Esta nueva F1 es para pilotos 'gladiadores': "Los coches son unos auténticos monstruos"
La exigencia física de los nuevos coches premia a los campeones. Alonso, Vettel y Hamilton van como pez en el agua, y el talento vuelve a importar ¿Serán un éxito las nuevas reglas?
“El nuevo reglamento va a recuperar el atractivo de las carreras, el aspecto de los coches, su velocidad… Va a ser más duro y necesitaremos otra mentalidad”. Fernando Alonso, como todo el mundo, esperaba una Fórmula 1 más espectacular con el nuevo reglamento de 2017. El GP de Australia lo ha confirmado y el asturiano, también: "Definitivamente no hay tiempo para pararse a tomar un café con estos coches. Son más divertidos y más rápidos en las curvas que otras categorías. Todo el mundo está trabajando para hacer una F1 espectacular nuevamente".
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— F1i (@F1icom) 25 de marzo de 2017
El deporte venía de una profunda crisis de identidad en los últimos años, sin velocidad ni espectáculo en pista. Hace meses ya se intuía el éxito de las normas, pero ahora los pilotos lo corroboran. “Pilotar estos coches es una paliza física”, resumió Lewis Hamilton. Y su jefe, Toto Wolff, llegó a describirlos en Albert Park como “unos auténticos monstruos”.
Hasta Nico Rosberg parecía arrepentirse de su retirada: “Los pilotos van a ser gladiadores”. No le faltaba razón. Se hablaba de hasta 5 fuerzas G en las curvas, pero en Australia alcanzaron la friolera de 8. “Son muy exigentes, pasamos a una velocidad extrema comparada con el 2016”, resumía Romain Grosjean. Toda una ‘matada’ física que sólo se soporta con un entrenamiento extremo. Los pilotos reconocen haber estado ejercitándose como nunca en su carrera, sobre todo los jóvenesEn Australia, donde volvieron a mostrar caras de cansancio, parecía haber vuelto la mejor versión de la F1.
El talento vuelve a importar
Con las anteriores normas, los pilotos salían del coche sin señales de fatiga. Los jóvenes se adaptaban muy rápidamente. El mejor reflejo es Max Verstappen, que brilló desde el principio con un cuerpo de adolescente. “A veces ni necesito beber en carrera, ya no sudo”, definía Alonso en 2014. Tres años después, el asturiano se vuelve a divertir. “Ha vuelto la Fórmula 1 de verdad. Vamos a fondo y ya no pilotamos como niños”, afirma quien ha pilotado todo tipo de coches en los últimos 16 años. ¿Dónde está la clave del éxito?
La menor degradación de los nuevos neumáticos hace que los pilotos puedan empujar al máximo. Cuidar los Pirelli, ir lentos en curva y hasta rodar peor que un GP2 son ya hechos del pasado. “Ahora tengo moratones que antes no tenía”, decía Hamilton en Montmeló. Y Räikkönen, que fue campeón con coches muy parecidos en 2007, se sumaba al carro. “Esta F1 es como siempre debería haber sido”. Si ya había euforia en un circuito poco técnico como Albert Park, en las calles de Mónaco o Singapur podrían disfrutar más que nunca.
Antes, los coches perdonaban cualquier error. Ahora no, como se vió en los casos de Palmer, Ricciardo y Ericsson. La carga aerodinámica es mayor, pero las nuevas carcasas más rígidas y los compuestos más duros no solo permiten atacar más, sino que también hacen perder el control de manera instantánea sin capacidad de recuperación. Pero si eres un debutante como Lance Stroll, el panorama es más complicado. “Esto no me ocurría en la Fórmula 3”, dijo tras estrellar su coche. Si los pilotos menos brillantes esperaban otra F1 parecida a la GP2, se han topado con unas reglas implacables.
No sólo basta con aguantar
Pero hay efectos colaterales de este reglamento que no convencen a todos. “Con estos coches, tienes mucho aire sucio y es casi imposible adelantar”, se quejaba Nico Hülkenberg. El alemán reconocía que a dos segundos por detrás se sentían las turbulencias que afectaban al monoplaza perseguidor. En una pista de rectas tan cortas como Albert Park resultaba imposible adelantar. Habrá que esperar a Sanghái y Bahrein, por ejemplo.
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Aunque hubiera poca acción en pista, Sergio Pérez sí que pudo ganar algunas posiciones. “Estos coches te motivan para dar lo mejor de ti”, reconocía. Los calificativos de ‘gladiadores’ pueden hasta quedarse cortos. Lo avisaba Paul Hembery, responsable de Pirelli. “Los médicos dirían que los pilotos están al punto del desmayo. Una persona normal no sería capaz de pilotar estos coches”. En el año 2001, con un contexto parecido al 2016, Niki Lauda afirmó que “hasta un mono podría pilotar un Fórmula 1”. Tuvo que comerse sus palabras cuando salió exhausto de una prueba con un Jaguar en 2002. Si Niki intentara lidiar los “monstruos” del 2017, es muy probable que no lo consiguiera. Pero tampoco le resulta fácil a la mitad de la parrilla actual. Efectivamente, esta Fórmula 1 ya no está hecha para cualquiera.
“El nuevo reglamento va a recuperar el atractivo de las carreras, el aspecto de los coches, su velocidad… Va a ser más duro y necesitaremos otra mentalidad”. Fernando Alonso, como todo el mundo, esperaba una Fórmula 1 más espectacular con el nuevo reglamento de 2017. El GP de Australia lo ha confirmado y el asturiano, también: "Definitivamente no hay tiempo para pararse a tomar un café con estos coches. Son más divertidos y más rápidos en las curvas que otras categorías. Todo el mundo está trabajando para hacer una F1 espectacular nuevamente".