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Una victoria y un despegue que no llega: Kwiatkowski triunfa en la bonificación de Pogacar
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DECIMOCUARTA ETAPA DEL TOUR

Una victoria y un despegue que no llega: Kwiatkowski triunfa en la bonificación de Pogacar

Vingegaard mantiene una jornada más el maillot amarillo por delante del esloveno. El ciclista polaco del Ineos se llevó la victoria gracias a una escapada en la que se zafó de todos sus rivales

Foto: Kwiatkowski fue el ganador de la decimocuarta etapa del Tour. (EFE/Christophe Petit)
Kwiatkowski fue el ganador de la decimocuarta etapa del Tour. (EFE/Christophe Petit)

Pero mira que es bonito el Macizo Central.

Que sí, que vale, que Grand Colombier es el Jura, que a mí no me pillan como a esos comentaristas avenjentaos que solo conocen Alpes y Tourmalet. El Jura, todo eso de los bosques, el Franco Condado, los relojes de cuco que decía Harry Lime. Pero dejen que diga cositas del Macizo, hombre, que apenas les he dicho yo cositas del Macizo.

(Bueno, sí, lo del Puy-de-Dôme, pero me entienden... el Puy-de-Dôme es tan importante que tiene entrada propia, como el Ventoux o la cuesta de Mijarojos).

Por el Macizo Central hubo fiesta vascuence. O vasco-navarra, ya ustedes saben. Primero ganó Pello Bilbao, pequeñajo como Claveyrolat, esprinta como Eduardo Chozas. Todo eso, cual símil, no me pasen factura después. Y eso... Bilbao intentó triunfar en Donosti, pero no pudo (seguramente asustado por el precio de mosto más pincho) y trincó etapita diez días más tarde. En jornada de espesor, ojo, que hasta hubo sus buenas hostias entre Vingegaard y Pogačar a 700 kilómetros de meta. Mitad cosquillitas, mitad a ver si sorprendo, mitad tocar los cojones. Quedó en nada, pero es que hace diez años estos días también quedaban en nada, y tampoco pasaba una mierda, y me va a comparar lo de hace diez años con lo de hoy, me van a comparar lo de hace diez años con lo de hoy, luego vuelvo al asunto de compararme lo de hace diez años con lo de hoy.

(También trincó etapa Philipsen, que lleva cuatro. La vida con van der Poel es una vida más fácil, es una vida feliz).

Y luego llegó lo de Izagirre. Otro pepino de ciclista, Ion Izagirre, otra etapa bien dura, la que ganó Ion Izagirre. Leña desde lejos, escapada con quilates, los buenos que se miden fondillo del coulotte, miraditas, sonrisas. Izagirre ganó aprovechando patazas, capacidad excelsa como bajador (no hay tantos hoy en el pelotón de hoy) y, no olvidarse, a Guillaume Martin. Grandioso trabajo de equipo el de Guillaume Martin, que es un tío fenómeno, y a mí no puede caerme mejor, y se merece muchas más victorias de las que consigue, Guillaume Martin. Actuó como debía, y fijo que le quedó algo de sinsabor esa misma noche, porque este contexto (el mismo) es el de La sociedad del pelotón, libro bien chulo con traductor de preciosa cabellera...

Segunda victoria en el Tour

Pero ganó Izagirre. Segunda etapa en el Tour, la otra fue hace siete años, última de montaña, subiendo (y, sobre todo, bajando) Joux-Plane. Aquel día (último Tour de Froome, que aún sigue en activo, aunque no siga activo) llovió de narices, subieron muchos puertos, acabaron en Morzine a 24 de los Elíseos. Ese día estaba Quintana a 16 segundos del segundo cajón del pódium (Bardet), Yates a 21 de Quintana (y a 37 de Romain, por tanto). Ninguno probó ataques en Joux-Plane. Nada. Nothing. Niet. Nashi. Era la tónica. Así que nos pensamos dos veces lo de sacar antorchas para quemar frankensteins después de días como hoy...

Porque, al fin... Gran Colombier. Tampoco ha sido para tanto el prólogo, ¿no?

Yo no sé la razón, pero esto del Grand Colombier ha funcionado regular en el Tour. Y mira que el puerto es un pepino. Leyenda entre jóvenes, por ejemplo, porque lo metieron un par de veces en l'Avenir a fines de los 70 (Soukho dominando, Flórez dominando, muchos que echan pie a tierra, porque antes los desarrollos eran distintos), anhelado durante décadas en la Grande Boucle. Largo, dureza, terreno para enlazar. Fue protagonista, Grand Colombier, de la última etapa con tres Hors en el Tour, ay. Hors de aquella forma, Hors que no son Galibier o Bonette, pero Hors... Año 2017, y nos queda para volver a esa sensación maravillosa, temo...

(Después hubo vergüenzas gordísimas, como lo de ponernos "Fuera de Categoría" un puerto de siete kilómetros, ese que dicen de Glières, que es como si le cascan adjudicación a El Escudo. Que a mí me duele mucho, El Escudo, pero es lo que es, El Escudo. Y Glières igual. Y el Tour es lo que es, y fue lo que fue).

