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Por qué Ferrari se equivocará si prioriza a Charles Leclerc a costa de Carlos Sainz
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VUELVEN LAS ORDENES DE EQUIPO

Por qué Ferrari se equivocará si prioriza a Charles Leclerc a costa de Carlos Sainz

Han bastado dos carreras para que surja el debate acerca de si Ferrari debe o no tener órdenes de equipo. Sería un error si la Scuderia optara desde ya por favorecer a uno

Foto: Sainz y Leclerc en el pódium de Arabia Saudí.( REUTERS /Ahmed Yosri )
Sainz y Leclerc en el pódium de Arabia Saudí.( REUTERS /Ahmed Yosri )

Hay que partir de la premisa de que las órdenes de equipo no están prohibidas por reglamento, pero es un asunto que, aparte de generar controversia, también tiene una interpretación difusa. Es una de las acciones que más claramente pueden ir en contra de la reputación de la Fórmula 1. El terreno de las sanciones reputacionales es una especie de 'cajón de sastre' donde pueden sufrir penalizaciones pilotos o equipos que con sus acciones hayan contribuido al descrédito de la competición. Un tema bastante resbaladizo por lo subjetivo y arbitrario a la hora de ser aplicado. Resumiendo: puede haber órdenes de equipo, pero mejor no hacerlas de modo muy descarado. Y ahora Ferrari se enfrenta a dicha encrucijada.

La pasada temporada ya hubo ciertas órdenes de equipo en Ferrari entre Carlos Sainz y Charles Leclerc para devolver o mantener posiciones que generaron algo de polémica. No sin cierta razón, el piloto español sentía que había sido injustamente perjudicado, pero lo aceptó con lealtad dado que su equipo lo justificaba por el objetivo de asegurar a toda costa la tercera plaza del mundial de constructores.

A pesar de ello, recordemos que en la última carrera de la temporada Sainz de forma sorpresiva adelantó a su compañero de equipo por 5’5 puntos en la tabla clasificatoria final. ¿Quién dice si esa tercera plaza podría haber estado incluso más asegurada si hubieran priorizado al madrileño en lugar de hacerlo con Leclerc?. Obviamente, es pura especulación pensar lo que podría haber pasado o no. Ferrari lo hizo sin ánimo de perjudicar a Carlos de forma deliberada, pero como punto para valorar las consecuencias de favorecer a un piloto concreto, es totalmente válido.

placeholder Alonso y Massa en el gran premio de Alemania de 2010 (REUTERS)
Alonso y Massa en el gran premio de Alemania de 2010 (REUTERS)

Ferrari siempre en el ojo del huracan

Hay que tener en cuenta que fue Ferrari la escudería que en el año 2002 provocó que las órdenes de equipo se prohibieran entonces por reglamento. La victoria sobre la línea de meta de Michael Schumacher a Rubens Barrichello en el Gran Premio de Austria de aquel año generó un bochorno tan grande que la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) prácticamente se vio obligada a regularlo. Se trataba de la sexta carrera del campeonato y la diferencia entre Ferrari y sus perseguidores era ya descomunal. Los aficionados, en otras ocasiones a final de temporada, pueden llegar a entender que un equipo priorice al piloto con más posibilidades de alzarse con el título, pero aquella acción, particularmente por el descaro con el que se hizo, desató como es lógico la indignación.

A partir de entonces no es que las órdenes de equipo desaparecieran, pero los equipos ya no tenían otro remedio que tirar de subterfugios para aplicarlas, y rezar para que no fueran pillados por la autoridad deportiva. Aquel famoso “Felipe, Fernando is faster than you” del Gran Premio de Alemania de 2010 protagonizado de nuevo por Ferrari demostró hasta que punto era inútil mantener la prohibición dentro del reglamento. Felipe Massa cedió la posición a Fernando Alonso después del fatídico mensaje por la radio, pero técnicamente nadie podía decir que eso fuera una ‘orden de equipo’ en sentido estricto.

Había de todos modos una sustancial diferencia, Felipe Massa no era en 2010 ni por contrato, ni como pudo verse en pista, un ‘escudero’ o un piloto al servicio de Fernando Alonso, en el mismo sentido que Rubens Barrichello sí que lo era de Michael Schumacher en 2002. De igual modo, Carlos Sainz no se habría marchado de McLaren a Ferrari, si el equipo italiano le hubiera especificado por contrato, que iba a ser el piloto número dos del equipo. Ahora bien, la filosofía de Mattia Binotto está muy clara y se ha preocupado de resaltarla en muchas ocasiones: “Todo, absolutamente todo queda supeditado al interés del equipo”. Aquí entra lo peliagudo de la interpretación de valorar donde empieza a contar ese “interés”.

