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"A mí nadie me ha dicho que soy un número dos" ¿Y si Raikkonen se hartara de Ferrari?
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LA SOMBRA DE MÓNACO PUEDE SER ALARGADA

"A mí nadie me ha dicho que soy un número dos" ¿Y si Raikkonen se hartara de Ferrari?

A Raikkonen parecieron hacerle la cama en Mónaco con una estrategia cuestionable. Es algo que Ferrari lleva haciendo años en pos de la eficiencia... y que puede alterar al 'hombre de hielo'

Foto: Raikkonen, con cara de circunstancias en el podio. (EFE)
Raikkonen, con cara de circunstancias en el podio. (EFE)

En el Gran Premio de Austria de 2002, con un marcado acento francés, Jean Todt —en aquella época jefe de Ferrari— asumió él mismo las comunicaciones por radio con los pilotos. De normal, es algo que hacen sus ingenieros de pista. A Rubens Barrichello le espetó un mensaje que quedaría grabado para siempre en la historia de la Fórmula 1. “Rubens, let Michael (Schumacher) pass for the Championship”, que significaría en castellano ‘deja pasar a Michael para el Campeonato”. Una orden de equipo en toda regla que ha tenido su vivo recuerdo 15 años después, pero en un contexto bien distinto.

Si en su día Ferrari dominaba con mano de hierro la F1, hoy acuden a estas maniobras por miedo a que Mercedes les quite un título que empiezan a tener en la mano. Agarrarlo requerirá compromisos, y Kimi Raikkonen lo sabe bien después de que una polémica estrategia le hiciera ceder la victoria a Sebastian Vettel en el Gran Premio de Mónaco. Algunos lo achacaron a su falta de ritmo, otros hablaban de un auténtico sabotaje de Ferrari. Pero en lo que todos coinciden es que la situación del finlandés es ahora más incierta que nunca. Empezando por qué ocurrirá con él en 2018...

¿Es Raikkonen de verdad un número dos?

“A mí nadie me ha dicho que sea el número dos de Ferrari”, contaba Raikkonen hace un mes, cuando se ganó un tirón de orejas de Ferrari por su descafeinado inicio de año. Estrenó un nuevo chasis y todo cambió: primera línea en Rusia, más solvente en España y pole estelar en Mónaco. Algunos decían que el gran ‘Iceman’ estaba de vuelta. Lo hizo hasta la vuelta 30 del día siguiente, cuando su equipo le llamó a boxes mucho antes de lo que él esperaba y se vio poco después detrás de Vettel. ¿Un guion bien orquestado o simple casualidad?

“No haríamos algo tan estúpido como sacrificar a un coche por otro”, decían en Ferrari. La versión oficial es que Valtteri Bottas venía muy rápido en tercera posición y tuvieron que mover ficha. Lo hicieron con Raikkonen sin saber que luego no calentaría bien los neumáticos y Vettel, más inspirado, le adelantaría tras la parada. La no oficial se pregunta por qué en Mónaco, con tan poca degradación, pararon a Raikkonen en la vuelta 34 y Vettel —que siempre hace funcionar las estrategias— resultó ser el beneficiado con aire limpio. Orquestada o no, la jugada salió perfecta… hasta que vieron la cara ‘real’ de Raikkonen.

Llegó al podio más ‘Iceman’ que nunca, enfundado en una cara que a algunos les daba miedo. No estaba contento y hasta Vettel se compadeció. “No ha habido órdenes de equipo, pero yo estaría igual que él”. Al alemán le vino todo como viento en popa: se fue con 25 puntos de ventaja con un Hamilton séptimo y debilitado que no dudó en meter el dedo en la llaga. “Ferrari ya tiene su número uno: está claro que era imposible que Vettel adelantara a Raikkonen sin que le favorecieran”. Quizá a Ferrari le compensó el 'cabreo' de Raikkonen para ver la rabieta de Hamilton. De esto se trata el Mundial de 2017.

Ferrari, eficiencia sobre justicia

Este año ‘perfecto’ de Ferrari se plasma bien en el plano organizativo. Por mucho que a su coche le falte brillo, fiarse de Mercedes sería un error, de ahí que jueguen al 100% con la carta de Vettel, cuyo talento es omnipresente frente a la inestabilidad de Raikkonen. “Cuando vi a Kimi delante en la salida, sabía que no iban a acabar en ese orden”, decía Bernie Ecclestone, el más experimentado de todo el 'paddock'. Pero no es el único que se huele toda esta intrahistoria.

“Esta claro que la decisión de sacrificar a Raikkonen, y no a Vettel, era algo más bien político”, apuntaba el periodista Peter Windsor, con centenares de carreras a sus espaldas. Y aunque sonara ilegítimo, pudo ser lo más inteligente: si Mercedes vuelve a dominar pronto o intimidan a Vettel, algo que nadie descarta, se arrepentirían de no haber sacrificado a Raikkonen cuando lo tuvieron en la mano. Así evitarían algo como en 2013, cuando Red Bull se sacó un chasis de la chistera en verano que dejó ‘KO’ a Ferrari. Otro tema será cómo se tome esto Raikkonen, y es ahí donde pueden saltar las chispas.

¿Dará 'Iceman' un golpe en la mesa?

Con una pole en el circuito donde más importa el talento, Raikkonen no se esperaba esta ‘traición’ de Ferrari. Pero hay otra lectura: se llevó la decepción por verse con opciones reales de ganar la carrera, algo que al inicio del año ni se imaginaba. Y este paso adelante, por muy cruel que se tercie, puede darle a Ferrari carta blanca para hacerle el juego del chantaje para el futuro.

¿Y si Raikkonen diera un golpe en la mesa y se negara a ser ‘escudero’ en 2018? Su salida le llevaría fuera de la F1 con casi toda posibilidad. Y a la vista de su buen estado de forma actual, es cierto que Ferrari perdería un activo para asegurar dobletes. Pero por otra banda, no le faltan sustitutos solventes como Daniel Ricciardo o Carlos Sainz que aportarían esa consistencia que a día de hoy le falta. La Scuderia saldría ganando de la partida, y Raikkonen no podrá tensar la cuerda más de lo debido… siempre y cuando desee seguir.

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Rubens Barrichello tardó 10 años en detallar la experiencia de Austria. “Les grité por la radio, hasta que me dijeron algo que iba más allá de mi contrato. Fue una especie de amenaza que me hizo replantear mi vida”. En Mónaco no hubo mensajes ni gritos, pero sí un piloto que había hecho la pole, iba primero y acabó segundo sin entenderlo. Años después, la F1 (y Ferrari) siguen igual.

En el Gran Premio de Austria de 2002, con un marcado acento francés, Jean Todt —en aquella época jefe de Ferrari— asumió él mismo las comunicaciones por radio con los pilotos. De normal, es algo que hacen sus ingenieros de pista. A Rubens Barrichello le espetó un mensaje que quedaría grabado para siempre en la historia de la Fórmula 1. “Rubens, let Michael (Schumacher) pass for the Championship”, que significaría en castellano ‘deja pasar a Michael para el Campeonato”. Una orden de equipo en toda regla que ha tenido su vivo recuerdo 15 años después, pero en un contexto bien distinto.

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