Pero ni aun entonces, con los tres cols (y uno era Chat). Ni aun entonces, digo. Vale, lo de 2020 estuvo guay, con el futuro ganador (ejem) Primož Roglič controlando y cediendo (parece) la victoria a un chavalín majísimo, paisano suyo, que no le inquieta para nada. Lo tienen todo controlado, en el equipo, que me lo contó Doumolin...

placeholder Vingegaard persigue a Pogacar en la decimocuarta etapa. (Reuters/Christian Bruna)
Vingegaard persigue a Pogacar en la decimocuarta etapa. (Reuters/Christian Bruna)

La gran escapada de Kwiatkowski

Grand Colombier gasta hechuras de leyenda y relatos cuchufleteros. Y este 2023 no lo ayuda...

Porque escapada, porque miraditas, porque trenecito chucuchú, porque yo no quiero, porque tú no puedes, porque a aquel no le dejan... Así que... Poca cosa. El equipo de Pogačar pilla responsabilidades. De coñita primero, en plan Carrera Popular Homenaje a Enrique y Ana, así que suben distancias con los escapados (siempre hay escapaos, mogollón de escapados, cuando tenemos cols... luego ves las etapas llenas y solo prueba alguien del Puertas Mavisa). Más serios luego, entra Marc Soler, estira, no acaba de romperlo. Ah, el puerto es una pasada, una maravilla, llévenme al Grand Colombier, señores del Grand Colombier, prometo no tirar bolsas de risketos a la cuneta, señores del Grand Colombier... Tres minutos y diez kilómetros. Ahí va a andar, porque va en solitario Michał Kwiatkowski, y Michał Kwiatkowski tiene más experiencia que Pérez-Reverte bloqueos en tuister... Vistazo el reloj y... el polaco mantiene distancias, así que (no sé, quizá, quién sabe) el ritmo puede no ser la masacre que nos quieren contar.

(Jo, tío, va a ganar la etapa Michał Kwiatkowski. Qué bajona, Michał Kwiatkowski. Desde la escapada, con más años que Melopea. Michał Kwiatkowski).

Vale, ataca Adam Yates. Tres a meta, y ataca Adam Yates. Todos los importantes le siguen, porque Adam Yates es el mismo Adam Yates que no atacó en Joux-Plane (vean más arriba), así que no le pidan un uomo solo al comando a Adam Yates. Ah, sufre Carlos Rodríguez, que parece diésel cual Escartín...

Fumadón. Qué quieren, yo no pretendía. Fumadón. Gran Tour, pero hoy... fumadón.

Que no les engañen, porque van a intentar engañarles.

Fumadón.

(La cosa fue, a ratos, insufrible. Qué mal nos hemos acostumbrao).

400 metros (sí, 400 metros) y ataca Pogačar. Ok, distancia de vergüenza, pero... cosas. Cosas. Ataque explosivo. No, explosivo es poco... Ataque demoledor. En las vallas es más fácil hacer ataques demoledores, sí, porque la posibilidad de tener reventones es nula, pero... Ataca Pogačar, sale Vingegaard, porque Vingegaard lleva todo el día a rueda de Pogačar, porque Vingegaard gasta maillot de Amaya, se llama Jesús y es de Murcia. Sale Vingegaard y coge rueda, pero Pogačar insiste, Pogačar se olvida que tiene sillín, Pogačar mueve un poco su máquina, fiu, fiu, a ambos lados, Pogačar reitera el ataque, ataca sobre su anterior atacar, Pogačar busca límites más allá de los límites (insistimos en lo de que faltan dos suspiros, no se nos venga arribísima), Pogačar ve cómo se abre su rival, cómo se sienta, cómo pierde tres metros, cuatro (tres metros o cuatro en este Tour es un mundo, una vida, un, no sé, una distancia de dos minutos y 40 segundos, por poner ejemplo aleatorio). Pogačar entra tercero, así que trinca boni, más cuatro segundos, queda a nueve en la general (uno más que Fignon). ¿Importa? Seguramente no. O sí, quién sabe. Pero lo trascendente es lo otro. Lo otro. En todo el 2022, Vingegaard fue curtiendo la cara de Tadej Pogačar con hostias gordísimas. Después, en Marie Blanque, pareció darle mazazo definitivo. Y, desde entonces... tres duelos. Chicos, pequeñajos, duelos de un na, duelos de un qué me dices. Pero tres duelos. Y siempre el esloveno por delante. Tendencias.

Que igual cambia en cols gordos, pero tendencias.

Porque se vienen cols gordos, amigos. Este finde, por ejemplo, Joux-Plane (el de Yates cagón, el de Quintana cagón), y Ramaz, y Croix-Fry, y Saint-Gervais, que es bien bonito Saint-Gervais. Queda tanto...

Esperemos que sea mejor que lo de hoy.

Pero mira que es bonito el Macizo Central.

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