Anatomía sentimental del landismo: "Es una forma de vida cuya máxima es divertirse, no el triunfo"
Marcos Pereda, junto a otros autores como Ramón Espinar y Ander Izaguirre, ha publicado 'Landismo', una obra sentimental en la que expone qué es lo que representa este ciclista
Si usted no sigue la actualidad del ciclismo, es probable que no conozca a Mikel Landa. También se antoja complicado que sepa qué es el
El currículo está plagado de más fracasos que de éxitos. Sus clasificaciones más destacadas han sido en el Giro de Italia, donde ha subido al podio en dos ocasiones, en 2015 y en 2022 (tercero en ambas). Pereda explica el objetivo del libro: "No queríamos que fuera una biografía de Landa, porque la obra es algo más sentimental. En realidad, ser landista es como ser de izquierdas: ilusionarte durante seis meses y darte una hostia los seis siguientes".
"Su estilo es una mezcla de todo. No puede ganar una gran vuelta, quizá, porque tiene carencias difíciles de solventar, como las cronos". Aunque no gane con frecuencia, tiene a la afición en el bolsillo. Y lo que es más importante para algunos: divierte al público. "Sus mejores grandes vueltas han sido las que ha estado supeditado a otros, como a Froome en el Tour de Francia y a Aru en el Giro de Italia. Realmente, él hace más grande al Tour. Sus grandes vueltas son un libro de elige tu propia aventura".
¿Parecido con Perico?
Es cierto que Perico Delgado ganó más (dos Vueltas a España y un Tour), pero entre ambos hay un denominador común, el carisma. "Ambos son carismáticos y también son similares en la picardía, aunque la de Landa es más soterrada. Mikel tiene expresiones más irónicas que explosivas. Del carisma no podemos escribir, pero lo reconoces cuando lo ves".
"En teoría, Landa es un escalador clásico". Al vasco, en ocasiones, es difícil encuadrarlo en una especialidad concreta por su forma de correr. "Prefiere gustarse a ganar. En muchas ocasiones, hace actuaciones de cara a la galería externa, no propia. El cuerpo se lo pide".
"Porque prefiere ser fuente de leyendas que acumulador de puestos", dice Carlos Arribas en el libro. Landa elige disfrutar de la bicicleta, mientras otros sufren en esas escaladas o ataques. "Él lo que quiere es vivir bien y tranquilo. No creo que le queden muchos años de profesional, así que intuyo que no querrá hacer sacrificios que no le sirvan. Es landista primar el ataque por encima del resultado".
Su rendimiento en el País Vasco
Landa ha reunido a numerosos fieles en torno a su figura, como demuestra este libro. No es necesario ser un gran campeón para contar con el apoyo del público. "Es muy consciente de que la gente le sigue. Le gusta gustarse para, a su vez, gustar. Le gusta enardecer a las masas. En este Tour, sus mejores días han sido los dos primeros, precisamente los que se han disputado en el País Vasco. No creo que sea casualidad".
"Genera ilusión en los que tienen sed de triunfos. No es un bocazas, pero dice cosas interesantes". Landa no hace gala de una locuacidad desmedida, pero sí deja declaraciones impactantes en algunas ocasiones. "El landismo es una forma de vida cuya máxima es divertirse, no el triunfo. También gusta porque es gracioso".
Otra de las cuestiones que hacen a Landa especial es la naturalidad para reírse de sí mismo. Es más, no tiene reparo alguno. "No tiene autoestima ni autoconfianza en sí mismo, pero sí capacidad de aceptar la autoparodia, como los vídeos del confinamiento. Ha sabido potenciar ese reconocimiento mediático, que le ha valido para conseguir contratos superiores a sus resultados".
Sin duda, Landa es un ciclista especial porque se empeña en serlo. No siempre es necesario ganar para ser recordado. "Ahí se iría a tomar por culo el landismo, porque apoyarías al que gana siempre". Por eso es distinto, porque para él lo importante es el camino, no la meta.
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