La 'otra' difícil misión de Ricciardo: no escuchar mucho a su "ídolo" Webber

Es complejo asumir para un alumno un camino distinto al del profesor, a quien respeta y admira. No resulta sencillo determinar el momento preciso en el que dicho alumno debe separarse de aquella figura que tantas veces ha estado en su cabeza para aprender y progresar profesionalmente, incluso corregirle. En muchas ocasiones, Daniel Ricciardo ha soñado imitar a su "ídolo" Mark Webber, su maestro, y una vez que ha alcanzado su mismo puesto laboral –el más alto para un piloto- ha dado un paso al lado para no ligar su imagen y opinión a la de su compatriota. Si esta semana Webber apostó porque Daniel lograría un "50-50", su pupilo fue más humilde: "No voy a decir que vaya a salir y le gane". Quizás piense lo mismo pero, ante las cámaras, destila otro estilo.

"Él me ha ayudado. La primera vez que entré en un coche de Fórmula 1 me llamó la noche antes y me dio algunos consejos. Yo todavía era un chico joven y él era mi ídolo, me motivó". Daniel Ricciardo ha tenido en Mark Webber un espejo donde mirarse, hasta ahora. Su salto a Red Bull para ocupar el asiento que dejó su compatriota ha provocado que deba mantener cierta distancia con respecto a su "ídolo". "No puedo ir a Red Bull teniendo en cuenta sus experiencias. Es cierto que su relación con el equipo no fue 100% limpia, pero que los dos seamos australianos no significa que yo vaya con la misma postura", aseguraba a Autosport al final de la campaña anterior.

"Ahora no está el difusor soplado"

Webber, fiel a su estilo ante los medios de comunicación, no mostró prudencia y fue directo. "Él (Ricciardo) va a ir bien. Creo que va a ponérselo realmente difícil a Seb en la calificación. Supongo que estará en un 50-50 en el primer año. Yo le superé unas pocas veces el año pasado, y ahora no está el difusor soplado, por lo que creo que Daniel va a estar bien, y ciertamente no le hará daño que él haya venido a través del sistema de Red Bull. ¡Sólo espero que tenga mejores salidas que las que yo hice!". El australiano, que correrá Le Mans con Porsche, deja claras sus preferencias y se posiciona como fan de ‘su’ alumno ante su excompañero.

"No me he fijado un número. Realmente siento que puedo luchar al empezar, y eso ya es un buen lugar. Obviamente sabemos el calibre que tiene como piloto (Sebastian), así que la primera cosa que tengo que aprender de él, es respetar lo que hace y luego tratar de igualarlo. No voy a decir que vaya a salir y le gane, porque hasta que lo haga no diré nada, pero me encantaría". Ricciardo, en declaraciones a la Agencia Australiana de Noticias, va con la bandera blanca por delante.

En poco más de un mes se verá en pista la diferencia existente entre el ‘maestro’ y ‘alumno’. Fuera de ella ya se está poniendo de manifiesto el diferente corte ante los micrófonos, más prudente, más ‘chico de cantera’.