El gran día de gloria para Ferrari... pero con Carlos Sainz de morros en el podio pese a ser segundo

Ferrari no lograba un doblete desde Singapur 2019. Luego, desapareció del mapa cuando en 2020 sufrió la humillación de pasar su unidad de potencia por la guillotina de la FIA. Pero la Scuderia ha vuelto copando con sus dos pilotos el podio de Shakir. Pero si el segundo es el primero de los que pierden, Carlos Sainz no pudo ocultar en ningún momento sus sentimientos. "¿Que he estado serio en el podio? Pues mira que he intentado no estarlo. Hombre, creo que soy un tío competitivo y a todo el mundo le gusta ganar…". La cara era el espejo del alma.

Si Ferrari tiene coche como para ser candidato al título, es pronto todavía para decirlo, pero el Gran Premio de Baréin confirmó el salto cualitativo a todos los niveles. Aunque uno de sus pilotos dejaba Shakir de morros, porque necesita sintonizar su estilo de pilotaje con las características del F1-75. Es la asignatura crucial que a Sainz le queda pendiente para las próximas carreras. Necesitará que sean pocas, porque está en juego el liderazgo en Ferrari con un coche ganador.

El 'mensaje' de Binotto

Sainz se mostró sincero desde la primera entrevista a pie de podio. Escuece no haber sido el protagonista con una máquina ganadora en las manos. En Sainz convivían la alegría por el fruto del trabajo de 2021 con la desazón. "Ha sido un fin de semana muy difícil para mí, quizá suene un poco raro, pero quizás haya sido el fin de semana más difícil que he tenido como piloto de Ferrari. En ningún punto del año pasado me faltaba tanto ritmo como me faltó este domingo". Por aquí sangraba la herida.

Su honestidad era también una rebelión. A la admisión de su inferior rendimiento también acompañaba implícitamente un rechazo de subordinación o resignación. Sainz sabe que está en juego el liderato de Ferrari. El español sabe que ha de batir o plantar cara cuanto antes a su compañero si no quiere dar argumentos para que Mattia Binotto señale como líder a Leclerc, como avisó a finales de 2021. La cuestión es que la personalidad del nuevo monoplaza parece matrimoniar mejor con el estilo del monegasco, como quedó patente este fin de semana. "No he estado cómodo, no entiendo todavía cómo llevar el coche en carrera, cómo tratar los neumáticos. Me ha tocado sufrir, he sufrido durante toda la carrera, se ha visto en la tele que iba mirando más hacia atrás, hacia Checo, que hacia delante, que era donde quería ir", reconocía Sainz al terminar la carrera.

Preguntado Binotto por el potencial de Ferrari en próximas carreras, parecía dejar en su discurso un 'mensaje' a Sainz. "Hay más potencial en el coche, ciertamente, y creo que Carlos es un buen ejemplo de ello, de que hay más potencial que extraer…", dijo mientras se volvía de repente hacia Sainz, a su izquierda, en la rueda de prensa. Luego, El Confidencial le preguntaba al español qué necesitaba para que su estilo de pilotaje pudiera sacar más potencial del F1-75. El español dejó alguna pista mientras contestaba a la pregunta, como luego veremos.

¿Como en McLaren?

"Tirando fuerte en los últimos días de Barcelona, vi que las últimas dos o tres décimas venían de un estilo diferente de pilotaje". Sainz se refería al comportamiento de esta nueva generación de monoplazas en un reciente 'podcast' de la página oficial de Fórmula 1. "Tienes que analizar y ver dónde frenas, dónde giras y las últimas décimas están en un sitio diferente respecto al coche del año pasado". Parece que es lo que ha encontrado en Shakir.

Pero también explicaba qué busca en un monoplaza. "Lo que me gusta en un coche es que subvire más que sobrevire, porque mi pilotaje es agresivo. Puedo hacer al coche rotar, giro con el volante y los pedales y lo hago girar. Me das un coche que sobrevire y lo llevo al máximo nivel y se pasa de rosca, así que tengo que estabilizar el coche. El McLaren subviraba y me iba bien, el Ferrari es más neutral, y el Renault sobreviraba mucho", explicaba el español. El propio Sainz recordaba cómo en la primera ocasión en que se subía a un McLaren en invierno quedó sorprendido por lo mucho que le iba a obligar el coche a cambiar su estilo. Como ahora en Ferrari. Ya conocemos la historia de McLaren.

Por ello, El Confidencial le preguntaba a Sainz por la personalidad de este F1-75 para ese estilo personal que describía. El español no quiso entrar en detalles. "En Baréin no he sido rápido, no he pilotado de la forma en que el coche debería ser conducido", para dejar entrever que la naturaleza dinámica del monoplaza italiano o la línea técnica seguida por Ferrari todavía no encajan con su estilo. "Con la puesta a punto que tenemos, claramente, Charles ha sido más rápido todo el fin de semana", dejaba caer Sainz, quizá para leer entre líneas. "Solo pude estar a un buen nivel en la Q2 y Q3 con algunas vueltas, pero el resto del fin de semana estuve a unas tres décimas tanto en entrenamientos como en carrera. Es un déficit que nunca vi el año pasado, nunca estuve a tres décimas. Tengo que agachar la cabeza, que encontrar esas décimas, poner el coche a mi gusto, ver cómo exactamente hay que conducirlo. Estoy seguro de que puedo hacerlo, pero hasta entonces, seguir trabajando". Como con el primer McLaren.

El campeonato más largo de la historia acaba de comenzar. Ferrari dispone de un coche ganador y Carlos Sainz también. A pesar del gran comienzo para ambos, en su capacidad para corregir el rumbo en estas primeras carreras residirán muchas de las opciones de Sainz en 2022. Pero su frustración también supone el mejor combustible interno para exprimir todos los recursos y potencia que Carlos Sainz necesitará para batir a Charles Leclerc. Ya lo hizo el pasado año. Recientemente, Pedro de la Rosa recordaba algo al respecto en este medio: "Carlos es una boa constrictor, cada vez va apretando más. Y no para de apretar". Es momento de seguir apretando.