En la presentación oficial del equipo Ferrari en febrero, Charles Leclerc fue preguntado sobre si se había discutido a nivel interno: "Por supuesto que lo hemos discutido, -afirmó el monegasco- creo que fue ayer o hace dos días. Sí, somos libres de luchar, obviamente sin correr ningún riesgo estúpido, porque estamos luchando por el equipo, y el objetivo final es llevar a Ferrari a la cima. Pero seremos libres para luchar".

Carlos Sainz también intervino en el tema al resaltar lo importante que era tanto para él como para Leclerc tener la "libertad de hacerlo". Y este es el punto clave del error que cometería Ferrari, si desde muy pronto en el campeonato priorizara a Charles Leclerc en detrimento del piloto español. Es mala idea desmotivar desde muy pronto a un piloto haciéndole ver que no va a tener opciones de luchar por el campeonato del mundo. Charles Leclerc recibe suficiente presión por parte de Max Verstappen para lograr ‘poles’ y victorias, pero de igual modo, saber que tienes a tu compañero de equipo una décima de segundo detrás de ti hace que no te permitas bajar la guardia lo más mínimo.

placeholder Sainz estuvo apenas una décima detrás de su compañero de equipo. Es clave mantener la presión competitiva dentro del equipo  (Ferrari)
Sainz estuvo apenas una décima detrás de su compañero de equipo. Es clave mantener la presión competitiva dentro del equipo (Ferrari)

21 carreras aún por delante

A diferencia de la época de Schumacher y Barrichello, donde las temporadas se disputaban a 17 carreras, ahora estamos en la segunda de 23 carreras, es decir queda aún una eternidad y en un mundial tan maratoniano como el actual, las cosas pueden cambiar mucho de un mes para el siguiente. Basta con encadenar una serie de fallos mecánicos o abandonos por accidentes o fallos de pilotaje y el panorama puede ser radicalmente diferente. Sería, por tanto, un terrible error estratégico poner todos los huevos en la misma cesta en temporadas tan largas como las actuales.

Puede argumentarse, que Ferrari va a tener que pelear contra un equipo como RedBull que está absolutamente volcado alrededor de Max Verstappen y que de no decantarse rápidamente por un piloto va a dar una ventaja a favor del piloto holandés que les puede salir muy cara. Sin embargo, la ‘pole position’ y el excelente comienzo de carrera de Checo Pérez en Arabia Saudí ha sido un excelente recordatorio para valorar la importancia capital de que los dos pilotos del equipo estén tratados con igualdad.

La parte peliaguda del asunto está en que bajo ningún concepto los dos pilotos del mismo equipo choquen entre ellos o que sus peleas en pista perjudiquen la consecución de objetivos más altos. No debe llevarse, por ejemplo, la ‘libertad de luchar’ tan lejos como por ejemplo ocurrió con la pelea entre Esteban Ocon y Fernando Alonso con los Alpine. De milagro ambos coches no chocaron y, lo que es peor, su pelea permitió a un rival directo escaparse.

Esa será la principal dificultad a la que se enfrentará Mattia Binotto para mantener una posición neutral entre sus dos pilotos. En la medida que les haga ver que cuando haya perjudicado a un piloto concreto se debe al beneficio del equipo, podrá gestionarlo. No es nada fácil teniendo en cuenta que hablamos siempre de animales competitivos en grado extremo, pero mientras no haga sentir a ninguno como comparsa, la competencia interna también provocará que ambos pilotos en todo momento den el cien por cien de sus capacidades. Y esa sí que es la mejor bendición que le puede pasar a un equipo cuando tiene dos fieras del nivel de Carlos Sainz y Charles Leclerc.

Hay que partir de la premisa de que las órdenes de equipo no están prohibidas por reglamento, pero es un asunto que, aparte de generar controversia, también tiene una interpretación difusa. Es una de las acciones que más claramente pueden ir en contra de la reputación de la Fórmula 1. El terreno de las sanciones reputacionales es una especie de 'cajón de sastre' donde pueden sufrir penalizaciones pilotos o equipos que con sus acciones hayan contribuido al descrédito de la competición. Un tema bastante resbaladizo por lo subjetivo y arbitrario a la hora de ser aplicado. Resumiendo: puede haber órdenes de equipo, pero mejor no hacerlas de modo muy descarado. Y ahora Ferrari se enfrenta a dicha encrucijada.

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