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El roto que harán a los equipos de F1 si le cortan las comunicaciones con su base
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UN GARAJE DE INGENIEROS EN PARALELO

El roto que harán a los equipos de F1 si le cortan las comunicaciones con su base

Recientemente saltaban rumores sobre la futura eliminación de los 'Mission Control' de la Fórmula 1, los equipos técnicos de apoyo en grandes premios que trabajan desde la sede de los equipos

Foto: Fernando Alonso durante el GP de China de Fórmula 1. (EFE)
Fernando Alonso durante el GP de China de Fórmula 1. (EFE)

Imaginemos que durante un gran premio unas tijeras cortaran el cordón umbilical de telecomunicaciones que une a un equipo de Fórmula 1 con su sede. En ese mismo instante, sus opciones se habrían acabado frente a los rivales. Tal es la dependencia de los denominados genéricamente 'Mission Control', o departamentos que apoyan en tiempo real desde la base a sus colegas en la pista, y que resultan decisivos en la inmediata capacidad de respuesta.​

Desde la pasada década, estos 'boxes virtuales' han crecido espectacularmente gracias a los avances en adquisición de datos y comunicaciones, respuesta a las limitaciones sobre presencia de miembros de un equipo en los circuitos y tiempo de trabajo durante el fin de semana. “Hay que revisar nuestras referencias en lo que es correcto o no gusta en la F1, y creo que tendremos una competición más intensa y equipos con mejores modelos de negocio y un mejor deporte al final”, volvía a repetir Ross Brown recientemente como norte que guía a Liberty para reestructurar la Fórmula 1.

Y este sentido se filtraba recientemente la posibilidad de eliminar o reducir los famosos 'Mission Control' para lograr esos objetivos hacia una F1 más simplificada y de mayor igualdad. Liberty lleva lanzando diferentes propuestas desde su toma de control del negocio. Algunos seran meros globos sonda, pero la restricción a los garajes virtuales ha recibido acogida favorable desde algunos sectores de la prensa. Aunque no será el mismo caso en los equipos, a los que tal medida cercenaría su capacidad operativa y de respuesta.

La NASA de un equipo de Fórmula 1

¿Cuándo llamar a boxes a un piloto ante la evolución del neumático y el tráfico que se encontrará al volver a la pista? ¿Cuántas paradas deberían hacerse en un circuito con un asfalto más o menos abrasivo? ¿Cómo responder a la salida inesperada del coche de seguridad en Malasia? Sin la colaboración directa de los 'mission control’ resultaría imposible tomar decisiones en, literalmente, segundos. Pero con el apoyo de estos ‘boxes paralelos’ se añade una desproporcionada capacidad operativa que hace más complejas las carreras sobre el inferior operativo de un equipo físicamente en un circuito. Y no todos cuentan con los mismo medios en este apartado. Algunos equipos llegan a acuerdos de colaboración con grandes empresas del sector de las telecomunicaciones para implementar sus sistemas. Por ejemplo, NTT Communications proporciona su experiencia e infraestructura en redes y conectividad a McLaren, o ATT en el caso de Red Bull.

Foto: Niki Lauda con su McLaren-Porsche en el GP de Mónaco de 1983. (Imago)

En el equipo británico, por ejemplo, utilizan la imagen de la NASA como comparación de su función. Porque se trata de otro equipo de ingenieros que interactúan en tiempo real con la infraestructura técnica y humana desplazada a los circuitos. Un entorno aséptico, sin las distracciones del escenario real, pero con igual o superior capacidad de gestión de información y toma de decisiones. Un centro operativo al máximo rendimiento también durante las dos semanas de pretemporada. O que también sirve como entrenamiento para los ingenieros durante el parón invernal.

300.000 simulaciones por segundo

El centro de control está virtualmente presente en todas las operaciones del equipo durante el fin de semana y en permanente contacto. Aunque con acceso por radio en tiempo real, no siempre interactúan por esta vía para no interferir con las conversaciones del circuito. Desde este centro se monitoriza el funcionamiento del monoplaza a través de la información recogida por más de doscientos sensores, datos que se comparten con el ‘hub’ del equipo en el circuito. Con esa información y el análisis de los diferentes especialistas presentes en el centro de control se generan respuestas y decisiones.

Por ejemplo, en McLaren presumen de poder llevar a cabo 300.000 simulaciones de carrera por segundo con la información acumulada en sus bases de datos. El equipo británico incorporaba recientemente el sistema HANA de la compañía SAP, que combina el almacenamiento de información en la nube con su gestión. Se permite una velocidad de procesamiento extraordinaria de la información almacenada durante años, lo que permite buscar instantáneamente múltiples referencias para analizarlas, contrastarlas y utilizarlas en el proceso de toma de decisiones estratégicas y en la configuración del monoplaza.

¿Una intervención tecnológica excesiva?

Varias hileras de técnicos frente a sus monitores analizan en sus pantallas personales las áreas de su especialidad, controlando los múltiples componentes de un monoplaza, neumáticos, aerodinámica, estado de la pista, diferencias entre rivales, sectores de tiempos, gráfico de degradaciones...Si un piloto bloquea una rueda y planifica el neumático, por ejemplo, los modelos del sistema calibran el nivel de vibración de la goma y avisan sobre sus potenciales consecuencias. Y, por supuesto, también se controla a los rivales como no resulta tan fácil hacerlo en el circuito, incluyendo las televisiones de otros países. Grandes pantallas alimentan la sala. En el centro de Red Bull, por ejemplo, presumen de contar con la de televisión más grande de Europa.

Foto: Max Verstappen, a los mandos del Red Bull en el GP de China. (REUTERS)

Durante los dos primeros días de un gran premio, los ingenieros en la base observan más, y hacen sugerencias para la puesta a punto a los colegas destacados al circuito. Cuando escuchamos a Fernando Alonso la recurrente frase de “tenemos ver y estudiar esta noche toda la información de hoy”, tácitamente está incluyendo la labor del “Mission Control”. Pero su función adquiere especial relevancia en la carrera, especialmente para definir las estrategias y su respuesta con pasmosa velocidad a las múltiples permutas posibles. ¿Cabe un ‘undercut’? ¿En qué vuelta? ¿Con qué tráfico se vuelve a la pista?. Aunque algunas de estas decisiones se toman sobre el terreno, casi el 90% de las estrategias no se deciden en el circuito, sino en el 'Mission Control'.

Al igual que a un usuario le parecería inconcebible rechazar la tecnología que ofrece un teléfono móvil actual, se antoja difícil imaginar que los equipos de Fórmula 1 renuncien a los avances y oportunidades competitivas que ofrece la actual tecnología. Su reducción o eliminación obligaría a modificar incluso la concepción de los monoplazas actuales. Pero los 'Mission Control' desvirtúan de alguna la naturaleza de las carreras con el exceso de tecnología que arrojan a la pugna de los pilotos con sus monoplazas en el asfalto. Al menos en la Fórmula 1, no vendría mal dejar al astronauta un poco más solo.

Imaginemos que durante un gran premio unas tijeras cortaran el cordón umbilical de telecomunicaciones que une a un equipo de Fórmula 1 con su sede. En ese mismo instante, sus opciones se habrían acabado frente a los rivales. Tal es la dependencia de los denominados genéricamente 'Mission Control', o departamentos que apoyan en tiempo real desde la base a sus colegas en la pista, y que resultan decisivos en la inmediata capacidad de respuesta.​

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