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La revancha de Carlos Sainz o cómo han mordido el polvo quienes le dejaron escapar
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POR DELANTE DE UN RED BULL Y LOS DOS RENAULT

La revancha de Carlos Sainz o cómo han mordido el polvo quienes le dejaron escapar

En un dramático final del GP de Abu Dabi, Carlos Sainz lograba el sexto puesto final en el campeonato del mundo. Con el sabor de quién ha dejado por detrás en la clasificación

Foto: Tras una complicada carrera, Sainz aseguró el sexto puesto con un arriesgado adelantamiento a diez curvas del final. (McLaren)
Tras una complicada carrera, Sainz aseguró el sexto puesto con un arriesgado adelantamiento a diez curvas del final. (McLaren)

"¡¿Lo alcanzaré o no?! ¡¿Qué necesito?!". Ultimas cinco vueltas del Gran Premio de Abu Dabi. Sexto puesto final del Mundial, en juego. Las dudas de Carlos Sainz a su ingeniero Tom Stallard delataban la inquietud del piloto. Eran nueve segundos de diferencia a recuperar en diez vueltas. Todo parecía irse por la borda. Un gran premio complicado innecesariamente con el último juego de neumáticos de la Q3. El efecto dominó de cada acierto o error en un fin de semana de Fórmula 1

"Hulkenberg está 5,5 segundos por delante", fue el siguiente mensaje de Stallard, quien indicaba a Sainz que adelantaría al alemán a falta de dos vueltas con el ritmo que llevaba. "¡¿Es el adelantamiento para el sexto puesto del campeonato o no?!". A pesar de sacar las tripas al MCL34, Sainz seguía en el limbo. "¡Sí, pásale, es para el sexto puesto!". Penúltima vuelta. El McLaren seguía atascado detrás del alemán sin poder tirarle el gancho.

Última vuelta. ¿Tenía Hulkenberg algo de oxígeno en los neumáticos para defenderse en su último giro en la Fórmula 1? El español tampoco lo conseguía en la primera zona de DRS. Solo quedaba una bala. Entonces, Sainz se tiró en la última recta desde el infinito y más allá a por el Renault. Todo o nada. A falta de diez curvas, cuando estaba a punto de sonar el pitido final del partido, el español metía el gol que remataba el mejor resultado posible en 2019 para McLaren y Carlos Sainz, equipo y piloto, cada uno por su lado.

La ruleta rusa

Final espectacular, pero angustioso. Complicado innecesariamente el día anterior con el último intento de la Q3. "Por eso la 'quali' de ayer (sábado) nos ha costado la carrera que ha podido hacer Lando (Norris) en aire limpio". Sainz reconocía hasta qué punto se había liado su madeja al terminar noveno en los entrenamientos. En carrera tocaba desenredarla.

El español adelantó a Daniel Ricciardo en los primeros compases, pero no pudo con Norris, y ya fue evidente que tocaría bregar sin garantía de éxito aunque Pierre Gasly quedara eliminado a las primeras de cambio. Aun así necesitaba al menos un punto, objetivo fácil durante tantas carreras de 2019, pero tan difícil en la cita decisiva. "Ha sido una carrera sufrida, porque siempre estuve estado metido en tráfico detrás de Lando y los Renault, íbamos gastando mucho las ruedas porque no había carga aerodinámica detrás de los coches". Sainz resumía una carrera complicada para el ritmo que tenía dentro viernes y sábado. Cuando en la Fórmula 1 se comete un fallo, se paga siempre un precio antes o después.

Segundo momento crucial. "Si tenemos que entrar en boxes, hay que decidirlo ahora", lanzaba Sainz a su equipo por la radio, confirmando que tenía la carrera bien controlada en su cabeza, pero también el décimo puesto en peligro. "Estaba claro que iba a perder la posición con Pérez porque venía con ruedas frescas y con estrategia favorable. Hemos tenido que arriesgar, la única manera de meternos en los puntos era parando y poniendo una rueda media e intentando coger a Nico (Hulkenberg) en la última vuelta". Era una estrategia de ruleta rusa. Sainz recortó diferencias hasta alcanzar a Hulkenberg. Pero de dos vueltas como margen, nada. Por eso incluso antes de entrar en meta soltaba un grito de desahogo por la radio. Su reacción tras la bandera a cuadros delataba hasta qué punto Sainz acumulaba tensión y chorreaba adrenalina. Imposible mayor dramatismo. Pero ya no se trataba del Gran Premio de Abu Dabi y el sexto puesto final. Rebobinemos.

