equipo: "No fuimos perfectos como equipo, demasiados problemas con el volante, el sistema anti calado y la clasificación supusieron que fuera con el pie cambiado. Te pone bajo presión, y no reaccioné adecuadamente". Posiblemente, esto último es lo que más duela.

El debe de Ferrari

Pero Ferrari tendrá que analizar el rendimiento en la esquina del español. "Algunos interruptores no funcionaban", explicaba Sainz al arrancar. "Eran similares a los mismos problemas del sábado y hubo que cambiar el volante un minuto antes de la salida, el volante no estaba bien configurado para la arrancada y tenía el mapa equivocado, lo que me desencadenó el sistema 'anti calado' en las dos salidas". Preguntado al respecto Mattia Binotto, se mostró más circunspecto. "Los reglajes deberían ser idénticos, vamos a mirar los datos para saber qué pasó, no tenemos una respuesta clara ahora".

El equipo falló dos días, y el piloto, volado, fue el último eslabón en la cadena. Carlos Sainz pierde más terreno frente a Leclerc. El propio Helmut Marko reconocía que este es el escenario ideal para que Ferrari pueda lograr el título frente a Red Bull: uno de sus pilotos no roba puntos al otro. Sainz necesita romper cuanto antes esta espiral diabólica para sus intereses. "Ciertamente, solo llevamos tres carreras, quedan veinte, queda mucho campeonato, nuestros pilotos son libres para luchar", recordaba al respecto Binotto al terminar la prueba sobre las posibles órdenes de equipo.

En semejante escenario para Sainz, y tras su apabullante fin de semana, El Confidencial le preguntaba a Charles Leclerc: Escuchándote al bajar del coche, no parecía que tuvieras un gran coche, sino uno especial. ¿Es así?: "La verdad es que no lo esperábamos. Hemos sido más fuertes que en los entrenamientos, ha sido una gran sorpresa. Y para mí, es un gran coche, hasta ahora me encaja muy bien, es un coche que entendí desde el principio y me va muy bien para mi estilo". No existe mejor escenario para reaccionar que ganar el próximo Gran Premio, en Italia, ante los tifosi.

"El coche era una bestia, hacía todo lo que quería, lo metía por donde quería. En un momento dado, me enfadaba porque estaba allí solo, por delante, y para buscar una motivación le pedí al equipo intentar una vuelta rápida". Las palabras de Charles Leclerc al bajarse de su monoplaza se acercaban bastante al sueño de un piloto. 'Pole', victoria y vuelta rápida llevaron al monegasco al cielo de Melbourne. En el infierno, Carlos Sainz en el día más brillante para Ferrari en la presente temporada, que ni siquiera el propio equipo esperaba.

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