Foto: Otro año para olvidar en Ferrari. (EFE)

El mensaje de Red Bull y Renault

"Carlos es un piloto de talento, y estoy contento de que siga su carrera en la Fórmula 1, pero teníamos la sensación de que Pierre (Gasly) tiene más potencial para nosotros", confesaba Christian Horner a principios de esta misma temporada. "¡Gracias, chicos! ¡Wooooooo! ¡Gracias por esta primera parte de la temporada! ¡Estamos en racha! Ya sabéis lo que es eso...". Y el español comenzó a cantar por segunda vez el 'Smooth Operator' al finalizar el Gran Premio de Hungría. Había mantenido al Red Bull de Gasly a su estela toda la carrera. Se iba de vacaciones a solo cinco puntos del francés y séptimo en la general. Con un McLaren. Aquella jornada rebasó la paciencia de Helmut Marko, que a la vuelta ascendió a Alexander Albon y sentó en Toro Rosso a Gasly. Sigamos rebobinando.

"Nadie ha tenido un cuarto año consecutivo en Toro Rosso, y estoy listo para dar el salto. Mi objetivo número uno es estar en Red Bull tan pronto como sea posible, ha sido mi sueño desde que tenía 15 años cuando me eligieron, y esto no ha cambiado". Sainz avisaba en 2017 sobre el dudoso horizonte con el equipo austríaco. "Tengo cosas importantes para 2018. Tendré un papel fundamental y decidiré, no solo lo harán ellos". Cuando en el Gran Premio de Austria pidió libertad fue masacrado simultáneamente por Marko, Horner y Tost. Hubo que hacer malabarismos entre bastidores para encontrar la salida en Renault. ¿El mensaje hacia el exterior y la Fórmula 1? Red Bull no confiaba en Sainz. O temía enfrentarle con Max Verstappen. Fue un año de prestado en Renault. Y cuando Daniel Ricciardo se puso a tiro, a Cyril Abiteboul se le hicieron los ojos agua. Sainz pasaba de nuevo a un segundo plano. McLaren, el peor equipo con Williams en 2018, era su único refugio.

"Se está riendo con otra chica"

Hoy, Sainz ha terminado el campeonato del mundo infiltrado entre los seis primeros puestos que Mercedes, Ferrari y Red Bull han monopolizado férreamente desde 2015. Ha logrado la mejor clasificación para McLaren desde Jenson Button en 2014. Ha superado a los dos pilotos del segundo Red Bull. Y también a los dos de Abiteboul. En el Gran Premio de Abu Dabi, superó dos veces a Ricciardo y ese adelantamiento en la última vuelta a Hulkenberg puso el sello final. Los dos terminarón por detrás. Quienes le dejaron escapar han mordido el polvo.

Habría que preguntarle a Carlos Sainz qué valora más de este 2019 que ha transformado su trayectoria deportiva e imagen en la Fórmula 1: cómo ha ganado su posición final en el campeonato, o a quién se la ha ganado. "Se está riendo con otra chica, y jugando con otro corazón. Haciendo altas apuestas, haciendo que los corazones duelan". Es la primera estrofa de esa canción tan bien conocida en McLaren: 'Smooth Operator'.

"¡¿Lo alcanzaré o no?! ¡¿Qué necesito?!". Ultimas cinco vueltas del Gran Premio de Abu Dabi. Sexto puesto final del Mundial, en juego. Las dudas de Carlos Sainz a su ingeniero Tom Stallard delataban la inquietud del piloto. Eran nueve segundos de diferencia a recuperar en diez vueltas. Todo parecía irse por la borda. Un gran premio complicado innecesariamente con el último juego de neumáticos de la Q3. El efecto dominó de cada acierto o error en un fin de semana de Fórmula 1

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